Herrera, Inés de. Condesa de Buendía (I). ?, m. s. XV – Dueñas (Palencia), p. s. XVI. Dama, noble.
Inés de Herrera era hija de Pedro García de Herrera, señor de Ampudia, rico hombre y mariscal de Castilla, así como capitán general de la frontera de Jerez. Su madre, María de Ayala, era la señora de Salvatierra, hija de Fernán Pérez de Ayala y de María Sarmiento.
Estaba casada con Pedro de Acuña y Albornoz, miembro de una ilustre familia de origen portugués, cuyos representantes, en varias ramas, tuvieron un amplio protagonismo en el reino. Pedro de Acuña era hermano del arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo, y pariente directo de Pedro Girón y Juan Pacheco, maestres de Calatrava y Santiago respectivamente. A pesar del protagonismo de sus familiares, Pedro se mantuvo en un discreto segundo plano político, si bien, como prácticamente todo su linaje, apoyó la causa del príncipe-rey Alfonso (1465-1468) frente a su hermano Enrique IV, destronado por los nobles. Curiosamente fue el único receptor de un título nobiliario concedido en época del jovencísimo Monarca: I conde de Buendía —cabeza de la merindad de Campos—, concedido cuatro días después de ser alzado Rey —el 9 de junio de 1465— y, según reza el documento, otorgado a petición del arzobispo de Toledo.
Resulta curioso confirmar que el conde de Buendía no volvió a recibir ni una merced más de don Alfonso, pero sí fue receptora su mujer Inés Buendía. Así, la condesa gozó de mercedes en diversos lugares de la merindad de Cerrato, en Palencia, gracias a las renuncias de otros personajes. Juan de Vivero le traspasó a Inés de Herrera las tercias de Dueñas, que le fueron confirmadas por el rey Alfonso a finales de su reinado. Sobre la villa de Baltanás se le habían situado y puesto por salvado 6.000 maravedís renunciados por Juan de Guevara el 25 de septiembre de 1465. El 20 de enero de ese año se le concedieron las tercias de Baltanás que, como en los casos de Villabrales y Castromocho, debieron de tardar en llegar a manos de la condesa —la beneficiaria no había podido sacar la carta de privilegio—, ya que el Rey, unos meses después, se dirigió a las autoridades de la villa para que se cumpliera su mandato.
Los condes de Buendía tuvieron ocho hijos: Lope, Pedro, Fernando, Luis, Alonso, Teresa, María y Leonor, y fundaron mayorazgo en su primogénito, Lope, el 9 de febrero de 1475. Lope Vázquez de Acuña fue adelantado mayor de Cazorla en vida de sus padres por merced de su tío Alfonso Carrillo. Lope, además, II conde de Buendía, se casó con Inés Enríquez —hermana de Juana Enríquez, la madre de Fernando el Católico—, por lo que la familia no pudo emparentar de manera más directa con los Monarcas. Su hijo Juan —es decir, nieto de Inés de Herrera— pasó a la historia de Dueñas por su fama de malvado oligofrénico cuyos atropellos hicieron intervenir a los propios Reyes Católicos.
Inés de Herrera está enterrada, junto a su marido, en la iglesia parroquial de Dueñas, en un hermoso monumento funerario. En su testamento, y con su hijo Luis, instituyó el hospital local de Santiago y San Sebastián al que el papa Clemente concedió bula el 23 de enero de 1534.
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Dolores Carmen Morales Muñiz