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Pedro Girón Pacheco

Biografía

Girón Pacheco, Pedro. ?, 1422 o 1423 – Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), 2.V.1466. Vigésimo noveno maestre de la Orden de Calatrava, señor de Urueña, Tiedra, Peñafiel, Gumiel de Hizán, Briones y Santiesteban del Puerto, y camarero mayor del Rey en la Cámara de los Paños.

Hijo de Alfonso Téllez Girón, señor de Belmonte y Frechoso, y de María Pacheco; nieto de Martín Vázquez de Acuña y de Juan Fernández Pacheco, nobles portugueses partidarios de Juan I de Castilla que emigraron al reino castellano tras la batalla de Aljubarrota (1385), y nieto también, por línea agnaticia, de Teresa Téllez Girón, última representante del tronco principal de este noble linaje castellano. En consecuencia, fue hermano de Juan Pacheco, marqués de Villena y maestre de Santiago, y sobrino de Alonso Carrillo, arzobispo de Toledo.

Debió de nacer en 1422 o 1423. Con veinte años de edad aparece por primera vez en la vida pública, gracias al apoyo de Álvaro de Luna, con quien estaba emparentado. Siguiendo los pasos de su hermano Juan Pacheco, se relacionó pronto con el círculo del príncipe de Asturias, el futuro Enrique IV de Castilla, a quien sirvió como paje, y en esta circunstancia fundamentó su ascenso político. En 1443 era ya oficial del cuchillo y camarero mayor del príncipe Enrique, del que recibió rentas, derechos y cargos en Andalucía (1443) y en Medina del Campo (1444), entre ellas la importante renta de los cambios de la feria de Medina.

Sin embargo, el hito fundamental en la trayectoria ascendente de Pedro Girón se produjo a raíz de la batalla de Olmedo (1445), en la que participó en el bando de los vencedores. Esta circunstancia le permitió ser uno de los grandes beneficiados, junto a Álvaro de Luna y Juan Pacheco, del reparto de las posesiones y dignidades de los infantes de Aragón. De tal suerte que Pedro Girón recibió las villas de Urueña y Tiedra, las tercias de Arévalo y sus aldeas y el maestrazgo de Calatrava; el condestable se hizo con el condado de Albuquerque y el maestrazgo de Santiago, y Juan Pacheco fue agraciado con el marquesado de Villena.

Sin lugar a dudas, el nombramiento como maestre de Calatrava, verificado el 19 de septiembre de 1445, era para Pedro Girón el más importante beneficio del reparto del patrimonio dejado por los infantes de Aragón y sus partidarios, ya que confería a su titular un extraordinario poder económico, político y militar. El nombramiento de Pedro Girón fue ratificado por el Capítulo de la Orden de Calatrava, Juan II de Castilla, el abad de Morimond y, el 9 de enero de 1446, por el papa Eugenio IV. Estas confirmaciones revestían una extraordinaria importancia, ya que a la elección maestral aspiraba también el comendador mayor Juan Ramírez de Guzmán, que contó con el respaldo de tres comendadores, cuatro caballeros y catorce clérigos, además del control sobre la tierra de Zorita, las villas de Osuna y Martos y otras plazas andaluzas que había conquistado con la fuerza de las armas; mientras que Pedro Girón recibió el voto del clavero García López de Padilla, de veintidós comendadores y de otros muchos freires clérigos y legos.

Sin embargo, el rápido reconocimiento de Pedro Girón como legítimo maestre por parte de las principales autoridades civiles y eclesiásticas propició que se llegara a una primera avenencia en 1446. Tras ciertas discordias entre los dos candidatos, el acuerdo definitivo se alcanzó durante el verano de 1448. El interés mostrado por Juan II de Castilla y el príncipe de Asturias fue decisivo para que se llegase a una concordia. De tal suerte que Juan Ramírez de Guzmán renunció al maestrazgo calatravo y reconoció a Pedro Girón como legítimo maestre, prestándole el correspondiente vasallaje; a cambio recibiría, por concesión regia, 100.000 maravedís anuales con carácter vitalicio, 50.000 maravedís anuales por juro de heredad y trescientos vasallos cabezas de familia por juro de heredad, además de 150.000 maravedís anuales de las rentas pertenecientes al maestrazgo calatravo en las minas de Almadén. El pacto permitía al comendador mayor conservar las encomiendas que él, sus hijos y sus sobrinos tuvieran por concesión del maestre Luis de Guzmán o de alguno de sus antecesores, pero le obligaba a hacer entrega de las restantes propiedades de la Orden a Pedro Girón, particularmente de la fortaleza de Zorita. A la muerte de Juan Ramírez de Guzmán, acaecida antes del 1 de marzo de 1452, su hijo Fernán Gómez de Guzmán heredó su encomienda mayor, que disfrutaría hasta su fallecimiento en la rebelión de los vecinos de Fuenteovejuna (1476).

A partir del acuerdo de 1448 con Juan Ramírez de Guzmán, el poder de Pedro Girón en el ámbito castellano de la Orden fue prácticamente indiscutible. No obstante, Alfonso de Aragón, emplazado en Alcañiz, continuó titulándose maestre hasta 1455 y Pedro Girón no fue reconocido como maestre de Calatrava por los freires aragoneses y valencianos hasta la Paz de Bayona (1463).

Alfonso de Aragón era hijo bastardo del rey de Navarra y había sido elegido en 1443 como maestre de Calatrava, gracias a la coacción militar ejercida sobre el Capítulo de la Orden por las tropas del infante Enrique. Sin embargo, en 1444 se vio obligado a retirarse al reino aragonés, ante el retroceso experimentado por las posiciones de sus protectores, los infantes de Aragón.

A partir de entonces aprovechó las coyunturas de la convulsa política castellana para intentar recuperar el maestrazgo calatravo, especialmente en diciembre de 1450, cuando Álvaro de Luna firmó la paz con Navarra, para debilitar a la Liga nobiliaria, y se comprometió a situar a Alfonso de Aragón como maestre de Calatrava. Entonces el aragonés entró en Castilla con un pequeño ejército, pero Pedro Girón consiguió detener la invasión. Esta circunstancia, junto a la mala acogida recibida por los comendadores calatravos, hizo que Alfonso de Aragón desistiera de su tentativa. El maestre Girón emprendió entonces una dura expedición de castigo contra la villa de Torrijos, la única que se había entregado al aragonés, de la que obtuvo no poco beneficio económico. Estas acciones de asalto y obtención de botín fueron ordenadas con cierta frecuencia por parte de Pedro Girón, particularmente en poblaciones del Campo de Calatrava, para obtener botín o resolver rencillas personales.

El poder que el maestre Girón alcanzó sobre la Orden se materializó en la consecución para sus sucesores de los señoríos calatravos de Osuna y Cazalla y en la aceptación de que el maestrazgo fuera heredado por su hijo Rodrigo Téllez Girón, menor de edad. En el primer caso, Pedro Girón utilizó el patrimonio calatravo en función de sus intereses personales mediante la permuta de la villa de Osuna y el castillo de Cazalla por las villas de Fuente Ovejuna y Bélmez. El objetivo de la misma era la pretensión del maestre de obtener el señorío sobre Osuna y Cazalla para el mayor de sus hijos, Alfonso Téllez Girón. Estos lugares, concedidos efectivamente al primogénito de Girón por Enrique IV, constituirían, junto con la villa de Morón, el núcleo patrimonial de la casa ducal de Osuna. La complicada operación, verificada finalmente en 1464, contó con la aprobación de Enrique IV, el Capítulo General de la Orden de Calatrava y el Papa. En segundo lugar, la herencia del maestrazgo por parte de un menor sin el hábito de la Orden era un caso excepcional y sin precedentes en la historia calatrava, ya que atentaba contra todos los estatutos de la institución, convirtiéndose así en la expresión más acabada del poder incontestable alcanzado por el maestre Girón sobre la Orden. Sin duda, tras el fallecimiento de Pedro Girón, la administración del maestrazgo por parte de su hermano Juan Pacheco fue un hecho decisivo para que el Capítulo calatravo aceptara como maestre a un niño de ocho años.

Paralelamente, Pedro Girón desarrolló, ayudado por sus dotes militares, un importante papel en la política castellana de las décadas centrales del siglo xv. Consiguió vincular a su persona el oficio de camarero mayor del Rey en la Cámara de los Paños (1457-1466), que después de su muerte heredarían sus sucesores, y además perteneció al Consejo Real.

Tras la derrota de los infantes de Aragón en 1445, se abrió en Castilla una nueva lucha por el poder y el control político del reino entre Álvaro de Luna y el príncipe de Asturias, que contó con el respaldo de Juan Pacheco y Pedro Girón, muy influenciado por su hermano, y de importantes miembros de la nobleza, descontentos con el modelo de gobierno lunista. La política del marqués de Villena en esos momentos fue la de aprovechar la turbulenta situación del reino para incrementar su patrimonio y el del maestre calatravo. El apoyo de Pedro Girón a la causa del príncipe Enrique le reportó nuevas concesiones: derechos de bienes tomados a moros en Jaén, Úbeda, Baeza y Andújar (1446), escribanías de las rentas de la ciudad de Jaén y las villas de su obispado y, sobre todo, la villa de Peñafiel (1448).

En el verano de 1449 volvió a constituirse una importante Liga nobiliaria, con la participación de los reyes de Navarra y Aragón y del príncipe de Asturias, que probablemente puso como condición para formar parte de la misma la renuncia de Alfonso de Aragón al maestrazgo de Calatrava. En este contexto cabe situar la entrega previa de la ciudad de Toledo, sublevada desde enero de ese mismo año, al príncipe y a sus validos. En octubre de 1449, el príncipe Enrique decidió pactar con su padre, a quien le prometió la entrega de Toledo, que era pieza estratégica fundamental en la agitada política castellana, en el plazo de un año; mientras tanto, Pedro Girón quedó como tenente de la ciudad del Tajo, reemplazando al alcaide Pedro Sarmiento. A pesar de ello, Toledo no fue devuelta a Juan II hasta junio de 1451.

En el verano de 1452, los hermanos Pacheco-Girón, al perder la confianza del príncipe de Asturias, llegaron a aliarse puntualmente con Álvaro de Luna, sobre la base de una propuesta de matrimonio entre el maestre calatravo y María de Luna, hija del condestable. No materializada esta alianza, Girón y Pacheco se acercarán de nuevo al príncipe Enrique. Meses después, en junio de 1453, el condestable de Castilla, aislado políticamente y abandonado por casi todos, moría ajusticiado en Valladolid, fruto del autoritarismo tiránico. Durante esos años, el apoyo al heredero castellano, le proporcionó al maestre calatravo los portazgos de Úbeda y Baeza (1452), varias rentas y heredades en la localidad asturiana de Puebla de Grado (1452) y la villa de Santiesteban del Puerto (1453).

En julio de 1454, al subir al trono castellano Enrique IV, Girón y Pacheco, sus viejos aliados, fueron los grandes beneficiados. El marqués de Villena quedó como favorito regio y desde su privilegiada posición defendió los intereses de su familia. En el mismo año 1454, el maestre de Calatrava, miembro entonces del Consejo Real, vio confirmadas todas las donaciones realizadas por el Rey cuando era príncipe de Asturias e incrementadas sus rentas con el portazgo y almojarifazgo de Jaén y el diezmo y medio diezmo de lo morisco en los puertos de Jaén, Quesada, Úbeda, Baeza y Andújar. Además, el tratado de paz, ratificado por el rey de Navarra en 1455, supuso la renuncia de Alfonso de Aragón, entre otras cuestiones, al maestrazgo calatravo y a la villa de Peñafiel a cambio de 500.000 maravedís anuales, cuestión que beneficiaba directamente a Pedro Girón.

A partir de entonces, el maestre Girón participa activamente en la reanudación de la guerra de Granada, interviniendo en la tala de Illora, Moclin y la vega de Granada (1455) y en la campaña de 1456, saqueando Estepona, la vega de Málaga y Jimena, al frente de ochocientos hombres de armas, trescientos jinetes y trece mil peones. Al finalizar las operaciones militares, Pedro Girón fue nombrado por el Monarca capitán general de la Frontera. Desempeñando este oficio se ocupó directamente de la fortificación de Córdoba, Jaén y otras ciudades andaluzas. Además, el Monarca le recompensó con la entrega de nuevas mercedes como los 40.000 maravedís de juro de heredad situados en las alcabalas de Ciudad Rodrigo y la donación del lugar de Santibáñez.

Entre 1457 y 1463, el auténtico hombre fuerte de la política castellana fue el favorito regio Juan Pacheco, que contó con Pedro Girón como el más fiel colaborador en el gobierno del reino. Sin embargo, el marqués de Villena y el maestre calatravo nunca asumieron la defensa del modelo monárquico de tradición lunista y situaron siempre por encima sus intereses personales con el objetivo de mantenerse en el poder. Ambos hermanos consiguieron alejar de la Corte al condestable Miguel Lucas de Iranzo, cuyo ascenso ponía en peligro el control sobre la persona del Monarca ejercido por el binomio Pacheco-Girón. Esta situación de preponderancia política fue aprovechada por Pedro Girón para conseguir en 1459 las donaciones de las villas de Gumiel de Hizán y Briones y de los lugares de Langayo, Piñel de Suso y San Mamés, en término de Peñafiel, y la libre disposición de las rentas del maestrazgo calatravo, y en 1460 las villas de Fuente Obejuna y Bélmez. En 1461 el maestre calatravo participó, junto a Enrique IV, en la guerra contra Navarra, que se desarrolló de forma favorable para los castellanos. Al año siguiente, Pedro Girón intervino, al frente de las tropas calatravas, en la guerra granadina, consiguiendo tomar Archidona.

A partir de 1464, Beltrán de la Cueva, hombre de origen humilde y vinculado a la familia de los Mendoza, se convertirá en el nuevo favorito regio, desplazando así del gobierno del reino al marqués de Villena. Esta circunstancia propicia el resurgimiento de la Liga nobiliaria, formada por lo más granado de la nobleza y a la que se unirán Juan Pacheco y Pedro Girón.

Poco después, el maestre calatravo estuvo implicado en primera persona en dos intentos de apresamiento de Enrique IV y de su valido, convertido ya en maestre de Santiago. Como respuesta a esta traición de Pedro Girón, el Monarca castellano intentó convocar a las hermandades, las cortes y a los nobles fieles a su causa, básicamente los Mendoza. En contrapartida, el marqués de Villena reunió en septiembre de 1464, en Burgos, una asamblea a la que acudió la aristocracia más importante del reino, incluido naturalmente el maestre de Calatrava. La asamblea acusó públicamente a Enrique IV de todos los males que padecía el reino, al tiempo que exigió el reconocimiento del infante Alfonso como príncipe heredero y administrador del maestrazgo de Santiago, al que previamente debía renunciar Beltrán de la Cueva.

En un primer momento, el Rey acepta las reivindicaciones nobiliarias, pero posteriormente decide dar marcha atrás y la aristocracia rebelde reacciona con el derrocamiento simbólico de Enrique IV y la proclamación del infante Alfonso como rey de Castilla, en los sucesos que se conocen como la Farsa de Ávila (1465).

Mientras tanto, Pedro Girón, que no había participado directamente en los acontecimientos acaecidos en la ciudad abulense, se venía encargando, desde finales de 1464, de defender la causa de la Liga nobiliaria en Andalucía, región donde el maestre tenía no pocos intereses personales. Para ello tuvo que enfrentarse con Miguel Lucas de Iranzo, cabecilla del partido monárquico en la zona. Pedro Girón consiguió tomar Úbeda, Baeza y otras fortalezas cercanas. A finales de la primavera de 1465, el maestre calatravo se había hecho con el control de Andalucía y, por ello, en el alcázar de Baeza, pudo proclamar al infante Alfonso como rey de Castilla, contando con el apoyo del duque de Medina Sidonia, el conde de Arcos, el obispo de Jaén y las ciudades de Sevilla, Córdoba, Carmona, Écija, Jerez, Úbeda y Baeza. Enrique IV, ante la gravedad de los acontecimientos, reaccionó solicitando al papa Pablo II que privara a Pedro Girón del maestrazgo de Calatrava.

Con la situación controlada, el maestre Girón pudo titularse virrey de Andalucía y ocupar las principales fortalezas del priorato castellano de la Orden de San Juan. No obstante, todavía quedaba un foco enriqueño de importancia: Jaén, defendida por Lucas de Iranzo. Pedro Girón puso cerco a la ciudad a comienzos del verano de 1465, pero un posible levantamiento en Sevilla le obligó a llegar a una tregua con el condestable. Tras las negociaciones con el duque de Medina Sidonia, el conde de Arcos y el gobierno municipal sevillano, se consiguió la adhesión de la ciudad a la causa alfonsina. Como consecuencia de su intervención, en marzo de 1466 el maestre sería nombrado alcalde mayor de Sevilla.

El apoyo de Pedro Girón al que ya se titulaba rey Alfonso permitió que éste le perdonara todas las numerosas rentas usurpadas por el maestre antes de finales de 1465, integradas básicamente por las alcabalas y tercias de sus señoríos y de algunos lugares pertenecientes a la Orden en el Campo de Calatrava y en el obispado de Jaén. El infante Alfonso entregó además al primogénito de Girón, Alfonso Téllez Girón, las tercias de Lorca y las rentas del almojarifazgo del obispado de Cartagena.

A partir de enero de 1466, la liga nobiliaria comenzó a dividirse en dos bandos: el de los partidarios de continuar con las hostilidades, encabezado por el arzobispo toledano Alonso Carrillo, y el de los inclinados a la negociación con el Monarca, liderados por Juan Pacheco. Este último bando propuso a Enrique IV un acuerdo mediante el cual el marqués de Villena prometía volver a su servicio, se buscaría una fórmula de reparto del reino, y Pedro Girón garantizaría el apoyo de la Orden de Calatrava y de toda la Andalucía que controlaba, poniendo a disposición del Rey tres mil lanzas y un préstamo de 70.000 doblas. En contrapartida, los dos hermanos exigían que se suspendiera la alianza con Portugal, que incluía el matrimonio entre la infanta Isabel y Alfonso de Portugal y debilitaba a la nobleza castellana, que se celebrara la boda entre Pedro Girón y la mencionada infanta y que se expulsara de la Corte a Beltrán de la Cueva y a su hermano, el obispo de Calahorra.

Enrique IV aceptó las condiciones, a pesar de las recomendaciones en contra del condestable Lucas de Iranzo, y Pedro Girón emprendió viaje hacia la Corte para celebrar su matrimonio con la infanta Isabel. Salió de Almagro, con dirección hacia Ocaña, donde le esperaba la infanta, y al llegar a Villarrubia de los Ojos, todavía en el señorío calatravo, enfermó. El 28 de abril de 1466 hizo su testamento y murió allí mismo, el 2 de mayo, cuando contaba con cuarenta y tres años de edad. Fue enterrado en la fastuosa capilla que se estaba construyendo en la cabecera del convento de Calatrava, bajo la dirección del maestro Hanequín de Bruselas.

Los cronistas castellanos de la época coinciden en señalar el odio generalizado que sus contemporáneos sintieron hacia la figura del maestre y su escasa devoción cristiana al morir, acusándolo incluso de blasfemar contra Dios en el lecho de muerte. Desde la perspectiva política, el fallecimiento de Pedro Girón benefició al partido enriqueño, que recuperó el control sobre la mayor parte de Andalucía. Además el marqués de Villena debió alejarse de la Corte para ocuparse de la administración de la herencia dejada por el maestre, ya que todos sus hijos eran menores de edad. Estas circunstancias contribuyeron a consolidar la división entre la nobleza rebelde.

Pedro Girón no se casó nunca, a pesar de que estuvo comprometido con Beatriz de Aragón, hija ilegítima de Enrique de Aragón, conde de Cangas y Tineo, y posteriormente con Isabel de las Casas, con la que convivió habitualmente y de la que tuvo tres hijos, que fueron convenientemente legitimados por los pontífices romanos: Alfonso Téllez Girón, conde de Urueña y heredero de los señoríos paternos; Rodrigo Téllez Girón, el maestre de Calatrava (1466-1482), que sucedió a su padre, y Juan Téllez Girón, que heredó los señoríos familiares a la muerte prematura de su hermano Alfonso (1469) y del que descienden los siguientes titulares de la casa de Osuna. Tras la muerte de Pedro Girón, Isabel, perteneciente al linaje sevillano de De las Casas, se retiró a Peñafiel, señorío de su hijo, donde murió y fue enterrada en el convento de San Francisco de la misma villa. Además, el maestre calatravo tuvo tres hijas: María, Isabel e Inés, esta última nacida de la relación con Inés de Meneses, que fue mujer de Francisco Enríquez, hermano de Juana Enríquez, reina de Aragón y Sicilia.

 

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Enrique Rodríguez-Picavea Matilla

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