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Juan Carandil de Velasco

Biografía

Carandil de Velasco, Juan. Valle de Penagos (Cantabria), p. m. s. xvii – 4.I.1680. Monje y abad cisterciense (OCist.), escritor, prior del Sacro Con­vento de Calatrava.

Fue uno de los grandes hombres de letras y de go­bierno que produjo la Congregación Cisterciense de San Bernardo, o de Castilla. De una noble familia montañesa, se inició muy pronto en los estudios y en el gobierno de los monasterios.

Consta su filiación montañesa por la Biblioteca Cis­terciense Española, del padre Muñiz, el cual dice que fue natural del Valle de Penagos, diócesis de Santan­der. Añade que “tomó el hábito en el Monasterio de Valparaíso en 1630; posteriormente fue maestro ge­neral de la Congregación de Castilla, dos veces abad en ella, definidor general, calificador de la Suprema y uno de los de su Real y Suprema Junta, electo prior del Sacro Convento de Calatrava, varón celosísimo de la disciplina monástica”.

Debía de tener el padre Juan una pluma fácil, ya que escribió acerca de diversos temas. Como hijo amante de su monasterio de Valparaíso, compuso una Vida de San Martín Cid, primer Abad del Monasterio de Valparaíso. Esta obra se conservaba manuscrita en dicho monasterio por el tiempo en que el padre Mu­ñiz publicó el tomo IX de su Médula Histórica Cis­terciense, o sea, en 1793. Otro fruto del saber de fray Juan es el Ceremonial nuevamente corregido [...]. Otra obrita también litúrgica es el Apéndice al Ceremonial Cisterciense.

Pero lo que haría célebre el nombre de Carandil de Velasco fue el haber conseguido lo que no consiguie­ron tres reyes tan importantes como Fernando el Ca­tólico, Carlos V y Felipe II, o sea, la cesión del derecho de presentación e instalación del prior del Sacro Convento de Calatrava. Verdad es que aquí existía una doble opinión. Por una parte, tanto el Monarca como la Congregación de Castilla deseaban que el nombramiento del prior se hiciese en España y re­cayese en un español; por otra, los capellanes de Calatrava aspiraban a independizarse no sólo de Fran­cia, sino también de la misma Orden cisterciense, al menos en el plan jurídico, y en este punto más bien parece que les apoyaba el Rey. Así fue como ni Cri­sóstomo Enríquez, ni Ángel Manrique, ni el famoso Caramuel, ni Roys de Mendoza, lograron tomar po­sesión del cargo de prior, que el abad de Morimundo les confiara. Lo mismo sucedió con el padre Carandil, nombrado prior por el abad de Morimundo, Dom Francisco de Machault, en mayo de 1672. Lo que sí obtuvo el monje de Valparaíso fue que Dom Ma­chault hiciese la cesión solemne del ius praesentandi en la Congregación de Castilla. Para ello hubo de agotar sus cualidades de diplomático y jurista, y al fin vio sus esfuerzos coronados con el éxito más completo.

Muñiz cita a este propósito el Razonamiento “que el Mro. Fr. Juan Carandil de Velasco hizo por escrito a nuestro Rmo. P. General y Santo Definitorio de la Orden de nuestro P. San Bernardo en su capítulo in­termedio del año 1675, presentando a su Rma. la ce­sión perpetua de todo el ius praesentandi cum iuribus annexis a la gloriosa Dignidad de Gran Prior de la Ín­clita Orden y Caballería de Calatrava, hecha legítima y auténticamente por el Ilmo. Abad de Morimondo en nuestra Ilma. Y Sagrada Congregación Cisterciense de Castilla, generosamente persuadido por la virtud y eficaces razones de una carta dem mismo Maestro Ve­lasco”. De esto quedó constancia en las definiciones, el día 9 de mayo: “28. Iten dicho día admitió el santo definitorio la cesión y renunciación que hizo el abad de Morimundo en nuestra congregación el derecho que tenía para presentar y nombrar prior del Sacro Convento de Calatrava”.

De todos modos se produjo una situación difícil y embarazosa, muy bien descrita y documentada por el doctor José F. O’Callaghan de la Universidad de Fordham en su excelente trabajo.

Según él, el padre Carandil no pudo tomar po­sesión de su cargo de prior de Calatrava al llegar a Madrid el 1 de junio de 1673. En 1668, a 29 de febrero, el papa Clemente IX había confirmado el estatuto de los capítulos generales de Calatrava de 1600 y 1652, según el cual los priores habían de ser trienales, y los capellanes ni cortos ni perezosos habían escogido ya a uno de entre ellos. Entonces, el prior electo por el abad de Morimundo propuso a éste que cediera el derecho de presentación a la Congregación de Castilla y, aunque no parece ser que lo obtuvo, con su primera carta de 2 de abril de 1674, mas sí con la de 22 de octubre del mismo año. El documento de renuncia del abad Morimundense fue publicado por el padre Muñiz en el Apéndice de Escrituras del tomo VI de la Médula Histórica Cis­terciense.

Como se ve en ese documento, concedía el abad de Morimundo, que el prior de Calatrava pudiese en adelante ser elegido por el general de la Congregación de Castilla y los que tuviesen voto en el Capí­tulo General. Él se reservaba el derecho de confirmación. Tal derecho había de entrar en vigor después de la muerte del padre Carandil, salvo en el caso de que renunciase libremente al priorato. La Congrega­ción de Castilla, por su parte, aceptó esta cesión por un documento fechado en Palazuelos el 7 de mayo de 1675, que también se encuentra en Muñiz a con­tinuación del anterior. El general y los seis defini­dores comunicaron al abad de Morimundo que ha­bían admitido su cesión en el capítulo intermedio de aquel año. Citan un texto de San Bernardo acerca de la gratitud debida a los bienhechores y prometen que considerarán como a uno de los principales a dom Francisco Machault. Observan asimismo que quien recibe el honor ha de recibir también las cargas y prometen no dejar piedra por mover a fin de que no se pierda para Císter un honor tan grande como la dignidad de prior de Calatrava, aun cuando veían que la causa estaba ya casi desesperada. Prometieron además que suplicarían al Rey que velase porque las armas españolas no causasen daño alguno al venera­ble monasterio de Morimundo, de lo cual quedaba encargado particularmente el Abad de Santa Ana de Madrid.

El padre Carandil escribió en esta ocasión otras dos cartas al abad de Morimundo, una para indicarle que iba a presentar el documento al capítulo y otra para comunicarle el resultado, fechadas la primera en 16 de febrero y la segunda en 29 de mayo.

Pese a todos estos razonamientos, el padre Carandil falleció sin tomar posesión del priorato el 4 de enero de 1680.

 

Obras de ~: Vida de S. Martin Cid, primer Abad del Monas­terio de Valparaiso (ms.), Monasterio de Valparaíso, s. l., s. f.; Ceremonial nuevamente corregido y mas explicado para celebrar las Misas privadas, conforme al Sacro Rito de la Orden de Cistèr ò de S. Bernardo, con autoridad, y por mandado del Capitulo General de dicha Orden en los Reynos de España, celebrado este año de 1650, Salamanca, 1650, por Diego Cano (reimpreso en 1653); Apendice al Ceremonial Cisterciense, que manifiesta como por la fraccion de la Hostia consagrada, que Cistèr hace en tres partes iguales, en que su Rito se diferencia del Romano, incliti Cistercienses cognoverunt Dominum in fractione panis, Salamanca, por Diego Cosio, 1650; Razonamiento que el Mro. Fr. Juan Carandil de Velasco hizo por escrito à nuestro Rmo. P. General y Santo Difinitorio de la Orden de Nuestro Padre San Bernardo en su Capitulo intermedio del año 1675. Presentando à su Rma. la cesion perpetua de todo el jus praesentandi cun juribus annexis à la gloriosa Dignidad de Gran Prior de la Inclita Orden y Caballeria de Calatrava, hecha legitima y autenticamente por el Ilmo. Abad de Moribundo en nuestra Ilma. y Sagrada Congre­gacion Cisterciense de Castilla, generosamente persuadido por la verdad y eficaces razones de una Carta del mismo Maestro Velasco (impreso en 12 hojas de à folio), s. l., 1675; Memorial presen­tado à la Magestad del Señor Don Carlos II. en el que se prueba el derecho que siempre ha tenido el Abad de Moribundo de pre­sentar el Priorato del Sacro Convento de Calatrava en Monge de la Orden del Cistèr, s. l., 1675; Suplica à S. M. para que se sirva confirmar la eleccion hecha por el dicho Abad en la persona del Mro. Fr. Juan Carandil de Velasco (impreso en 55 hojas) s. l., 1675.

 

Bibl.: B. Mendoza, Synopsis, seu brevis notitia Monasterio­rum Congregationis Hispana Cisterciensis, Castellæ, et Legionis dictæ, et alias S. Bernardi (ms.), abadía de San Isidro de Due­ñas (Palencia), 1753, pág. 63; R. Muñiz, “Origen, progresos, méritos y prerrogativas de la inédita noticia de Calatrava de la Orden del Císter, con un catálogo Genealógico de sus Maes­tres”, en Medula histórica cisterciense, vol. VI, Valladolid, en la Imprenta de la Viuda de Santander, 1787, pág. 127; Biblioteca Cisterciense Española, Burgos, Joseh de Navas, 1793, págs. 79-81; B. Chillón, San Martín Cid y el monasterio de Valparaíso, Zamora [s. n.], 1939, pág. 72; F. O’Callaghan, “The Affilia­tion of the Order of Calatrava with the Order of Cîteaux”, en Analecta S. Ordinis Cisterciensis, XV (1959), págs. 161-193; XVI (1960), págs. 3-59; XVI (1960), págs. 255-292; D. Yá­nez Neira, “Datos para la historia del monasterio cisterciense de Valparaíso”, en Cistercium, IX (1957), pág. 167; P. Gue­rin, “Cistercienses montañeses anteriores al siglo xx”, en Cis­tercium, XIII (1961), págs. 194-197.

 

Francisco Rafael de Pascual Rubio, OCist.

 

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