Montoya, Gaspar de. Miranda de Ebro (Burgos), s. m. s. XV – ?, 12.IX.1536. Consejero de Indias y de Castilla.
En el año de 1515 se integró en el colegio de San Bartolomé de Salamanca, donde más tarde, entre los años 1528 y 1519, ocupó una cátedra de Instituta para después pasar a ocupar la de Código, donde se mantuvo hasta el año 1523. Cuando Carlos V volvió a España, realizó una serie de modificaciones que permitieron que Montoya fuera considerado un candidato perfecto para ocupar el puesto de oidor en la Chancillería de Valladolid, y no sólo se le tuvo en consideración sino que además consiguió el cargo el 20 de enero de 1523, y durante su estancia aquí, entabló amistad con el obispo de Osma, Juan Pardo de Tavera, quien fue presidente de la Chancillería entre septiembre de 1522 y septiembre de 1524. Esta circunstancia, unida a la soltura con que debió de superar la visita al tribunal instruida por Francisco de Mendoza, obispo de Zamora, fortaleció la tutela ejercida por sus protectores y resultó decisiva para la continuidad de su progresión administrativa. En los años 1526 y 1527 parece que se consideró la posibilidad de que Montoya se trasladase a la Audiencia de La Española, como presidente, pero esto fue tan sólo una posibilidad, ya que Montoya, mientras ocupaba el cargo de oidor, trató de hacerse con la posesión de diferentes cátedras en diferentes universidades, concretamente en la Universidad de Valladolid y en la de la ciudad en la que había estudiado, Salamanca. En la Universidad de Valladolid hubo de enfrentarse al doctor Frías, y en la de Salamanca al doctor Álvarez Tapia por la cátedra de Prima de Leyes, que finalmente consiguió Montoya el 17 de diciembre de 1530 y que ocupó de forma esporádica debido a sus actividades administrativas, las cuales impidieron que dedicara un tiempo completo a la cátedra. Desde 1517 la vida de Montoya y su actividad profesional contiene datos confusos, sin embargo, se da por hecho que accedió al Consejo de Indias con título de 22 de abril de 1528, figurando en el Nombramiento de personas para el Consejo y para las audiencias y para el Consejo de la Emperatriz y de la Inquisición, donde aparece como consejero acrecentado del Consejo de Indias. Pero las anotaciones correspondientes al año 1529 del pagador de las chancillerías contradicen lo antes afirmado, ya que por dichas anotaciones parece que Montoya residió en Valladolid hasta el momento en que se integró en el Consejo Real, el 10 de julio, aunque había obtenido el título el 2 de marzo. En función de estas dos informaciones se deduce que Montoya ejerció ambos puestos a la vez, lo más seguro es que primero ocupase el puesto de oidor acrecentado del Consejo de Indias, desde el 22 de abril de 1528, sin abandonar la Chancillería, permaneciendo en esta última institución hasta el 2 de marzo de 1529 cuando promocionó al Consejo Real. En cualquier caso, se deduce una importancia creciente en el despacho, culminada con el paso al Consejo Real.
El hecho de que Juan Pardo de Tavera interviniese en los asuntos relacionados con Indias, posibilitó que Montoya pudiera participar desde el Consejo Real en los problemas relacionados con estos territorios, destacando en las reformas que efectuó, Sebastián Ramírez de Fuenleal convertido en el nuevo presidente de la Audiencia de México. Su trabajo le hizo recibir diferentes muestras de aprecio procedentes del emperador Carlos y, al que Montoya conocía porque había asistido a una de sus clases cuando ocupaba la Cátedra de Prima de Leyes en la Universidad de Salamanca en el mes de junio, y de su esposa, la emperatriz Isabel de Portugal, con quienes realizó un viaje por Ávila, Salamanca, Zamora y Toro en 1534, viaje en el que también estuvieron presentes Tavera, el licenciado Aguirre, el doctor Guevara y el licenciado Velázquez de Acuña, entre otros ministros. Este último año se encargó de la presidencia del Honrado Concejo de la Mesta. Existen distintos testimonios que alaban la valía de Montoya, gracias a los cuales fue incluido por el Emperador, en una serie de modificaciones que realizó antes de salir a la jornada de Túnez un año después de la visita realizada por las mencionadas ciudades castellanas, en 1535. La orden de Carlos V fue que tanto el licenciado Ibáñez de Aguirre y como el doctor Montoya le sirviesen también en la Cámara, junto con el licenciado Polanco, mientras Guevara se encargaba del trámite de las mercedes durante el viaje.
Cuando el Emperador tornó de la jornada de Túnez, parece que Montoya acompañó a la Emperatriz en una serie de viajes que realizó en torno a Castilla.
Además Montoya destaca como una de las personas, junto con García de Loaysa, que negoció con el nieto del descubridor de América, Luis Colón, acerca de los privilegios que la familia tenía en relación con dichos territorios. Dejó dispuesto su entierro en el monasterio jerónimo de San Miguel del Monte, cercano a Miranda de Ebro. Tras su muerte, acontecida el 12 de septiembre de 1536, y debido a su intensa labor y al aprecio que por él sentía el Emperador, su hijo, Pero Gómez de Montoya fue nombrado capellán de su casa unos días después de su fallecimiento, el 15 de noviembre.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Estado, leg. 14, n.º 250; leg. 15, n.º 19; leg. 16, n.º 450; Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, leg. 1587; Escribanía Mayor de Rentas, Quitaciones de Corte, leg. 20, n.os 1108-1118; Casas y Sitios Reales, leg. 108, fol. 426.
F. Ruiz de Vergara y Álava, Historia del Colegio Viejo de San Bartolomé, vol. I, Madrid, Imprenta Andrés Ortega, 1766, págs. 276-277; P. Gan Giménez, “El Consejo Real de Castilla: tablas cronológicas (1499-1558)”, en Chrónica Nova, 4-5 (1969), págs. 98-99 y 108-111; V. Beltrán de Heredia, Cartulario de la Universidad de Salamanca, vol. II, Salamanca, Universidad, Secretariado de Publicaciones, 1970-1973, págs. 504 y 516-517; A. M. Carabias Torres, “Catálogo de colegiales del Colegio Mayor de San Bartolomé (siglo xvi)”, en Salamanca. Revista Provincial de Estudios, 18-19 (1985- 1986), pág. 234; P. Gan Giménez, El consejo Real de Carlos V, Granada, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1988, pág. 249; I. J. Ezquerra Revilla y H. Pizarro Llorente, “Montoya, Gaspar”, en J. Martínez Millán (dir.), La Corte de Carlos V, vol. III, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000, págs. 290-291; E. Schaefer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, vol. I, Madrid, Marcial Pons-Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 2003, pág. 354.
Alejandro López Álvarez