Escudero Valverde, José María. Castromocho (Palencia), 1.VI.1909 – Madrid, 8.X.1977. Médico, militar, psiquiatra.
Fue uno de los introductores de la psiquiatría militar en España; implantó esta especialidad cuando todavía la Universidad española no contaba con la misma y formó durante años a médicos de los tres Ejércitos.
Estudió Medicina en la Facultad de Valladolid, donde fue alumno interno de Patología General. Se licenció con sobresaliente y fue galardonado por la Real Academia Nacional de Medicina por su expediente. Su tesis doctoral versó sobre Trastornos psíquicos y dintel de excitabilidad convulsiva en los epilépticos por traumatismos craneales.
En 1932 ingresó por oposición en el Cuerpo de Sanidad Militar y tras su período de formación sanitario castrense, estuvo destinado en la Agrupación de Artillería de Melilla, la Comandancia de Sanidad Militar de Valladolid y el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas. Durante la Guerra Civil prestó asistencia médico-sanitaria en varios frentes, por lo que fue condecorado con la Medalla de la Campaña de Liberación Nacional, la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo y la Cruz de Guerra. Finalizada la contienda, inició su andadura psiquiátrica para diplomarse en Neuropsiquiatría. En 1940 obtuvo por oposición plaza para la realización de la especialidad en la sanidad castrense, lo que lleva a cabo en la Clínica Psiquiátrica Militar de Ciempozuelos y en el Hospital Militar de Urgencia en Madrid, bajo la dirección del coronel médico Antonio Vallejo Nájera. En 1942 obtuvo el título de diplomado en Neuropsiquiatría y un año después, con el grado de comandante, fue nombrado segundo jefe de la Clínica Psiquiátrica Militar de Ciempozuelos. Fruto de la colaboración con su superior y de los peritajes realizados es la monografía de ambos Trastornos psíquicos en traumatizados craneales (1947) y su tesis doctoral. En diciembre de 1947 fue nombrado máximo responsable de los servicios psiquiátricos militares. Desde entonces, hasta 1970 se hizo cargo de la dirección de la Clínica Psiquiátrica Militar de Ciempozuelos y de la presidencia del Tribunal Psiquiátrico Militar. También asumió la jefatura del Servicio de Neuropsiquiatría del Hospital Militar de Urgencia (hasta 1956) y fue jefe de los servicios de Higiene Mental del Estado, profesor adjunto de la Clínica Militar Psiquiátrica de Ciempozuelos, profesor de Neuropsiquiatría de los ejércitos de Tierra, Mar y Aire y jefe del servicio de Neuropsiquiatría de la Cruz Roja. En 1965 ascendió a general.
A partir de 1970, fue director del Hospital Militar Generalísimo Franco, alcanzando poco después el grado de general subinspector médico con el que fue nombrado jefe de los servicios sanitarios de la II Región Militar en Sevilla. Colaborador y profesor adjunto honorario de la cátedra de psiquiatría de la Facultad de Medicina de Madrid. El principal mérito de Escudero Valverde al frente de la psiquiatría militar fue su dedicación docente. Formó a más de treinta especialistas en psiquiatría de los cuerpos de sanidad de los tres ejércitos, lo que permitió la creación paulatina de servicios de neuropsiquiatría en todos los hospitales militares cabeceras de región militar. Por otra parte, publicó estudios sobre la personalidad de los jóvenes llamados a filas y de los voluntarios para servir en el Ejército, sobre las enseñanzas recibían, en torno a temas como el reclutamiento y selección del personal e higiene mental militar. También se ocupó de la llamada guerra psicológica. En 1969 organizó la primera mesa redonda sobre psiquiatría militar, que supuso la mayoría de edad de la psiquiatría militar española.
En el ámbito de la psiquiatría general se interesó sobre la terapéutica enfocada desde los principios de la evidencia científica, algo no tan común en su época. En 1962 en una ponencia del Congreso de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (Psicofarmacología y técnicas de evaluación de resultados terapéuticos en psiquiatría) ya señaló “la confusión provocada con la bibliografía comercial debido a los enormes intereses que tras ellos se mueven” y abogó por la utilización de métodos que objetiven los resultados de los tratamientos. Hizo una gran colección de cuadros y dibujos de enfermos mentales y publicó sobre la pintura de los enfermos mentales, preocupándose por delimitar las fronteras entre la normalidad y la anormalidad.
Como hecho curioso cabe mencionar que, a petición del Comité Olímpico Nacional, hizo un examen psicotécnico del ajedrecista Arturo Pomar, que tenía entonces catorce años, a raíz de unos malos resultados en las rondas finales de torneos largos, que hacía temer un pronto agotamiento de sus facultades. Fue un estudio muy exhaustivo del que concluyó que se trataba de un superdotado, cuyas facultades psíquicas más desarrolladas están en relación con el ajedrez, que no existía impedimento para participar en torneos y que para el total desenvolvimiento de su personalidad le convenía estudiar idiomas y ciencias abstractas, así como la práctica de los deportes bajo control.
Recibió los premios de la Real Academia Nacional de Medicina de Licenciatura de la Fundación San Nicolás y el de la Academia por su trabajo Relaciones nosológicas entre la psicosis maníaco-depresiva y la esquizofrenia, le fue impuesta la Cruz del Mérito Naval, representó a España en el Congreso Internacional de Berna e intervino en el Congreso Internacional de Psiquiatría de París y en el de Zúrich. Fue vicepresidente, secretario general y tesorero de la Asociación Española de Neuropsiquiatría y tesorero del IV Congreso Mundial de Psiquiatría (Madrid, 1966), que presidió Juan José López lbor. Fue secretario de la revista Archivos de Neurobiología (1949-1967).
En 1962 ingresó en la Real Academia Nacional de Medicina. Su discurso preceptivo tuvo como título Influencia del servicio militar sobre la personalidad del soldado español.
Obras de ~: “Las personalidades psicopáticas en el ejército”, en Medicina y Cirugía de Guerra (MCG), XIV (1952), págs. 185-193; con F. J. Mendiguchia Quijada, R. González Mas y A. Fernández Sánchez, “Estadísticas de psiquiatría militar”, en MCG, XVI (1954), págs. 715-718; “Arte pictórico en la esquizofrenia”, en Anales de la Real Academia Nacional de Medicina (ARANM), LXXIV (1957), págs. 357- 378; “Arte pictórico en la esquizofrenia”, en Medicamenta, XXVI (1958), págs. 100-117; “Hygiene mentale aux armées”, en Revue Internationale des Services de Sante des Armées, XXXIII (1960), págs. 113-117; “Ha muerto el Coronel Médico Dr. A. Vallejo Nágera”, en Archivos de Neurobiología (1960), págs. 74-77; “Reclutamiento y selección”, en MCG, XXIV (1962), págs. 71-85; “La influencia del servicio militar en la personalidad del español”, en Medicina, XXX (1962), págs. 143-166, 177-197 y 311-329; “La guerra psicológica”, en MCG, XXIV (1962), págs. 7-34; Influencia del servicio militar sobre la personalidad del soldado español, discurso de ingreso en la Real Academia Nacional de Medicina, Madrid, Cosano, 1962; “Enfermedades psíquicas y peligrosidad social”, en ARANM, LXXXIV (1967), págs. 457-484; Pintura psicopatológica, Madrid, Espasa Calpe, 1970; “La delincuencia juvenil, un problema de psiquiatría social”, en ARANM, XC (1973), págs. 455-474; Pintura Psicopatológica, Madrid, Espasa Calpe, 1973; Apuntes Patográficos sobre José Gutierrez Solana, Madrid, Real Academia Nacional de Medicina, XII, 1975; “Evaluación de las deficiencias, hándicaps y perjuicios corporales en neuropsiquiatría”, en ARANM, XCIII (1976), págs. 561-575.
Bibl.: J. M. Fuentes y J. Ganzo, La vida de Arturito Pomar, Madrid, 1946; “Solemne sesión necrológica en memoria del Excmo. Sr. D. José A. Escudero Valverde”, en ARANM, XCIV (1977), págs. 549-561; L. F. Abejaro de Castro, Historia de la psiquiatría militar española (1800-1970), tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 1993; J. J. López Ibor, Contestación en J. M.ª Escudero Valverde, Influencia del servicio militar sobre la personalidad del soldado español, op. cit., págs. 133-142.
Juan J. López-Ibor Aliño