Ponte de la Hoz y Rodríguez, Teodoro. ?, 1830 – 1910. Pintor aficionado.
Cuando a principios del año 1859 fue propuesto para académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en la clase de no profesor, era oficial de la Secretaría del Ministerio de Fomento, encargado del negociado de Bellas Artes, y se le propuso “en justo reconocimiento a los esfuerzos que ha hecho para promover y ampliar las exposiciones de Bellas Artes, y la creación de nuevas pensiones y estímulos, secundando las mociones de esta Academia para mejorar la condición de las artes a que también se dedicó en su primera juventud, y que aún cultiva como inteligente aficionado en el ramo del paisaje”; fue elegido el 2 de febrero y tomó posesión el 8 de diciembre del mismo año de 1859, pronunciando un discurso sobre la Influencia de las nobles artes en la sociedad, y protección que deben prestarles los gobiernos, al que contestó Eugenio de la Cámara. En el mes de junio había sido nombrado director interino (por ausencia de José Caveda), del Museo Nacional de Pinturas, “con el encargo expreso de proceder inmediatamente a la rectificación de los inventarios de pinturas y esculturas y al catálogo general, estando bajo sus inmediatas órdenes el jefe de restauración Pedro Kuntz y demás dependientes del Museo”. En 1866 participó junto a la Academia en la averiguación de los términos en que se vendió la iglesia del Monasterio de El Paular (Rascafría). Entre los años 1867 y 1868 fue censor (sustituyendo a Narciso Pascual y Colomer); y en 1889 pasó de académico numerario a correspondiente por sus prolongadas ausencias de España, como así lo manifestó Ángel Avilés al ingresar en la Academia en 1893, cuando explicaba que ocupaba la vacante dejada por Ponte de la Hoz porque hacía años que no residía en Madrid, ni en España.
Efectivamente, desde que en 1857 ingresara como funcionario del Ministerio de Fomento (cesante en 1859), pasó a ser jefe de Administración de la Comisión General de Hacienda en París, y luego interventor de la Delegación en Berlín, puesto del que pidió cesar por motivos de salud, para reincorporarse como delegado en París en 1892.
Obras de ~: Influencia de las nobles artes en la sociedad, y protección que deben prestarles los gobiernos [...] discurso [de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando] leído el 8 de diciembre de 1859, y contestación de Eugenio de la Cámara, Madrid, Imprenta de Manuel Tello, 1872.
Bibl.: M. Ossorio y Bernard, Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX, Madrid, Giner, 1975; J. M. Arnáiz (dir.), Cien años de pintura en España y Portugal (1830-1930), Madrid, Antiqvaria, 1988-2002; P. García Sepúlveda y E. Navarrete Martínez, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Departamento de Archivo, Biblioteca y Publicaciones. Relación general de académicos (1752 en adelante), Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, actualización anual [en línea], disponible en https://realacademiabellasartessanfernando.com/assets/docs/academicos/introduccion_relacion_general_de_academicos.pdf.
Esperanza Navarrete Martínez