Ramírez de Arellano, Manuel. Zaragoza, 1721- 1722 – Cartuja de Aula Dei, Peñaflor (Zaragoza), 1789. Escultor.
Era hijo del escultor Juan Ramírez Mejandre y hermano de José Ramírez de Arellano. Profesionalmente Manuel trabajó al amparo de su hermano José hasta la defunción de éste en 1770. A los veinticuatro años, 1746, era miembro de la Junta en la Academia de Dibujo que había fundado su padre en 1714 y que dirigió José entre 1739 y 1752-1754. Residió en la casa paterna de la calle de San Andrés de Zaragoza hasta 1752, año en que, al parecer, se trasladó a la calle de la Fuenclara número 15, esquina con la del Trenque, casa en la que su hermano mayor situó su nuevo taller y vivienda. En una relación de agremiados de 1762 Manuel figuraba trabajando allí, como hidalgo de mediana estatura. Si hasta 1770 no contó con taller propio, en 1773 consta como escultor en la calle de San Juan, con un impuesto anual de 180 reales de plata, poco, si lo comparamos con los 1800 que pagaba Carlos Salas. Como a partir de 1774 hasta su defunción no figura ya en el listado de impuestos hay que suponer que Manuel Ramírez en 1773-1774 se instaló de forma definitiva a la Cartuja de Zaragoza.
Con ella mantuvo contactos profesionales y religiosos desde 1750-1755. Por esas fechas, 1757, entraba en este recinto el joven Manuel Bayeu y Subías, más tarde pintor. Antes de 1763 Manuel formaba parte de la comunidad como hermano lego y el 9 de febrero de 1777 tomó el hábito de novicio donado. El 11 de agosto de 1772 estaba en Madrid en una junta de la Academia de San Fernando, donde fue recibido como académico de mérito, reconocimiento, por tanto, a una vida de trabajo. En 1778 vuelve a figurar en una de las juntas generales.
Desde el punto de vista profesional y religioso, se puede establecer una comparación entre las figuras del escultor y hermano jesuita Pablo Diego Ibáñez y Manuel Ramírez de Arellano. Los dos se dedicaron con ahínco a sus órdenes religiosas respectivas, jesuitas y cartujos, si bien Ramírez compaginó durante dos décadas la vida familiar con la religiosa. A ambos se les conoce actualmente por la decoración que dirigieron en dos iglesias con adornos de rocalla: la antigua iglesia de la Inmaculada de los jesuitas de Zaragoza y la de la Asunción de Aula Dei. Entre ambos artistas hay más de cuarenta y cinco años de diferencia cronológica pero hay un hilo conductor de estirpe barrocorococó, muy teatral y efectista en su composición de conjunto. Viendo el retablo mayor de Pablo Diego, 1723/1736, se puede entender mejor el de Manuel Ramírez, hacia 1757-1762, en línea del rococó apoteósico de la Baviera alemana. El retablo mayor de la Asunción de Aula Dei es un gran cuadro viviente de llamativos colores, pieza escenificada en tres niveles superpuestos: el terrenal con expresivos santos y apóstoles ante el sepulcro vacío de María; el intermedio con la Asunción de la madre de Jesús transportada por coros angélicos y en el ático el celestial, con la coronación de la Virgen por Cristo y el Padre Eterno. De fondo, el fulgor dorado de la arquitectura del retablo y sus adornos, brillantes como un ascua. Completan en los lunetos el efecto suntuoso los ángeles músicos del pintor Francisco Bayeu (hacia 1760).
Hoy día, sólo es posible relacionar directamente con Manuel Ramírez su obra en Aula Dei y aun ésta plantea ciertos problemas de adjudicación y cronología.
En la Cartuja, Ramírez dirigió un taller cuya obra se sitúa en tres frentes: la portada en estuco de la iglesia, interesante obra rococó en la que pueden adivinarse la intervención de varios autores (hacia 1750); el retablo mayor citado, obra de Manuel Ramírez y su taller (hacia 1757-1762), y, por último, las once estatuas exentas sobre peanas representando los cuatro evangelistas, los padres de la iglesia latina y a otros santos, 1772-1773. Estas esculturas son algo distintas de las figuras del retablo mayor al ser aquéllas de canon menos estilizado. En esos años, 1774-1776, cuenta su taller de Aula Dei con la colaboración de los escultores Jacinto Núñez y un tal Navarro y con el ensamblador Miguel Gómez, sin que pueda precisar qué hacen concretamente cada uno, si bien parece claro que por esas fechas Manuel Ramírez se dedica a la policromía, “colores y oro para los santos” (1775), “colores para el carísimo Ramírez” y “barro para modelar al carísimo Ramírez” (1776). Estilísticamente existe cierta diferencia entre la obra exenta de los muros y la del retablo mayor, sin duda ésta más afín al denominado estilo de “los Ramírez”, aunque de estilo más suave y amanerado del que acostumbra el taller familiar que dirigía José, por lo que habrá que ver en el retablo mayor una obra personal de Manuel Ramírez de Arellano.
En consecuencia, el retablo rococó de Aula Dei se desmarcó de la obra de su hermano José, vinculada al barroco romano.
A Ramírez le cabe el honor de que los muros laterales de la iglesia que adornó con su equipo de colaboradores acogiesen las pinturas de su joven paisano Francisco de Goya (1772-1774).
Obra de ~: Decoraciones, antigua Iglesia de la Inmaculada de los Jesuitas, Zaragoza, 1757-1762; Portada en estuco y retablo mayor de la Cartuja del Aula Dei (Zaragoza), c. 1757-1762; Once estatuas exentas sobre peanas de los cuatro evangelistas, los padres de la iglesia latina y otros santos, Cartuja del Aula Dei (Zaragoza), 1772-1773.
Bibl.: J. A. Ceán Bermúdez, Diccionario Histórico de los mas ilustres profesores de Bellas Artes en España, Madrid, Imprenta Viuda de Ibarra, 1800; C. Bédat, Los Académicos y las Juntas, 1752-1808, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1982; B. Boloqui Larraya, Escultura zaragozana en la época de los Ramírez, 1710-1780, Granada, Anel, 1983; J. J. Martín González, Escultura barroca en España, 1600- 1770, Madrid, Cátedra, 1983; J. R. Bosqued Fajardo, La Cartuja de Aula Dei de Zaragoza (Ventanas en el cielo [...]), Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inmaculada, 1986.
Belén Boloqui Larraya