Villanova, Joaquín de. Zaragoza, 1742 – Calahorra (La Rioja), 11.VIII.1804. Retablista.
Nacido en Zaragoza en 1742, recaló muy joven en Calahorra para aprender el oficio de arquitecto de retablos en unos momentos muy favorables, estableciendo definitivamente su residencia en esta ciudad, donde contrajo matrimonio con Antonia de Mauleón. Aquí fallecería el 11 de agosto de 1804 a los sesenta y dos años.
Tras ser examinado en el oficio de carpintero el 9 de abril de 1766 por los veedores locales Martín de Aramburu, de treinta y seis años de edad, y por Francisco de Echevarría, de treinta y cinco, al día siguiente era declarado hábil para ejercer la profesión y abrir su propio taller. Hasta entonces, y como era tradicional, había estado ejerciendo el oficio con maestros cualificados de la ciudad (posiblemente el arquitecto Manuel Adán sería uno de sus principales valedores) por espacio de varios años, con los que tendría oportunidad de asimilar el vistoso lenguaje rococó que, en un clima muy favorable, había introducido en la ciudad Diego de Camporredondo, si bien luego, con el paso del tiempo, no tendría más remedio que evolucionar hacia fórmulas neoclásicas propiciadas desde la Villa y Corte, lo que le valdría el apoyo de un canónigo tan ilustrado como Juan Miguel Mortela. Y aunque su actividad profesional se centró fundamentalmente en Calahorra y la Rioja Baja, sus incursiones por Navarra fueron también frecuentes gracias a la amistad que mantenía con otros colegas. Así, tras haberse adjudicado el tudelano Javier de Labastida la construcción de unos colaterales para la iglesia de San Miguel de Corella (Navarra), el 7 de enero de 1766 optaba por dejar este compromiso en manos de los calagurritanos Joaquín de Villanova y Martín de Aramburu, los cuales, a su vez, encomendarían el programa iconográfico de los mismos a Juan de Angós, vecino de Fitero (Navarra). Éste, de hecho, sería uno de sus primeros trabajos documentados, lo que viene a confirmar la desenvoltura y el grado de confianza que ya despertaba entre los entendidos.
El 17 de mayo de 1768, y por orden de Manuel de Rodero, testamentario de Gaspar de Ontiveros, se obligaba a hacer un cancel para la puerta principal de la iglesia de Santiago el Real de Calahorra con arreglo a su propia traza y condiciones con el fin de que sirviera de abrigo y de adorno de un templo que encaraba por entonces un proceso de renovación formal. Por deseo expreso del Provisor, el 28 de abril de 1770 se comprometía a realizar los colaterales de San Cosme y San Damián para la Villa de Ocón avalado por sus amigos Matías de Miranda y Santiago Ruiz de Velasco, cuyo respaldo y apoyo se materializaría también en futuros encargos. El 9 de diciembre de 1774 construía el retablo de Nuestra Señora del Rosario de la catedral de Calahorra siguiendo su propia traza y condiciones con el apoyo de Juan Miguel Mortela y de su fiador Matías de Miranda para que sirviera de marco a una exquisita titular de orígenes madrileños. No obstante, su frontal animadversión hacia el francés Francisco de Busou quedaría patente con motivo de haber concertado este último la construcción del retablo mayor de Huércanos tomando como excusa que su planteamiento distaba mucho de ser conveniente para la Real Academia de San Fernando al estar impregnado de un denso sabor rococó.
El 6 de julio de 1785 los arquitectos Joaquín de Villanova y Francisco de Echevarría contrataban la fábrica del retablo de San Lorenzo para la iglesia de San Andrés de Calahorra, para lo cual los comitentes les imponían la obligación de que todas las imágenes de dicho retablo “fueran echas por el maestro escultor que hay en la ciudad de Santo Domingo de la Calzada llamado Monasterio o por ottro que se nombra Valdivieso, vecino residente en el lugar de Payuetta, provincia de Álava”.
El 23 de junio de 1787 tomaba a su cargo la obra de añadir un cuerpo más a los colaterales de la iglesia de San Cosme y San Damián de Arnedo haciendo al mismo tiempo unas peanas para el Apostolado que había regalado Marcos Argáiz, del Consejo Supremo de Su Majestad. Ese mismo año concluía un guardavoz para la iglesia de San Miguel de la Villa de Ocón y en 1789 un sagrario para el retablo mayor.
El 4 de agosto de 1794 daba fiadores para hacer la sillería del coro y distinto mobiliario litúrgico adicional para la iglesia de Aldeanueva de Ebro.
Aprendiz suyo a lo largo de un año fue Pedro Antonio Burgos, vecino de Agreda, que fue apresado en la cárcel de Calahorra a consecuencia de un pleito matrimonial, razón por la que, debido al gran trastorno que le había ocasionado, el 23 de febrero de 1777 Joaquín de Villanova decidía recurrir contra él reclamándole 341 reales y medio debido a que había tenido también que atenderlo en una enfermedad que padeció y a su compromiso de pagarle 150 reales de soldada por ese año en el que suponía que su colaboración sería decisiva para afrontar los encargos que había contraído.
Obras de ~: colaterales para la iglesia de San Miguel, Corella (Navarra), 1766; colaterales de San Cosme y San Damián, La Villa de Ocón (La Rioja), 1770; retablo de Nuestra Señora del Rosario de la catedral, Calahorra (La Rioja), 1774; retablo de San Lorenzo de la iglesia de San Andrés, Calahorra (La Rioja), 1785; sillería del coro y mobiliario litúrgico en la iglesia, Aldeanueva de Ebro (La Rioja), 1794.
Bibl.: M. de Lecuona, “La Catedral de Calahorra. Notas Histórico-Arqueológicas”, en Berceo (Logroño, Instituto de Estudios Riojanos [IER]), 2 (1947), págs. 63-109; La Parroquia de San Andrés de Calahorra. Breves Notas Históricas, Calahorra, 1950; “La Parroquia de Santiago de Calahorra”, en Berceo, 24 (1952), págs. 469-490; A. J. Mateos Gil, La Iglesia de Santiago el Real de Calahorra (1500-1800), Logroño, IER, 1991; J. M. Ramírez Martínez, Retablos Mayores de La Rioja, Agoncillo (La Rioja), Labelgrafic, 1993; J. A. Segura Jiménez, Diego Camporredondo y el Arte Barroco y Rococó en Calahorra y Comarca, Logroño, IER, 1994; J. M. Ramírez Martínez, Edificios Religiosos de Calahorra, Logroño, Tipografía Digital, 2004.
José Manuel Ramírez Martínez
