Maroja Latorre, Cipriano de. San Esteban de Gormaz (Soria), 1589 – ?, ¿1666? Médico.
El currículo impreso de Maroja que conserva el Archivo Universitario de Valladolid muestra una trayectoria profesional que desde su localidad natal le llevó a estudiar Artes en Alcalá (1606) y Medicina no se sabe bien dónde, por más que obtuviese los grados de licenciado y doctor en dicha Facultad en Santa Catalina de Osma (1612). Médico de Arévalo hasta 1629, en 1630 se incorporó a la Universidad de Valladolid, renovando en ella los títulos de licenciado (1632) y doctor (1634), al tiempo que se integraba en la docencia.
Catedrático de Método (1630), de Vísperas (1634) y de Prima de Hipócrates (1646), regentó esta última hasta su nombramiento como médico de la Cámara de Felipe IV (1650). La fecha de su muerte es incierta.
Podría ser 1666, año en que su hija Catalina Maroja, viuda del catedrático de Leyes Felipe García Ibáñez, pidió a la Justicia la hacienda de su padre, puesto que los demás herederos, sus hermanos Claudio y Juan, se hallaban en Indias.
Editó tres obras principales, dos redactadas durante su estancia como médico en Arévalo, según consta en el currículo, y la tercera y más interesante en Valladolid, aunque no completamente integrada en la gran línea local de la Filosofía Hipocrática.
Son las Consultationes las que le conceden un puesto en la medicina española del xvii como eminente clínico.
Asimiló el regusto hipocratista que flotaba en el ambiente vallisoletano y movido por él rompió con sus dos aburridos primeros textos arevalenses y transformó lo que supuestamente era tercer tomo de su obra en una colección de “observaciones raras que ha tenido en treinta y ocho años que ha que ejerce la medicina”, de enfermedades no vistas por los antiguos.
Una recapitulación de su experiencia personal que permite recorrer una infinidad de historias clínicas reales, como la urticaria del marqués de Valverde cuando era niño de siete años, la sífilis del caballero de Santiago Baltasar de Buitrago o los dolores articulares de Fernando de Prado.
Como de otra manera dijo Hernández Morejón, las Consultationes son una obra insustituible para conocer la patología y el ejercicio médico en la sociedad castellana de los años centrales del siglo XVII.
Obras de ~: Tractatus de febrium natura communi et singulari earumdemque causis, signis ac curatione, Valladolid, Jerónimo Murillo, 1641; Praxis Universalis. De Internorum morborum Natura et curatione, Valladolid, Jerónimo Murillo, 1643; Consultationes, Observationes, Annotationes, Valladolid, Manuel Ruiz Valdivielso, 1651.
Bibl.: A. Hernández Morejón, Historia bibliográfica de la Medicina Española, vol. V, Madrid, Viuda de Jordán, 1847; M. Alcocer Martínez, Historia de la Universidad de Valladolid. Bio-Bibliografías de Médicos Notables, Valladolid, Cuesta, 1931; C. Rico-Avelló, “Breve evocación sobre mortalidad egregia”, en Archivos Íbero Americanos de Historia de la Medicina, vol. 9 (1957), págs. 465-471; A. Prieto Cantero, Bachilleres médicos vallisoletanos (1546-1870), Valladolid, Universidad, 1974; L. S. Granjel, La Medicina Española del Siglo XVII, Salamanca, Universidad, 1978; J. M.ª López Piñero, “Maroja, Cipriano”, en Th. F. Glick, E. Portela Marco, V. Navarro Brotons y J. M.ª López Piñero, Diccionario Histórico de la Ciencia Moderna en España, vol. II, Barcelona, Península, 1983, págs. 24-25.
Anastasio Rojo Vega