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Francisco Bernardo Jijón

Biografía

Bernardo Jijón, Francisco. Villamayor de Calatrava (Ciudad Real), 1555 – Buenos Aires (Argentina), 13.VIII.1626. Médico, funcionario de la Administración de Ultramar.

Hijo legítimo de Juan Bernardo Jijón y de Olalla González, natural de Ciudad Real. Se graduó como médico en el Protomedicato de Madrid y pasó al Nuevo Mundo radicándose en Potosí. El impecable ejercicio de la ciencia despertó la emulación de los viejos médicos de la ciudad que le trabaron pleitos por los que debió abandonar Potosí. Pasó a Mendoza, donde contrajo matrimonio con Inés Álvarez, y desde allí a Córdoba, siempre en el ejercicio de su profesión. Atraído por el crecimiento económico de Buenos Aires, se trasladó a esta ciudad solicitando vecindad el 28 de abril de 1608. Su buen desempeño y acierto en el ejercicio de la medicina lo hicieron merecedor de un salario conferido por el cabildo de la ciudad. Francisco luchó fervientemente contra el ejercicio ilegal de la medicina, denunciando al cabildo la competencia desleal de los charlatanes. Siguiendo las denuncias y consejos de Jijón, el cabildo exigió a partir de 1609 títulos de habilidad y suficiencia científica. Sólo fueron habilitados en el ejercicio legal de la medicina dos de los cuatro aspirantes, Francisco y Juan Cordero Margalló.

En 1617 fue designado procurador general de la ciudad, poniendo en esta ocasión su talento al servicio de los problemas económicos que asolaban Buenos Aires, en especial la escasez de pan. También reclamó al Rey sobre la venta a perpetuidad de los oficios concejiles. Inició el reclamo a Brasil por el secuestro del navío Nuestra Señora de la Batalla, de propiedad del vecindario porteño. Pidió las prórrogas de las permisiones comerciales suspendidas por Hernandarias. Solicitó que se dejara en suspenso la expulsión de los portugueses. En 1621 asistió al vecindario en una terrible peste de viruela que devastó la ciudad. En 1624 era designado mayordomo del hospital por el voto unánime del cabildo. Falleció en su casa a los setenta y un años de edad; fue enterrado en la iglesia de San Francisco, con el hábito del santo. En su testamento declaró ser dueño de la casa donde vivía, con varios aposentos y tres tiendas; una suerte de tierras en el norte de la ciudad, con casa, atahona, huerto, viñas, burros, carretas y bueyes, enseres de hogar y una magnífica biblioteca.

 

Bibl.: R. A. Molina, Los primeros médicos de la ciudad de la Santísima Trinidad, Buenos Aires, Huarpes, 1948, págs. 55- 59; R. A. Molina, Diccionario Biográfico de Buenos Aires, 1580-1720, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 2000, págs. 112-113.

 

Sandra Fabiana Olivero

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