Ayuda

Rodrigo Vela

Biografía

Vela, Rodrigo. ?, c. 995 – 1028 post. “Armiger” en 1024-1027 del rey Alfonso V de León (999-1028) y supuesto asesino del conde García Sánchez de Castilla (1017-1029).

Su nombre aparece por primera vez en una escritura real relacionada con el monasterio portugués de Guimarães, fechada el 14 de agosto de 1014, siendo muy joven, sin duda, pues su presencia se repite luego en diversos testimonios durante toda una década, hasta que el 27 de marzo de 1024 es mencionado en calidad de “armiger regis”, un cargo palatino relevante al que se solía acceder a edad temprana. Durante los años siguientes Rodrigo Vela siguió ostentando tal dignidad, según diversas cartas reales y privadas, la última de ellas lucense, de 26 de enero de 1027: “Ruderigu Uegilani armiger”. Y es seguro que el 1 de marzo de 1028 ya había cesado en tales funciones, pues en un documento compostelano expedido por la reina madre, la castellana Elvira García, viuda de Vermudo II, ya aparece favorecido, como era frecuente entre los armígeros que cesaban, con la dignidad condal, “Rudericus Uelaz, comes”, desapareciendo luego de los diplomas para siempre desde los días de Vermudo III (1028-1037).

Por lo que respecta a su familia, al referir don Rodrigo de Toledo (en 1243) el asesinato del sucesor del conde Sancho García de Castilla (995-1017), esto es, de su joven hijo García Sánchez, acontecido en León el día 13 de mayo de 1029, constata que “por aquel tiempo estaban en León los hijos del conde don Vela: Rodrigo Vela, Diego Vela e Íñigo Vela, que… habiendo tramado la traición mataron al infante García… hiriéndolo con la espada Rodrigo Vela, con la misma mano que lo había sacado de la pila bautismal”. Todo lo cual fue recogido luego en la Primera Crónica General (hacia 1289), donde en efecto se alude a los nombres de “Roy Uela, Diago Uela et Yennego Uela, fijos del conde don Uela”, y “Roy Uela, que era su padrino de bautismo”, que vuelve a ser traído al tratar sobre lo que “dize aquí en el castellano la estoria del Romanz dell Inffant García”, sobre el “conde Roy Uela, que era su padrino, como dixiemos”.

Sin embargo, tales menciones nominales se inscriben en un relato de fondo juglaresco que ya había sido registrado antes, con variantes muy significativas, por el autor de la Crónica Najerense (en el siglo XII), que imputa el asesinato al propio conde don Vela, silenciando el nombre de sus hijos: “Su padrino el conde Vela de León y sus hijos, movidos por la envidia... lo mataron”, y por don Lucas de Tuy (en 1236), que da por muerto a don Vela, reduce los hijos a dos, y aporta un nuevo nombre: “Muerto el…conde Vela, dos fijos suyos, Diego y Siluestre, como no quisiesen obedescer a Sancho… fueron echados... de Castilla; estos, viniendo al rey Alfonso, fueron recibidos honrradamente… murió el conde Sancho y subçedióle su hijo Garçía… y mataron a esse ynfante Garçía … Diego, fijo del conde don Vela auía levado en la fuente del baptismo a ese Garçía, y con su propia mano lo mató”.

Ahora bien. La traidora acción de los Vela, su propia existencia como grupo familiar de origen castellano y su transfugismo, tan frecuente en esos años entre León y el condado de Castilla, por otra parte, son aspectos que no fueron recogidos en los testimonios contemporáneos, donde sólo es posible constatar que Rodrigo Vela aparece acompañado en un documento leonés de 1017 por un tal Vela Íñiguez (“Uegila Enneconi”), a quien se ha llegado a identificar con su padre, y por dos oscuros personajes, llamados Vermudo Vela (“Uermudus Uegilani”) y Nepociano Vela (“Nebutiano Uegilaz”). En otra escritura compostelana de 1020 aparece citado ahora junto a Oveco Vela (“Ouecus Uelaz”), que Menéndez Pidal cree una posible mala transcripción de “Enecus” (Iñigo), en otros dos diplomas leoneses de 1019 y 1022, Rodrigo es traído también junto a un sugerente Íñigo Vela (“Enego Uegilaz”), y en 1024 vuelve a aparecer acompañado de nuevo por “Vela Ennequiz” (en una carta leonesa) y por “Veremudus Veilaz comes” (en otra compostelana), sin que en ninguno de los testimonios registrados se aluda de forma expresa parentesco alguno entre ellos, lo que tampoco debe excluirse, si se piensa, con Menéndez Pidal, que la fuente poética originaria puede tener cierto fondo histórico, como la más que probable fraternidad entre Rodrigo Vela e Íñigo Vela, que tal vez fue el menor, pues por lo que respecta a Diego Vela no se conoce huella alguna.

Pérez de Urbel, por su parte, llegó a tener a una nuera del poderoso conde gallego Menendo González, tutor del niño Alfonso V entre los años 999 y 1008, y más concretamente a la esposa de su hijo Ramiro Menéndez, llamada Toda Vela, por hermana de Rodrigo, lo que no consta de ninguna manera. Vela no fue un nombre excesivamente corriente en el siglo XI, pero sí lo suficientemente usado como para documentar fácilmente la existencia de homónimos contemporáneos en todo el noroeste peninsular, cuyos hijos lucieron el mismo patronímico.

 

Bibl.: Portugaliae Monumenta Historica a seculo octavo post Christum usque ad quintumdecimum. Diplomata et Chartae, vol. I, fasc. I y II, Olisipone, 1868 y 1869, respect.; Primera crónica general: Estoria de España que mandó componer Alfonso El Sabio y se continuaba bajo Sancho IV en 1289, R. Menéndez Pidal (ed.), Madrid, Bailly-Bailliere, 1906; L. de Tuy, Crónica de España, J. Puyol (ed. y pról.), Madrid, Real Academia de la Historia, 1926; R. Menéndez Pidal, “El ‘Romanz del infant García’ y Sancho de Navarra antiemperador”, en Historia y Epopeya, Madrid, Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Centro de Estudios Históricos, 1934; J. Pérez de Urbel, Historia del Condado de Castilla, II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas - Escuela de Estudios Medievales, 1945; J. M. Fernández del Pozo, “Alfonso V, rey de León”, en León y su Historia, V, León, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro” - Caja España - Archivo Histórico Diocesano, 1984; J. M. Ruiz Asencio, Colección documental del Archivo de la catedral de León (775-1230): III (986-1031), León, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro” - Caja España - Archivo Histórico Diocesano, 1987; M. Lucas Álvarez, La documentación del Tumbo A de la catedral de Santiago de Compostela, León, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro” - Caja España - Archivo Histórico Diocesano, 1997; A. Sánchez Candeira, Castilla y León en el siglo XI. Estudio del reinado de Fernando I, Madrid, Real Academia de la Historia, 1999; J. A. Fernández Flórez y M. Herrero de la Fuente, Colección documental del monasterio de Santa María de Otero de las Dueñas: I (854-1108), León, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro” - Caja España - Archivo Histórico Diocesano, 1999; Crónica Najerense, J. A. Estévez Sola (trad.) Madrid, Akal, 2003; G. Martínez Díez, Sancho III el Mayor, Madrid, Marcial Pons, 2007; V. Cañizares del Rey, M. Rodríguez Sánchez y O. González Murado, Colección diplomática (569-1463), Lugo, Publicaciones Diócesis de Lugo, 2012; M. Carriedo Tejedo, “Documentos relativos al ‘armiger regis’ leonés durante los reinados de Alfonso V y Vermudo III (999-1037)”, en Compostellanum, LVII, 3-4, 2012.

 

Manuel Carriedo Tejedo