Fortúñez, Jimeno. Señor de ambos Cameros. La Rioja, p. m. s. xi – ?, c. 1085. Noble.
Noble riojano, hijo de Fortún Ochoa, miembro de la primera estirpe que gobernó la sierra de los Cameros, y de su esposa, la infanta Mencía, matrimonio que recibió de García III de Nájera varias heredades en el entorno camerano. No fue el único vástago de este enlace, pues en 1057 se le cita junto a sus hermanos Aznar, Sancho, Martín y Lope Fortúñez, que andado el tiempo desempeñarían un papel destacado en la Corte regia. Ya en 1040 se hallaban presentes cuando García III otorgó carta de arras a su esposa Fortu ño Almela , Pascual 520 Estefanía y se sabe que en las décadas siguientes se hicieron cargo de algunas tenencias, como la de Pancorbo o la de Calahorra, aunque Jimeno quedó vinculado a las tierras situadas al este del Najerilla y al sur del Ebro, estribaciones montañosas que sirvieron de defensa natural frente a los ataques provenientes del sur, pero que difícilmente llegaron a constituir un señorío hereditario. Se sabe, por ejemplo, que él y su hermano Sancho poseían un monasterio próximo a Viguera, cenobio intercambiado al obispo de Calahorra y que mantuvo fuertes lazos con este linaje: San Prudencio de Monte Laturce.
Jimeno debió de recibir el señorío de ambos Cameros después de 1049, última referencia de su padre al frente del mismo, aunque no está claro si lo conservó de forma indefinida: la sierra de Cameros fue entregada al infante Ramiro por decisión regia, aunque tal cesión pudo respetar las atribuciones del noble, a juzgar por algunas referencias documentales. Entre tanto, a Jimeno se le otorgaron las tenencias de Meltria, Ocón y el valle de Arnedo, a su cargo durante los años sesenta.
Mantuvo buenas relaciones con Sancho IV el de Peñalén, a quien rogó que ampliase la dotación de su monasterio de San Prudencio, y no permaneció ajeno al conflicto suscitado por su muerte. Alfonso VI de León y Castilla se hizo con el control de las tierras riojanas en 1076, logrando la sumisión del tenente najerense y señor de Vizcaya, el conde Lope Íñiguez.
Llama la atención que Jimeno Fortúñez no sea citado en la carta que sancionó la incorporación de esta villa tan señera y próxima a los Cameros, pese a que la evolución posterior de los acontecimientos evidencie que él y su hijo Íñigo Jiménez acataron al rey de León. Así las cosas, en 1081 Jimeno testificó en el testamento del infante Ramiro, carta que alude a varias localidades cameranas y en la que no se hace mención alguna al titular de aquellos dominios, aunque lo cierto es que en 1085 Jimeno aún conservaba ambos Cameros y el valle de Arnedo. Poco duró en sus manos, pues al año siguiente ya se documenta a su hijo Íñigo al frente del señorío y bajo la soberanía de Alfonso VI.
Estuvo casado con Andregoto y se sabe que tuvo al menos tres hijos: Íñigo Jiménez, que le sucedió en el señorío, Urraca y Mencía Jiménez.
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Antonio Sánchez de Mora