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Íñigo Jiménez de los Cameros

Biografía

Jiménez de los Cameros, Íñigo. Señor de ambos Cameros. ?, c. 1060 – c. 1125. Noble.

Noble riojano, hijo de Jimeno Fortúñez y de Andregoto, de quien heredó su vinculación con las tierras cameranas. Como su padre, se hizo cargo de este señorío serrano y de localidades próximas, aunque parece improbable que se tratara de un dominio pleno y hereditario, pues durante un tiempo los Reyes les despojaron de aquel señorío y se lo entregaron al infante Ramiro, sin que esta medida enojara aparentemente a su anterior titular.

A la muerte de Sancho IV el de Peñalén, Alfonso VI de León y Castilla se hizo con el control de las tierras riojanas, asunto en el que debieron intervenir padre e hijo. Así lo sugiere el enlace de Íñigo Jiménez y María González de Lara, esponsales que, en su vertiente política, vendrían a garantizar la fidelidad de este magnate, que en 1086 accedió al dominio de ambos Cameros y el valle de Arnedo. Intervino junto al Monarca y sus nobles en varios de los documentos del período y ostentó temporalmente las tenencias de Metria y Calahorra, intereses que se suman a un extenso patrimonio en torno a estas comarcas.

En junio de 1109 Íñigo otorgó testamento en compañía de su esposa, aunque no llegó aún el momento de su muerte. El convulso reinado de doña Urraca, marcado por la intromisión de su marido, Alfonso el Batallador, en los asuntos castellanos, no le privó de su señorío camerano, aunque a partir de 1111 perdió el control de Calahorra, Arnedo y Viguera, entregadas a colaboradores del monarca navarro-aragonés. Es probable que contara con la colaboración de su cuñado Pedro González de Lara, aunque un año después recibió una donación del Batallador, bien por claudicar a sus intereses o por mostrar una actitud ambigua.

Debió ser entonces cuando se acordó su matrimonio con María Beltrán, hija del conde de Risnel y miembro de la Corte aragonesa. Pero, poco después, Íñigo modificó su actitud y acató el reinado de Alfonso VII de León, sin perder por ello sus dominios cameranos.

No debe sorprender, pues fueron bastantes los nobles que se rebelaron contra el leonés, entre ellos Pedro González de Lara, cuñado de Íñigo y aliado ocasional del conde Beltrán de Risnel.

No se sabe en qué fecha murió, aunque parece que no alcanzó la década de 1130, dejando, que se sepa, tres hijos: Jimeno, su sucesor, Lope y García Íñiguez.

Se conoce, además, la existencia de Mencía Jiménez, que siguió el ejemplo de su hermano y benefició en varias ocasiones al monasterio de San Prudencio de Monte Laturce, de mecenazgo familiar.

 

Fuentes y bibl.: L. de Salazar y Castro, Historia Genealógica de la Casa de Lara, Madrid, Imprenta Real por Mateos de Llanos y Guzmán, 1696; E. Oca y Merino, Recuerdos de Cameros. Apuntes de Geografía e Historia de la Región, Logroño, Moderna, 1913; J. de Leza, Los López Díaz de Haro, señores de Vizcaya, y los señores de Cameros en el gobierno de la Rioja durante la Edad Media (1016-1334), Logroño, Gráficas Librado Notorio, 1954; J. González González, El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1960; I. Rodríguez de Lama (ed.), Colección diplomática medieval de la Rioja (923-1225), t. II, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos (IER), 1976; F. J. García Turza (ed.), Documentación medieval del monasterio de San Prudencio de Monte Laturce (siglos X-XV), Logroño, IER, 1992; I. Granado Hijelmo, La Rioja como sistema, vol. III, La identidad riojana, Logroño, Gobierno de La Rioja, 1993; A. Sánchez de Mora, La nobleza castellana en la Plena Edad Media: El linaje de Lara, Sevilla, Universidad, 2006.

 

Antonio Sánchez de Mora

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