Rodríguez Álvarez, Alejandro. Alejandro Casona. Besullo de Cangas del Narcea (Asturias), 23.III.1903 – Madrid, 17.IX.1965. Dramaturgo.
La profesión de maestros de Gabino Rodríguez Álvarez, originario de Besullo, y de Faustina Álvarez García, nacida en Renueva (León), influyó en que sus cinco hijos —Teresa, Matutina, Alejandro, José y Jovita— hicieran los estudios de Magisterio y que vivieran en diversos lugares durante su infancia y juventud.
Alejandro pasó los primeros cinco años de su infancia en el lugar de su nacimiento —adoptó el apellido Casona porque así era conocida la casa familiar de Besullo—, vivió en Villaviciosa —donde su padre fue destinado como maestro, mientras que su madre estaba de maestra en Miranda de Avilés— hasta los nueve años; inició los estudios de enseñanza media en Gijón, que continuó durante un año en Palencia, y terminó en Murcia, donde residió entre 1917 y 1922, ciudad en la que, además del título de bachiller e iniciar los estudios de Filosofía y Letras, obtuvo el título de maestro y en la que comenzó a manifestarse su vocación literaria con el apoyo de profesores como Andrés Sobejano o la obtención de su primer premio en los Juegos Florales de Zamora por el romance histórico “La empresa del Ave María”. De Murcia se trasladó, en 1922, a Madrid para ingresar en la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, donde conoció a Rosalía Martín Bravo con quien se casó en 1928, año en el que obtuvo la regencia de la Escuela de Les en el leridano valle de Arán. Allí nació su única hija, Marta Isabel, fundó el grupo de teatro infantil “El Pájaro Pinto” con el que escenificó tradiciones en dialecto aranés, y consiguió estrenar su primera obra teatral —El crimen del lord Arturo— en el Teatro Principal de Zaragoza, el 16 de febrero de 1929, bajo el seudónimo utilizado “por primera vez” por el que sería mundialmente conocido: Alejandro Casona.
Durante la Segunda República fue nombrado director del Teatro del Pueblo y del Teatro Ambulante, instituciones integradas en las Misiones Pedagógicas, creadas por Decreto del 30 de mayo de 1931, que realizaron una de las obras más notables del tiempo de la República. Recorrieron —recordaría Casona— “más de trescientos pueblos —en aspa desde Sanabria a La Mancha y desde Aragón a Extremadura, con su centro en la paramera castellana—”. Por ejemplo, la comarca de Sanabria, sobre la que escribió una memoria que da perfecta cuenta de lo que supuso aquella magnífica obra, o los viajes de las misiones a Asturias: del 18 al 23 de mayo de 1932 en Cerredo y Degaña, del 13 al 21 de agosto en Besullo y otros pueblos de Cangas de Narcea, adonde volvió unos días de los veranos de 1933 y 1934. A la par que esta labor, adaptando obras clásicas para su representación en los escenarios que recorrían, continuó su carrera literaria. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura con su obra Flor de Leyendas, en 1932, y, al año siguiente, el Premio de Teatro Lope de Vega, del Ayuntamiento de Madrid, por La sirena varada, que se estrenó el 17 de marzo de 1934 en el Teatro Español por Margarita Xirgú y Enrique Borrás. Siguieron a estos éxitos el estreno de Nuestra Natacha, por la compañía de Josefina Díaz y de Manuel Collado, primero en Barcelona y, después (febrero de 1936) en Madrid, en un tiempo donde la razón — como escribe Evaristo Arce— abdicó ante la barbarie, lo que influyó negativamente en la valoración literaria —exclusivamente literaria— del teatro de Casona.
En plena Guerra Civil, durante el mes de febrero de 1937, Casona se exilió a Francia, donde entró en contacto con la mencionada compañía de teatro y trabajó como director artístico. Muy pronto se trasladaron a México, donde estrenó el 12 de junio de 1937 Prohibido suicidarse en primavera y desde allí, con sus inseparables Pepita Díaz y Manuel Collado, presentó por diversos países hispanoamericanos —Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Perú, Chile y Argentina— sus obras teatrales. En 1939 se instaló en Buenos Aires, donde trabaja como escritor de ensayos para periódicos y revistas, guiones cinematográficos y adaptaciones de obras de teatro o de novelas al cine, o como conferenciante en congresos y en la radio. Vuelve a la creación literaria como dramaturgo realizando en estos años bonaerenses obras maestras: La dama del alba (1944), Los árboles mueren de pie (1949) o La casa de los siete balcones (1957).
Tras varios viajes por Europa, sin que faltaran cortas estancias en tierras de España, estrenó en el Teatro Bellas Artes de Madrid La dama del alba, el 22 de abril de 1962, lo que significó su reencuentro con el público español; al año siguiente se estableció definitivamente en Madrid, donde continuó su trabajo como autor teatral —El caballero de las espuelas de oro— y recibió algunos premios y recompensas antes de su muerte, el 17 de septiembre de 1965.
El teatro de Alejandro Casona se caracteriza, ante todo, por su tono poético, de ensueño, y por la defensa de sus ideales pedagógicos. Características que no fueron apreciadas por algunos críticos, quienes le achacaron que era un autor distanciado de la realidad.
Era un momento, como escribía Casona a Antonio Gala, en que en la escena española “la poesía, la fantasía y la sonrisa empiezan a estar muy mal vistas entre los que dictan los modos de nuestro teatro”.
Su biógrafo, José Rodríguez Richart, concluía su tesis sobre el dramaturgo, en junio de 1962, defendiendo que si el valor de una vida dedicada a la literatura queda contrastado por su difusión en el espacio y su permanencia en el tiempo, “las obras de Casona han sido traducidas a la mayoría de los idiomas cultos; sus comedias, muchos años después de estrenadas, siguen conservando su vitalidad esencial y siguen representándose constantemente [...]. Si estos son los signos que distinguen y caracterizan a los grandes escritores y dramaturgos de todos los tiempos, Casona debe ser uno de ellos”.
Obras de ~: El peregrino de la barba florida (Leyenda milagrosa), lauda de E. Marquina, salmodia de A. Hernández Catá, ils. de M. Benet y F. Goico Aguirre, Madrid, Editorial Mundo Latino, 1926; El crimen de Lord Arturo, estrenada en Zaragoza, 1929; La flauta del sapo: poemas, il. de cubierta por F. Goico- Aguirre, Valle de Arán, 1930 (ed. privada por el autor); Flor de leyendas (Lecturas literarias para niños), ils. de Rivero Gil, Madrid, Espasa Calpe, 1933 (introd. de M.ª T. C. García Álvarez y M. González Cobas, Espasa Calpe, 1992); La sirena varada: comedia dramática en tres actos, dibujos de A. Merlo, Madrid, Rivadeneyra, 1934 (ed. de C. Castañón, Madrid, Espasa Calpe, 1990); El misterio de María Celeste, Valencia, 1935; Otra vez el diablo: cuento de miedo en tres jornadas y un amanecer, dibujos de A. Merlo, Madrid, Rivadeneyra, 1935; Nuestra Natacha, Barcelona, 1935 (ed. de B. Rodríguez Gutiérrez, Madrid, Castalia, 2007); Prohibido suicidarse en primavera, México, 1937 (ed. con ils. de G. Muñoz, Buenos Aires, Renacimiento, 1951); Romance en tres noches, Caracas, 1938; Sinfonía inacabada, Montevideo, 1940 (4.ª ed., Buenos Aires, Losada, 1972); Las tres perfectas casadas, Buenos Aires, 1941; Entremés del mancebo que casó con mujer brava, Buenos Aires, Losada, 1942; La dama del alba: retablo en cuatro actos, Buenos Aires, 1944 (ed. de J. J. Rodríguez Richart, Madrid, Cátedra, 1992); La barca sin pescador, Buenos Aires, 1945 (pról. de M. Armiño, Madrid, Edaf, 1989); La molinera de Arcos, Buenos Aires, 1947 (Buenos Aires, Losada, 1955); Los árboles mueren de pie, Buenos Aires, 1949 (pról. y notas de S. Maris H. de Miravalles, Buenos Aires, Losada, 1990); Retablo jovial: cinco farsas en un acto, Buenos Aires, 1949 (introd., notas y actividades de J. L. Suárez Granda, Madrid, Bruño, 1992); La llave en el desván, Buenos Aires, 1951 (Madrid, Alfil, 1967); Siete gritos en el mar, Buenos Aires, 1952 (pról. de M. Armiño, Madrid, Edaf, 2006); La tercera palabra, Buenos Aires, 1953 (cronología e introd. de G. Suazo Pascual, Madrid, Edaf, 1993); Corona de amor y muerte (Doña Inés de Portugal), Buenos Aires, 1955; La casa de los siete balcones, Buenos Aires, 1957; Carta de una desconocida, Porto Alegre, Brasil, 1957; Tres diamantes y una mujer, Buenos Aires, 1961; El caballero de las espuelas de oro, Puertollano, 1964 (introd. de M.ª de las M. Marcos Sánchez, Madrid, Espasa Calpe, 1991); Obras Completas, t. I [El crimen de Lord Arturo; El misterio de María Celeste; Romance en tres noches…] y t. II [Carta de una desconocida; Tres diamantes y una mujer...], México, Aguilar, 1954, y Madrid, 1959 (pról. de F. C. Sáinz de Robles, nueva ed., corr. y ampl., ts. I y II, Madrid, Biblioteca de Autores Modernos, 1966); Las tres perfectas casadas; Corona de amor y muerte (Doña Inés de Portugal); La casa de los siete balcones, ed. con pról. de A. Fernández Insuela, Avilés, Hércules-Astur de ediciones, 2004.
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Florencio Friera Suárez