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Lorenzo de Uriarte

Biografía

Uriarte, Lorenzo de. Bilbao (Vizcaya), 10.VIII.1712 – Bolonia (Italia), 31.III.1779. Jesuita expulso, teólogo, provincial de Castilla.

Al teólogo vizcaíno Lorenzo de Uriarte le tocó conducir la provincia de Castilla en los tres difíciles años inmediatamente anteriores a la supresión de la Compañía (1770-1773). Ingresó en el noviciado de Villagarcía de Campos el 3 de mayo 1731. Hizo la profesión solemne el 1746, habiendo estudiado filosofía y teología y enseñado latinidad. Hasta 1745, aproximadamente, enseñó filosofía a los novicios en el colegio de Palencia y después Teología en el colegio de Salamanca (1748) y en el de San Ambrosio de Valladolid. Después fue secretario de Provincia durante cinco o seis años (1758-1764) y el decreto de expulsión de 1767 lo sorprendió en el Colegio de Santiago de Compostela, donde era rector desde el 30 de julio de 1764. Famoso predicador, se le encargó en Santiago un sermón de honras fúnebres a Isabel de Farnesio (1766).

Por ser provincial de Castilla (que en el destierro italiano se llamaba “Provincia de San Javier”), Luengo da bastantes noticias suyas, desde las primeras páginas de su Diario, puesto que era el rector del colegio de Santiago de Compostela, donde habitaba el diarista (según las Matrículas de 1767, Uriarte era el n.º 1 y Luengo el n.º 2 del Colegio de Santiago de Compostela). Empieza describiendo detalladamente el acto de la intimación del destierro el 3 de abril de 1767, cuando el rector P. Uriarte tuvo una actitud inteligente respecto a los comisarios regios encargados del arresto de los jesuitas, invitándolos a tomar chocolate en tal tensa situación, lo cual, sin duda, facilitó el comportamiento suave de los funcionarios, evitando los atropellos que se dieron en muchos otros colegios.

Fue designado superior de los jesuitas que viajaron hacia el exilio italiano a bordo del San Juan Nepomuceno. Ya en Bolonia se le eligió rector del Colegio de Santiago, también conocido como casa Bianchini; sucedió a Ignacio Ossorio como provincial en enero de 1770 y en 1773 fue elegido para ese cargo Francisco Javier Idiáquez. El P. Uriarte entonces fue nombrado consultor ordinario.

Luengo (Diario, día 1.IV.1779) resume la actividad del superior Uriarte durante los 12 años del destierro italiano (1767-1779), como gestor de variadas casas jesuíticas, desde centros de estudios hasta residencias de ancianos: “En el destierro fue los primeros años Superior de los jóvenes que estudiaban Filosofía, y con este cargo hizo los desastrosísimos viajes de mar y tierra desde España a la Ciudad de Calvi en Córcega y desde esta Isla al Estado Eclesiástico, y los dos dificilísimos y trabajosísimos establecimientos [en Calvi y en Bolonia] con toda su numerosísima Comunidad en aquella Isla y en este país. A principios del año de 1770 fue hecho Provincial de nuestra Provincia de Castilla, llamada en el destierro de San Xavier y se conservó en el oficio hasta febrero del año de 1773, en que se acabó la Compañía de Jesús con el Breve de Extinción de Clemente XIV, que se publicó en agosto del mismo año. Y aquellos pocos meses, que pasaron desde que dejó de ser Provincial hasta la extinción de la Compañía, fue Superior de una Casa en Bolonia, en la que estaban reunidos los Ancianos de la Provincia, y aún ha proseguido después cuidando de algunos de ellos en el mayor número que permitían las órdenes de los Comisarios”.

El P. Uriarte tuvo que mostrar todas sus dotes de organizador a la llegada al destierro de Córcega en medio de la guerra, promovida por el independentista general Pasquale Paoli, según narra Luengo el 21 de julio de 1767. La situación realmente era peligrosa. El rector Uriarte tenía claro que lo primordial era salvar la vida, huyendo hacia el campo abierto, aún a costa de perder los poquísimos utensilios que habían podido llevar consigo al destierro. Uriarte tuvo que solucionar problemas estrictamente monetarios de cambio de divisas, pues se daba la paradoja de que en Córcega se estimaban más las monedas de plata que las de oro.

No se desalentó el rector Uriarte, pues el 14 de noviembre de 1768 ya casi tiene reorganizado su colegio en la casa-palacio Bianchini, situada a seis o siete millas de Bolonia. Asentados en las cercanías de Bolonia, Uriarte continuaba siendo rector de una casa en la que se reunieron todos los filósofos de la Provincia de Castilla y en la que también residía el P. Provincial, Ignacio Osorio. Esta cercanía con el provincial P. Osorio era un rodaje suficiente para que oficialmente Uriarte fuese elegido su sucesor en el provincialato de Castilla el 22 de enero de 1770. Inmediatamente empezó a resolver el problema más agobiante, el del hacinamiento y la estrechez de los alojamientos. El resultado fue la concentración de toda la Provincia de Castilla en la ciudad de Bolonia y una mayor comodidad que se acercaba a la de los colegios de España, muchos con habitaciones individuales (Diario, día 25.V.1770). A principios de octubre de 1770, Uriarte ordenaba la celebración de los anuales Ejercicios Espirituales. A lo largo del mes de mayo de 1771 Uriarte visitó todas las casas y pudo arreglar la puntualidad en el pago de las pensiones.

No era fácil mantener la disciplina de los jesuitas de la Provincia, dadas las limitaciones que Uriarte tenía para ejercer su autoridad, pero lo intentó. Estaba dispuesto a expulsar de la Compañía a los que causasen ciertos escándalos, como los ocurridos con motivo de las fiestas del Corpus de 1771 en Bolonia, a donde concurrieron muchos jesuitas expulsos españoles de otras localidades, estando todos ociosos y sin empleo ni ocupación alguna, y deambulando, en numerosas cuadrillas, por mesones y posadas (Diario, día 9.VI.1771). A principios de julio de 1771 el provincial Uriarte se vio obligado a recordar a sus súbditos otro de los principios básicos del jesuitismo, la obediencia al Papa, aunque este fuese Clemente XIV, cuyas intenciones de suprimir la Compañía ya empezaban a rumorearse.

Uriarte dejó el provincialato el 15 de marzo de 1773, siendo sustituido por el P. Francisco Javier Idiáquez, aunque, en el consiguiente reajuste de cargos, Uriarte fue designado rector de una casa y “consultor ordinario” del nuevo provincial, es decir, continuaba siendo uno de los padres más influyentes de la Provincia (Diario, día 15.III.1773).

Su provincialato debió ser enérgico en ciertos momentos, por lo que a los pocos meses de cesar en el mismo y a los pocos días de haber sido suprimida la Compañía (mediados de agosto de 1773), algunos coadjutores, sintiéndose agraviados, intentaron llevar al P. Uriarte ante los tribunales, por lo que tuvo que ser defendido por su sucesor el P. Idiáquez, según anota Luengo el 3 de septiembre de 1773. La supresión de la Compañía dejó a cada ex jesuita dueño de su destino (“suelto, libre e independiente, sin sujeción alguna”), lo que despertó no poco desconcierto en los viejos jesuitas. Los hermanos coadjutores, el estamento inferior en el organigrama de la suprimida Compañía, usaron su recién estrenada libertad en el sentido de exigir una igualdad de derechos con los Padres sacerdotes a la hora de repartir los utensilios de las casas que habían ocupado hasta ahora (Diario, día 3.IX.1773).

Como superior de una de las casas más importantes de los jesuitas, el nombre del P. Uriarte aparece con frecuencia en el Diario de Luengo durante los casi seis años que vivió la después de la supresión de la Compañía (1773-1779).

Aunque, según Hervás, antes del destierro imprimió una “Oración fúnebre, pronunciada en el Hospital de la ciudad de Santiago de Galicia e impresa el 1766 en dicha ciudad, y escribió un Curso de filosofía y seis tratados de teología” (conservados en la Biblioteca de la Universidad de Salamanca), en los doce años de destierro italiano, sobre todo en el ejercicio de su cargo de provincial (1770-1773), redactó varias cartas, algunas de las cuales se encuentran publicadas en la Raccolta di Memorie storiche diverse relative alla Compagnia di Gesù, como los elogios fúnebres Lettera circolare, […] intorno alla morte di Emmanuello de Lanza y la Lettera […] intorno alla morte di Emmanuele Cancela… Tanto Cancela como Lanza eran “hermanos estudiantes novicios” que fallecieron el primero el 19 de mayo de 1769 y el segundo el 6 de octubre del mismo año.

Finalmente, el P. Luengo nos dejó un retrato en el Diario del día 1 de abril de 1779, con motivo de su fallecimiento. Antes del destierro Uriarte había sido un notable estudiante, profesor, predicador y gestor de varios colegios: Tuvo el P. Lorenzo talentos más que ordinarios para las ciencias y enseñó la Filosofía y después Teología en los Colegios de Salamanca y Valladolid. “Aún eran mejores sus talentos para el púlpito que para la cátedra. Predicaba todo género de sermones con juicio, con piedad y con una sólida y varonil elocuencia. […]. Después de acabar la carrera ordinaria de las cátedras de Filosofía y Teología, le empleó la obediencia en el Gobierno”.

Según Luengo, quien conocía muy bien a Uriarte, por haberlo acompañado constantemente desde el primer día del destierro, era desinteresado, paciente, sufrido, vigoroso, tierno y cariñoso para con los jóvenes: “Era el P. Lorenzo un hombre de un corazón muy sano y muy recto, de un genio muy honrado, generoso y liberal, en cuanto lo permitía nuestro miserable estado. Tenía agrado, apacibilidad y dulzura en el trato común con todos, ternura y compasión con los enfermos, cariño y entrañas de Padre con los jóvenes. No le faltaba la prudencia, vigor y entereza conveniente, y edificaba a todos con su buen ejemplo, exactitud y observancia religiosa. El Señor le afligió desde el Noviciado hasta los últimos días de su vida con una pesada cruz de escrúpulos, que, sin hacerle desapacible con los demás, le mortificaron mucho y le fueron un continuo martirio y causa de atesorar muchos méritos y de conservar siempre una conciencia algo tímida y sumamente delicada. Es fácil de entender que un hombre de este carácter, de este genio y de esta virtud, tendría mucho que padecer y mil ocasiones de ejercitar actos de todas las virtudes, hallándose al frente de una Comunidad muy numerosa y compuesta, en mucha parte, de jóvenes en tiempos y circunstancias tan extrañas y difíciles”.

Murió en Bolonia el 31 de marzo 1779 (Miércoles Santo) y fue sepultado en la parroquia de San Nicolás, de la calle de San Félix, siendo considerado uno de los “Padres graves y ancianos, generalmente estimados y amados de todos”.

 

Obras de-: Sermón de honras a la Reina viuda Dª. Isabel Farnesio, Santiago de Compostela, Hospital Real de Santiago, 1766; Tractatus de sacramento poenitantiae, Biblioteca de la Universidad de Salamanca (BUS), ms. 1258; Tractatus theologicus de Restitutione. Auctore Patre Laurentio Uriarte Societatis Jesu in eodem Regali Collegio Theologiae Profesore. Scriptus fuit tractatus hic anno Domini 1753, Salamanticae, BUS, ms. 1259; Dissertationes theologicae morales de sacramento poenitantiae, pars secunda. Anno 1752, BUS, ms. 1260; Praelectiones theologicae de restitutione ad usum domesticarum concertationum dispositae, BUS, ms. 1261; Dissertationes theologicae morales de sacramento poenitentiae, pars secunda, BUS, ms. 1262; Praelectiones theologicae de restitutione ad usum domesticarum concertationum dispositae, BUS, ms. 1263; Cursus phylosophici pars tertia, Physicam particularem et Metaphysicam continens, BUS, ms. 1383; Commentariorum in Aristotelis philosophiam pars secunda, disertatio prodoma ad 8 Physiocorum libros, BUS, ms. 1384; “Lettera circolare, in data di Bianchini, 6 aprile 1769, intorno alla morte di Emmanuello de Lanza, spagnuolo della Compagnia di Gesù, morto il detto giorno”, en Raccolta di Memorie storiche diverse relative alla Compagnia di Gesù, tomo I, [s.l., s.f.], págs. 160-168; “Lettera circolare, in data di Bianchini, 9 maggio 1769, intorno alla morte di Emmanuele Cancela, spagnuolo della Compagnia di Gesù, morto il detto giorno”, en Raccolta di Memorie storiche diverse relative alla Compagnia di Gesù, tomo I, [s.l., s.f.], págs. 168-186.

 

Bibl.: M. Luengo, Diario de la expulsión de los jesuitas (1767-1814), 64 vols., mss Archivo de Loyola; M. Luengo, Biografías sacadas del "Diario" del P. Luengo, t. II, Varones insignes de la Provincia de Castilla, vol. II, Monasterio de Loyola, Escritos, 42/05, págs. 213-218; Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 2676; L. Hervás y Panduro, Biblioteca jesuítico Española (BJE), ed. de A. Astorgano, Madrid, Libris, 2007, págs. 555-556; A. Astorgano Abajo, “Los provinciales jesuitas vasco-navarros expulsos (1767-1773)”, en Boletín de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. José Ignacio Tellecha Idígoras. In Memoriam, LXIV, 2 (2008), págs. 865-906.

 

Antonio Astorgano Abajo