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Publio Fernández González

Biografía

Fernández González, Publio. Otero de las Dueñas (León), 24.V.1908 – Valencia, 4.X.1936. Siervo de Dios, religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OH) y limosnero.

Fue bautizado al día siguiente de su nacimiento en la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, y recibió el nombre de Publio Victorino; el sacramento de la confirmación lo recibió en Calahorra en 1925.

Fueron sus padres Mariano y María. Físicamente era de constitución fuerte, bien parecido, rubio y de estatura media, mientras anímicamente era muy tranquilo, pacífico y sereno. Frecuentó la escuela del lugar y pronto se dedicó al pastoreo, cuidando del ganado en el campo.

A los veinticinco años, motivado por sentimientos humanitarios y para dar sentido a su vida, pidió el ingreso en la Orden Hospitalaria y se incorporó al postulantado de Ciempozuelos el 30 de mayo de 1933. Sus buenas disposiciones le ayudaron a identificarse con su nueva vida de servicio hospitalario y atención a los enfermos, por lo que pasó el noviciado y tomó el hábito canónico el 27 de agosto de 1933, recibiendo el nombre de fray Publio. Al año siguiente hizo la profesión religiosa emitiendo los votos temporales el 8 de septiembre de 1934. Tras un breve tiempo se incorporó a la comunidad del Hospital Infantil San Juan de Dios de La Malvarrosa, Valencia, donde se dedicó a la postulación de limosna en favor de la asistencia médica de los niños pobres, propio de este centro benéfico hospitalario; después de su jornada en la limosna, al volver a casa aún visitaba a los enfermos, departía con ellos, les ayudaba y asistía. La ciudad de Valencia, y en particular los poblados marítimos del Grao, Cabañal y Malvarrosa, vivieron con la revolución iniciada en febrero de 1936 meses de gran tensión con saqueos, destrucciones, incendios, etc., sumados a asesinatos principalmente de religiosos; no quedó libre de todo ello el Hospital Infantil de los Hermanos de San Juan de Dios de La Malvarrosa, que fue incautado por milicianos el 23 de julio de 1936; los religiosos permanecieron bajo sus órdenes y al fin fueron asesinados. Fray Publio, una vez “comenzada la revolución roja, hasta su detención y asesinato, continuó al cuidado de los enfermos”, que prodigaba con admiración de todos. Su espíritu silencioso y disponibilidad hacía que le movilizaran los milicianos según sus intereses, que el siervo de Dios atendía con puntualidad. Incluso preparaba, limpiaba y ordenaba los comedores que ellos usaban. Gozaba por todo esto de cierta simpatía entre los que le asesinaron, algunos de los cuales intentaron librarle de la muerte. “Su muerte fue muy sentida por todos en el sanatorio.” El 4 de octubre, fray Publio, al igual que los demás miembros de la comunidad, fue levantado de la cama, y después de sufrir un somero interrogatorio del jefe de los milicianos, fue conminado a subir a un automóvil y llevado al lugar del sacrificio. Fue asesinado junto a la Acequia Vera, en las arenas de la playa de La Malvarrosa (Valencia), mientras gritaba “¡Viva Cristo Rey!” Al morir, tenía veintiocho años de edad y dos de hermano hospitalario. Sus restos se conservan en el cementerio municipal de La Malvarrosa. Abierta su causa de muerte por martirio en la diócesis de Valencia (1995) y aprobado el proceso diocesano en Roma, sigue su curso de estudio ante la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano.

 

Bibl.: H. Villanueva Igual, Extracto de lo sucedido en el Asilo-Hospital san Juan de Dios, de Malvarrosa, Valencia, Pamplona, 1938 (ms.); O. Marcos Bueno, Testimonio Martirial de los Hermanos de san Juan de Dios en los días de la persecución religiosa española, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1980; Postulación Orden Hospitalaria, Causa de Canonización por martirio, Valentina, copia pública del proceso diocesano, 1996; F. Lizaso Berruete, y J. L. Gutiérrez, Positio, an constet de martyrio, ejusque causa, Roma, Ciclostilada, 2000.

 

José Luis Martínez Gil, OH