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Lucas Romero Parrilla

Biografía

Romero Parrilla, Lucas. Tembleque (Toledo), c. 1628 – Panamá, 1693. Escribano de cámara, tesorero en propiedad de Real Hacienda de Panamá, capitán de compañía miliciana, mayordomo de la cofradía de la Inmaculada Concepción en el Convento de San Francisco de Panamá.

En las pruebas que presentó en 1796 su bisnieto Luis de Urriola Echeverz, oidor en Chile, para ingresar a la Orden de Carlos III, consta que Lucas Romero Parrilla nació en Tembleque, Toledo. Otros documentos dicen que nació en La Mancha. El 11 de enero de 1678, al presentarse para confesar en el juicio por duelo con el capitán Raymundo Atondo, declaró tener cincuenta años, lo que indica que nació hacia 1628. En octubre de 1653, se encuentra en Panamá ocupando el oficio de escribano de Cámara, de manera que llegaría en sus tempranos veintes. Al parecer viajó de España ya en posesión de este nombramiento.

Teniendo unos cincuenta y cuatro años, Romero Parrilla casó con Clemencia Continenti y Serrú (¿Cerrú?, ¿Cerrud?), en la catedral panameña el 8 de diciembre de 1682. Clemencia había nacido en la Villa de Los Santos (Panamá) y era hija de Andrea Continenti y Juan Cerrú, ambos al parecer también de la Villa de Los Santos. Se ignora si Romero Parrilla tuvo un matrimonio previo.

Lucas Romero Parilla empezó a prosperar rápidamente, pues ya en 1655 pudo participar en un préstamo a la Corona aportando 1625 pesos. En este préstamo firmaba como capitán de una compañía miliciana. El hecho de haber sido elegido capitán miliciano es señal de que gozaba de cierto predicamento social pues se trataba de un cargo honorífico que sólo se otorgaba a vecinos distinguidos y de cierto caudal, y es obvio que lo tenía para poder prestar esa cantidad. Hay evidencias documentales de que aún seguía actuando como escribano de Cámara en 1669. En 1672, meses después de la destrucción de Panamá la Vieja por el pirata Henry Morgan, cuando llega el nuevo presidente y capitán general Antonio Fernández de Córdoba con objeto de fundar la nueva Panamá, Lucas Romero Parrilla desempeñaba el cargo de tesorero titular de Real Hacienda, cargo que al parecer había adquirido por compra. En palabras de Fernández de Córdoba, se encontraba “siempre achacoso”. En 1676 sigue ejerciendo la tesorería de Real Hacienda.

Ese mismo año Romero Parrilla se encontró envuelto en uno de los episodios más escandalosos de la nueva Panamá. En su condición de mayordomo de la cofradía de la Inmaculada Concepción en el Convento de San Francisco, para celebrar la inauguración del convento, que acababa de construirse en la nueva ciudad, Romero Parrilla asumió la organización de una serie de festejos por toda la ciudad que durarían varios días, según la costumbre de la época. Se representaron comedias, hubo maitines, misas pontificales, se develaron cuadros dedicados a La Concepción y durante varios días hubo corridas de toros. El domingo 19 de junio de 1676, último día de las celebraciones, en la plaza de toros, mientras Romero Parrilla supervisaba la distribución de refrescos entre los asistentes, el capitán Reymundo de Atondo que estaba acompañado de otros militares, “cogió una de las fuentes con panes de rosa y la arrojó a la plaza con fuente y todo y lo mismo hicieron los demás con las que quedaron”. Otro pateó “el garrafón en que iba la bebida y lo echó del tablado abajo” y a coro le gritaron a Romero, “cabronazo ladrón, y otras afrentas”. Como consecuencia, el afrentado retó a Atondo y al día siguiente se batieron a duelo en un platanar que había detrás de Punta Paitilla, donde el capitán murió de una estocada en el pecho. El duelo se celebró sin testigos.

Romero fue sentenciado “en rebeldía”, el 5 de junio de 1677, a pagar una multa de 4000 pesos de a ocho y a “ocho años de destierro preciso, a diez leguas en contorno de Panamá”. La sentencia fue dictada por la Audiencia, integrada por el presidente Alonso Mercado de Villacorta, los oidores licenciados Sebastián de Velasco, Fernando Jiménez Paniagua y el doctor Nicolás Matías del Campo y de Larrynaga.

A Romero Parrilla se le embargaron “las casas de su morada”, “trece pases al temple” (pintura a base de clara de huevo sobre madera), un cuadro de la Inmaculada Concepción, tres cuadros pequeños con marcos dorados, tres taburetes viejos, seis sillas, dos bufetes, una frasquera, una piedra de destilar con su armazón, una tinaja pequeña con su piedra, otras dos tinajitas, dos hamacas, una “cortina de un tapete afelpada por antepuerta”, un tapete, dos cajas con sábanas y ropa, un pabellón y dos colchones, una petaca vacía, dos baúles viejos, un petate “de los Valles [del Perú]” ropa de vestir y otros artículos de uso personal.

Romero Parrilla, sin embargo, logró evitar que se le apresara y se refugió en el Convento-Hospital de San Juan de Dios buscando la protección de la Iglesia, de manera que estuvo fuera de circulación por una larga temporada.

Pese a las abrumadoras evidencias en su contra, Romero Parrilla nunca quiso admitir su culpabilidad en la muerte de Atondo. Las pruebas parecían muy claras. Se había encontrado en la faldriquera de Atondo una esquela suya invitándole a batirse en duelo en un platanar situado en Paitilla, llegó a San Juan de Dios buscando asilo con el rostro ensangrentado, producido por “una estocada en el carrillo izquierdo”, aunque lo excusó alegando que se había herido con “una caña brava”, y Juan Aranda y Grimaldo, escribano real y notario, y otros testigos le vieron dirigirse con su mula el día del duelo en traje de faena rumbo a Paitilla, La nota que le dirigió Romero a Atondo decía a la letra: “Señor Capitán D. Raymundo de Atondo. Esta tarde a las cinco aguardo a su merced detrás de Paitilla, a lo último de la curva del platanar de Juan de Aranda Grimaldo hacia la ciénega, sólo con mi espada sin otra arma ofensiva ni defensiva donde a solas y en el campo veremos si obra su merced como habla y obra en la ciudad y [en] conversaciones. Guarde Dios a vuestra merced años de casa [sic] y julio 29 de 1676”. La nota lleva la firma de Lucas Romero Parrilla.

Ya que se encontraba protegido bajo asilo eclesiástico, la Audiencia condenó a Romero Parrilla en rebeldía el 21 de enero de 1679. Pero, finalmente, en febrero de 1682, le conmutó la sentencia original por el pago de 6000 pesos y así Romero pudo reintegrarse a sus actividades normales, continuando en el ejercicio de la Tesorería y la Escribanía de Cámara. Así le encontramos en numerosos documentos, ya avanzada la década de 1680 y a lo largo de la de 1690, firmando como tesorero junto con los demás oficiales reales de Hacienda. De hecho, como declaraba más tarde uno de sus descendientes, continuó ocupando la tesorería de Hacienda hasta su muerte en 1693. Le sucedía en este cargo Tomás Francisco de Ayala, quien adquirió la Tesorería por compra.

Hija de su matrimonio con Clemencia fue María Josefa Romero, bautizada en la catedral de Panamá el 19 de marzo de 1689. María Josefa casó en la misma catedral el año 1720 con Antonio de Echeverz y González, cinco años menor que ella, nacido en Panamá y bautizado en 1694, hijo de Antonio de Echeverz y Subiza. De esa manera los Romero Parrilla se vinculaban a la familia más poderosa de Panamá entre fines del XVII y la primera mitad del siglo XVIII.

Luis de Urriola y Echeverz, bisnieto de Lucas Romero Parrilla, había nacido en Panamá en 1748 del matrimonio entre Antonia de Echeverz y Juan de Urriola González, casados en 1744. Juan de Urriola González había nacido en 1705 y era hijo de Gabriel de Urriola Echavarría y Juana González Salado, casados en Panamá en 1700. A su vez, esta Juana González Salado era hija del castellano del castillo de Santiago en Portobelo y sargento mayor del reino Francisco González Salado y Juana de Andújar Terrín, nativa de Portobelo y descendiente de alguno de los varios Terrín documentados en esa ciudad desde la década de 1570. Era hija del castellano del Santiago en Portobelo Juan de Andújar, y de Juana Terrín Imperial. Antonia de Echeverz es hija del matrimonio entre Antonio de Echeverz González y María Josefa Romero, la hija de Lucas Romero Parrilla.

Se trataba de alianzas matrimoniales típicamente endogámicas, ya que Antonio de Echeverz y Subiza se había casado con María González Salado, hija del castellano Francisco González Salado, de manera que Juan de Urriola González y su hija Antonia de Echeverz González eran primos hermanos.

Por la rama de los Andújar y Terrín, Luis de Urriola Echeverz remontaba su filiación panameña a pleno siglo XVI, y por el linaje de Clemencia Continenti y Serrú, se retrotraía el parentesco hasta los tiempos de la conquista. Los lazos endogámicos evidencian además una estrategia matrimonial típicamente elitista. Pocos casos más significativos de la estrategia matrimonial entre las élites. Pero este no fue el único linaje cuya ascendencia local puede remontarse hasta el siglo XVI, ya que a su vez su descendencia llega hasta fines del período colonial y aún más allá.

Otro nieto de Lucas Romero Parrilla fue el militar Bernardo Antonio de Echeverz y González. En carta del gobernador Manuel de Montiano de 15 de febrero de 1755, informando de “los sujetos beneméritos de estas partes”, decía que “su padre, Antonio Pedro de Echeverz y Subiza, caballero de Calatrava, se perdió en recio temporal en el canal de Bahamas”. Agrega que su madre es “hija de Lucas Romero Parrilla, que hasta su muerte fue oficial Real Tesorero de estas cajas y de D.ª Andrea [sic, por Clemencia] de Continenti y Serrú, hija de los conquistadores que fueron de la ciudad de Nata”. Manuel Montiano pedía a la Corona que se le diese alguna recompensa por los méritos de sus antepasados. Como parece evidente, todavía pesaba el recuerdo del viejo tesorero.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Panamá 57, Certificación del pago de la veinticuatría por Juan de Vera Pizarro, por el escribano de Cámara Lucas Romero Parilla y el contador Juan de la Haya Bolívar, Panamá, 30.X.1643; Contaduría 1485ª, Testimonio de Autos del juicio por la muerte del capitán Raymundo de Atondo, con carta de remisión de los Autos de la Audiencia del 12.II.1682; Panamá 76, Certificado del préstamo a la Corona por vecinos de Panamá en 1655; Panamá 93, Carta del presidente y capitán general Antonio Fernández de Córdoba al rey, Panamá, 9.III.1672; Contaduría 1485A, Cartas de los oficiales reales Lucas Romero Parrilla y Juan Matías Pérez, Portobelo 22.III.1686, Panamá 10.II.1689, Portobelo, 13.IV.1691; Panamá 300, Carta del gobernador y capitán general de Panamá Manuel Montiano al rey, Panamá, 15.II.1755.

G. Lohmann Villerna, Los Americanos en las Órdenes Nobiliarias, t. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1947, págs. 435-436; A. Castillero Calvo, Sociedad, Economía y Cultura Material, Historia Urbana de Panamá la Vieja, Buenos Aires, Editorial e Impresora Alloni, 2006, págs. 370 y 815-817.

 

Alfredo Castillero Calvo