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Alonso Nicolás de Ovando y Solís

Biografía

Ovando y Solís, Alonso Nicolás de. Marqués del Reyno (I), en el Reino de Nápoles. Cáceres, 7.VII.1692 – Bolonia (Italia), 24.II.1743. Militar.

Segundo hijo nacido del matrimonio de Juan Antonio de Ovando y Cáceres, regidor perpetuo de Cáceres, y de Francisca de Solís Ovando, y como tal fue destinado a la milicia, y apenas cumplidos los trece años sentó plaza en el Regimiento del marqués de San Vicente, siendo ascendido a alférez tres años después.  Durante la Guerra de Sucesión, Ovando participó en numerosos hechos de armas, como fueron la toma de Ciudad Rodrigo, la batalla de La Gudiña o la acción de Guadarrama. El 9 de diciembre de 1710 se halló en la rendición de un Regimiento de Infantería alemana, preludio del triunfo de las tropas borbónicas en Brihuega aquella misma noche y, al día siguiente, 10 de diciembre, en Villaviciosa, de cuyo combate salió Ovando gravemente herido. Repuesto de sus lesiones, hizo el resto de la campaña en Cataluña hasta el final de aquella guerra. Luego pasó a la selecta unidad de Reales Guardias Españolas.

En 1717 formó parte del Ejército español que reconquistó la isla de Cerdeña, en poder de los austríacos, participando en las tomas de Caller y Alguer. Luego pasó a la isla de Sicilia para tratar de devolverla a la Corona española. En el asedio del castillo de Messina tuvo Ovando una actuación tan destacada que el virrey marqués de Lede escribió a Felipe V proponiéndole para una encomienda o pensión. Tomada por fin la ciudadela de Messina, continuaron los combates contra los alemanes, y en una de las cuales, Ovando fue herido y hecho prisionero el 15 de octubre de 1718, aunque lo canjearon a los diez días. Restablecido de sus heridas, Ovando se reincorporó a su unidad, aunque dos meses después volvió a ser gravemente herido, quedando con un ojo defectuoso.

La guerra en Sicilia no resultó favorable debido a que Francia había entrado en guerra con España e invadido Cataluña, lo que obligó a Felipe V a sacar tropas de aquella isla y concentrarlas en la frontera francesa, donde también se trasladó Ovando. El 15 de mayo de 1719 fue ascendido a capitán de Granaderos y levantó, vistió y armó a su costa una compañía, con la que participó en las operaciones de Cataluña.

Acabada aquella guerra, se preparó en 1720 una expedición al norte de África, al mando del marqués de Lede, con el fin de castigar los asedios y molestias que los moros habían ocasionado a España durante muchos años. Ovando fue embarcado con su unidad, y los moros fueron derrotados en varias acciones sucesivas.

Don Alonso ingresó en la Orden Militar de Calatrava, despachándosele el hábito en 1731, y Felipe V le concedió el 6 de julio de 1733 la encomienda de Ballesteros.

En 1732, ya con el grado de coronel, volvió nuevamente al norte de África, formando parte de un Ejército mandado por el conde de Montemar, esta vez a la reconquista de Orán y Mazalquivir, que unos años antes habían sido arrebatadas por los moros. La campaña resultó victoriosa para las armas españolas y Ovando permaneció de guarnición en Orán, en la que hubo de mantener, sin embargo, reñidos combates con los musulmanes, en uno de los cuales resultó muerto el gobernador marqués de Santa Cruz de Marcenado, sucesor de Montemar.

Cuando Felipe V decidió recuperar para su hijo, el futuro Carlos III, el Reino de Nápoles, Alonso de Ovando formó parte del Ejército conquistador, y tuvo tan destacada actuación que don Carlos le concedió el título napolitano de marqués del Reyno, del que le expidió el correspondiente despacho el 6 de diciembre de 1734. Es de destacar que en esta guerra de Nápoles tomaron parte tres primos hermanos apellidados Ovando Solís, hijos de tres hermanas Solís, los cuales alcanzaron altas graduaciones militares y los tres fueron agraciados con sendos marquesados (Reyno, Ovando y Camarena la Real).

El marqués del Reyno, ascendido ya al empleo de brigadier de los Reales Ejércitos españoles, tomó parte en cuantas acciones militares tuvieron lugar en los campos de Italia, hasta que el 8 de febrero de 1743 en la batalla de Campo Santo recibió varias heridas mortales. Murió soltero el 24 de febrero y fue sepultado en el convento de monjas de Santa Catalina de Bolonia.

 

Bibl.: J. M. de Mayoralgo y Lodo, conde de los Acevedos, La Casa de Ovando (estudio histórico-genealógico), Cáceres, Real Academia de Extremadura, 1991, págs. 105-108.

 

José Miguel de Mayoralgo y Lodo, conde de los Acevedos