Rodríguez de Cela y Andrade, Jacinto. Astorga (León), 16.VIII.1832 – ¿Málaga?, f. s. XIX. Militar, teniente coronel del Ejército, comandante de Ingenieros.
Ingresó en la Academia de Ingenieros el 1 de septiembre de 1849, saliendo de la misma como teniente una vez terminados los estudios reglamentarios, el 14 de septiembre de 1854. Su primer destino fue en el entonces único (hasta 1860 en el que se creaba el segundo) Regimiento del Arma, el Regimiento de Zapadores-Minadores. Con su unidad, en 1856, ganaba la Cruz de San Fernando de 1ª clase, en reconocimiento a los méritos contraídos en la represión de los sucesos revolucionarios ocurridos en Madrid, entre los días 14 y 16 de julio, concedida según una Real Orden de 4 de agosto de ese año.
El 18 de octubre de 1856 era destinado a la isla de Cuba, con el empleo de capitán en Ultramar (al ser destinados a ultramar, recibían el grado inmediato superior, que perdían al volver a la Península), siendo encuadrado al mando de la 2ª Compañía del Batallón de Ingenieros de la isla. En enero de 1860 era destinado a
Después de un corto paréntesis en el que estuvo destinado en la Dirección-Subinspección del Cuerpo de Ingenieros en Canarias, en mayo de 1869 se le destinaba nuevamente a Cuba, a la Dirección-Subinspección de Ingenieros en la Habana, donde dirigía la construcción de la batería de San Elías. Posteriormente, fue destinado a la zona de operaciones de Cinco Villas, en el marco de la llamada Guerra de los Diez Años o Guerra Grande (1868-1878), primera de las tres guerras de independencia ocurridas en Cuba en la segunda mitad del siglo XIX. Iba al mando de la columna compuesta del Batallón de Infantería Castilla y Bomberos de Cienfuegos, que operaba en las lomas de la Trinidad. En la zona afectada, además de llevar a cabo numerosas operaciones contra los insurrectos, construía varios fuertes y reductos. En noviembre de 1870 estaba como jefe de la Comandancia de Ingenieros y de la Comandancia Militar en la zona de Baracoa, interviniendo en numerosas operaciones. En junio de 1874 se le comisionaba para la construcción de la línea telegráfica de Baracoa a Guantánamo, en cuyos trabajos permaneció hasta octubre de ese año, en el que se le concedían seis meses de licencia en La Habana por enfermo. En ese año, con fecha de 29 de septiembre, era promovido a teniente coronel en Ultramar. Vuelto a la Península en 1875, con fecha de 10 de septiembre de 1876 se le concedía el retiro definitivo por enfermo, fijando su residencia en Málaga.
Además de los trabajos facultativos realizados en Cuba por este ingeniero militar ya señalados anteriormente, se puede citar otros, como la construcción del faro de Punta Lucrecia, la carretera de Holguín a Gibara y las obras de reparación del camino de Guantánamo. También estuvo a cargo de la Inspección de Ferrocarriles del 7º Distrito, y posteriormente fue jefe de Obras Públicas del Departamento Oriental, siempre de la isla de Cuba.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exp. personal.
Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros el Ejército, 1854-1876; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; L. de Sequera Martínez, Historial de las Unidades de Ingenieros en Ultramar (la Campaña de 1898), Madrid, Talleres del Centro Geográfico del Ejército, 1999; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), 63-66 (2001 y 2002).
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño
