Hijo de Miguel Rodríguez y de María Conejero, adoptó el segundo apellido por el topónimo al que pertenecía su localidad de nacimiento, Losada. En su niñez pastoreaba vacas, hasta que la pérdida de una de ellas y el temor a volver a su casa con la desgraciada noticia le hizo huir, recalando primero en Puebla de Sanabria y, después, en Extremadura. Reapareció como oficial del Ejército en Madrid durante el Trienio Liberal.

En 1823, cuando sus ideales liberales le llevaron a conspirar contra Fernando VII, tuvo que partir hacia el exilio. Huyó a Francia, primero, y, después, pasó a Inglaterra, donde el Comité de Ayuda a los Emigrantes le consiguió un simple trabajo como mozo de limpieza en una relojería. Cinco años después de su huída, el dueño de la relojería cayó enfermo de una larga enfermedad y José fue el encargado de substituirle durante la convalecencia. Al morir finalmente su jefe, Losada heredó el negocio y lo integró en el mercado español e hispanoamericano. Contrajo matrimonio con Hamilton Ana Sinclair, viuda de su anterior jefe y estableció su propia relojería en la Regent Street, n.º 105 (Londres). En la trastienda de la tienda se estableció una tertulia que él mismo denominaba La Tertulia del Habla Española, a la que acudieron numerosos exiliados como José Zorrilla, Ramón Cabrera, Juan Manuel de Rosas, Luis Altamirano o hasta el general Prim. Pérez Galdós y el propio Zorrilla han rememorado la tertulia y al propio Losada en sus obras. [...]