Fonseca Piña, Simón de. Lamego (Portugal), p. m. s. xvii – ?, c. 1666. Hombre de negocios y financiero de Felipe IV y Carlos II.
Simón de Fonseca Piña perteneció al grupo de judeoconversos que llegaron a Castilla alrededor de 1625. Era natural de Lamego aunque algunas fuentes señalan que procedía de Estremoz. Casó en primeras nupcias con Beatriz de Veiga, hija de un financiero luso condenado por la Inquisición y en segundas con Blanca Enríquez.
Instalado en Sevilla se dedicó al comercio trasatlántico.
Contaba con una sólida red comercial tanto en Cartagena de Indias como en Perú. Sus primeros negocios de asientos con la Corona comenzaron alrededor de 1630. Se especializó en la gestión y control de diversas rentas de Aduanas. Fue arrendatario de la Renta General de lanas del reino de Castilla por primera vez en el período 1637-1640. En 1649 arrendó los Diezmos de la Mar y Puertos Secos de Vizcaya por importe de 66.500.000 maravedís renovándolo en 1654. En 1657 arrendó la Renta de la goma, polvos azules, pimienta, clavo y canela, mientras continuaba proporcionando considerables cantidades de escudos en Flandes y otras plazas como anticipo del importe de los arrendamientos.
Su gestión estuvo trufada de choques con la Inquisición.
El primero se produjo en el período 1640-1643 en Sevilla aunque la causa fue suspendida. En 1644 debió afrontar una nueva denuncia sustanciada en el tribunal de Córdoba con abjuración “de Levi” y multa de 300 ducados. Las denuncias se reprodujeron en 1661 en Madrid aunque en esta ocasión la firma no quedó inactiva. Se hicieron cargo de ella sus hermanos Antonio y Leonardo. El 21 de enero de 1664 la Real Hacienda, por testimonio de la Junta de Desempeño, reconocía ser deudora al asentista en 1.877.333 ducados.
Libre por tercera vez de la presión inquisitorial a finales de ese año, intentó recuperar los niveles de actividad anteriores y sus tradicionales negocios. Pujó por el arrendamiento de lanas en 1665 que por entonces estaba en posesión de Jacinto Romerate. La Hacienda Real le concedió el arrendamiento sobre todo por la oferta de anticipo de 1.000.000 de escudos de vellón, reducidos a plata colocados en Flandes. Todo parece indicar que la puja fue una maniobra para despojar a Romerate de la renta, ya que en el momento que entró en su poder interpuso pleito al Consejo de Hacienda para abandonarla, alegando que había bajado de valor por haberse impedido los comercios y haber cargado nuevos derechos en las lanas.
Su muerte, o quizá su salida de la Península, sucedió entre 1666 y 1670. Son años de confusión en los que se siguieron registrando negociaciones de la firma pero encabezadas por el administrador de ella y hermano de Simón, Antonio Rodríguez de Fonseca Piña, que en los siguientes años se afianzó en el arrendamiento de los Diezmos de la Mar y en los Puertos Secos de Castilla de modo que, salvo los Almojarifazgos, todas las rentas de aduanas estaban en poder de esta casa de negocios en los años setenta del siglo xvii.
Bibl.: A. Machado de Faria (dir.), Arquivo histórico de Portugal, 1932/1934-1944, 5 vols.; J. Caro Baroja, Los judíos en la España Moderna y Contemporánea, Madrid, Istmo, 1978, 3 vols.; C. Sanz Ayán, Los banqueros de Carlos II, Salamanca, Universidad de Valladolid-Junta de Castilla y León, 1989; F. Ruspio, “Una comunità marrana a Venecia”, en Zakhor. Revista di storia degli ebrei in Italia (La Giunta, Firenze), n.º 5 (2002), págs. 53-85; C. Sanz Ayán, Estado, Monarquía y Finanzas, Madrid, CEPC, 2004.
Carmen Sanz Ayán