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José Pozo y Sucre

Biografía

Pozo y Sucre, José. Caracas (Venezuela), 1735 – Cádiz, 2.XII.1819. Teniente general, ingeniero militar.

Hijo de José del Pozo y Honesto, tesorero y oficial real en la Real Hacienda, y de María Isabel de Sucre Pardo. Tuvo tres hermanas llamadas María Manuela, Serafina y María Bárbara y un hermano llamado Carlos (1743-1813) científico e inventor autodidacta.

Soltero, tuvo dos hijos con María García, José e Isabel, a los que reconoció por testamento.

Empezó a servir de cadete en el Real Cuerpo de Artillería el 12 de junio de 1761, antes de la fundación del Colegio de Segovia. Participó en la campaña de Portugal de 1762 y se encontró en el sitio de Almeida, a su término regresó a Segovia a proseguir sus estudios ya en el Colegio donde obtuvo el empleo de subteniente el 19 de marzo de 1763.

De allí salió destinado a Orán, donde participó en algunas acciones contra los moros. Allí pasó al cuerpo de Ingenieros el 15 de agosto de 1765 y fue destinado a San Roque y en poco tiempo pasó por Cádiz, Sevilla, Sierra Morena y el 8 octubre de 1770, como Ingeniero Extraordinario (había sido ascendido a teniente el 15 de junio de 1770), recibió un “oficio del Gobernador de la plaza de Cádiz comunicando Real Orden por la que este ingeniero continúa su mérito en Cataluña”.

En 1776, siendo ya teniente, fue a Cádiz a embarcarse para Buenos Aires en la expedición del teniente general Pedro Ceballos. Se halló en la toma de la isla de Santa Catalina y en la plaza de la colonia de Sacramento ejerciendo las funciones de primer ayudante del cuartel maestre. A su regreso a España ascendió a capitán de Ingenieros en mayo de 1778 y fue destinado a La Habana embarcando en junio de 1779. Estando en Cuba participó en la expedición a Jamaica al mando del general Bernardo Gálvez con el que pasó al Guarico, en esta ocasión, de nuevo con función de primer ayudante del cuartel maestre.

A su regreso a La Habana obtuvo licencia en 1885 de un año en Caracas para visitar a sus padres que aún vivían y arreglar sus intereses. Estando de licencia se le ordenó pasar a la isla de Trinidad de Barlovento a encargarse de las obras necesarias para su defensa, durante ese tiempo levantó un plano de Puerto Cabello, y erigió los cuarteles, la cárcel y el Cabildo y proyectó y dirigió las obras de la iglesia de Puerto España, obteniendo el grado de teniente coronel de Ejército por el buen desempeño de esa comisión. A su regreso a Caracas realizó el levantamiento de un plano para la obra civil de un puente en Candelaria. Ascendió a teniente coronel de Ingenieros en mayo de 1788 (los oficiales de ingenieros podían ascender en el Cuerpo, generalmente por antigüedad y por elección en el Ejército por méritos). En agosto de 1789 regresó a España y fue nombrado director de la recientemente creada Academia Militar de Cádiz (filial de la Real Academia de Matemáticas de Barcelona) que estaba a cargo del Cuerpo de Ingenieros.

En 1793, con motivo de la guerra contra la Convención francesa se suspendió la Academia y se le nombró para el ejército del Rosellón, donde se encontró en varias acciones, pasando después a Tolón a las órdenes del general Rafael Valdés y del capitán general Federico Gravina, que lo recomendó por sus servicios por los que obtuvo el grado de coronel del Ejército.

De allí pasó nuevamente a su encargo de director de la Academia de Cádiz, durante el mismo estableció los primeros hornillos para bala roja que sirvieron de modelo para toda la Península, hizo el canal de comunicación entre las aguas de La Caleta y las del sur y preparó varias memorias y modelos para la recomposición de las murallas marítimas. Se encontró en el bombardeo de Cádiz por la escuadra inglesa en 1797, contribuyendo con sus trabajos a poner la plaza en el mejor estado de defensa. En noviembre de 1797 ascendió a coronel de Ingenieros y en junio de 1802 a brigadier. También en 1797 realizó el Plano del Castillo de San Sebastián y ensenada de la Caleta de Cádiz. De 1798 a 1802 firmó un elevado número de planos, entre ellos: Plano y Perfiles y Elevación de la Torre Batería que en virtud de Real Orden de 13 de julio de 1797 se proyecta en la Ensenada de la Almadrava con arreglo a el Caudal determinado por la misma Real Orden de 172.216 reales vellón; Plano de la costa desde el Castillo de Santa Catalina del Puerto hasta el río Guadalquivir; Plano de las haciendas y edificios que se extienden en Cádiz desde las obras exteriores del Frente de Tierra por el Arrecife a una distancia de 1500 varas castellanas; planos de terrenos concedidos a censo por la Real Junta de Fortificaciones de Cádiz a vecinos de la ciudad, situados en el sitio del Puntal, Puerta de Tierra, y la embocadura del río Arillo, éste para el establecimiento de un molino; Plano del Almacén que posee en el sitio del Puntal el Convento de San Juan de Dios de esta ciudad; Noticia por Mayor de las faltas que se notan en la Plaza de Cádiz, Fuertes y Puestos de su dependencia, oy día de la fecha, como de las obras que urgen executar para la conservación de todo; y Plano de comparación para cubrir el frente Sur de la Muralla.

En agosto de 1803 pasó destinado a la dirección de las costas de Granada, pasando revista a todos los presidios menores en todos sus ramos tanto políticos como militares, proponiendo un plan de equipos para su seguridad en paz y guerra, y el 9 de septiembre de 1807 fue promovido a Mariscal de Campo. En 1808, en el marco de la Guerra de Independencia, pasó a la dirección de Andalucía, y en 1809 se encargó interinamente, durante once meses, de la comandancia general del Campo de Gibraltar. En 1810 volvió a Cádiz a su anterior destino donde sufrió el bloqueo y bombardeo de la plaza. Debido a un escrito que dio a la imprenta contra la Regencia titulado Injusticia atroz de la Regencia del Reino fue encausado por delito de imprenta y desacato, exonerado de su empleo de director subinspector de Ingenieros y arrestado el 12 de julio de 1812 en el Castillo de San Sebastián. Permaneció sin empleo en Cádiz hasta que, en octubre de 1814 fue promovido a teniente general. En 1816 se encontraba en la indigencia, sin cobrar sus pagas y solicitó que se le concediese una pensión. Como ingeniero fue autor de numerosos planos de proyectos, obras e informes de su facultad.

Hay una cierta confusión entre este personaje y otro del mismo nombre, José del Pozo Sucre, natural de Perú, exjesuita, probablemente masón, que junto con Manuel José de Salas y como delegados de la Junta de Diputados de los pueblos y provincias de la América Meridional, conspiraron para convenir en los medios más conducentes a realizar la independencia de la América española. El fundador de esta Junta fue Francisco Miranda Rodríguez. La razón que lo motivó a fundar en Madrid la “Junta de Ciudades y Provincias de la América Latina”, una sociedad secreta, fue la de reunir en la capital española a todos los representantes de las varias comarcas americanas que trabajaban con fervor por la independencia del Nuevo Mundo. En 1797, en París, firmó el trascendental documento del famoso Pacto de París, junto a Manuel de Salas, José del Pozo, Sucre y Pablo de Olavide. Este documento representaba el espíritu destinado a “provocar una explosión combinada de todos los pueblos de América”.

Fieles a tal juramento, dichos “iniciados” viajaron de Europa hacia América para preparar la gran insurrección que comenzó en Caracas el 19 de abril de 1810, en Buenos Aires el 25 de mayo, en Bogotá el 20 de julio y en Santiago el 20 de septiembre del mismo año.

 

Obras de ~: Plano del recinto de la Plaza de Cádiz, Cádiz, 1799; La verdad desnuda reproducida por D. José del Pozo y Sucre, Mariscal de campo de los reales exércitos [...]; su objeto la defensa de la patria, y señaladamente de esta interesante plaza [...] ciudad de Cádiz [...] Sus resultas, la triste situación en que nos hallamos por el criminal desprecio con que han sido vistos y tratados sus [...] planes de defensa y ataques propuestos [...], Cádiz, 1811; Exposición que manifiesta los agravios que hace el Gobierno, al Mariscal de Campo D. José del Pozo y Sucre, Ingeniero Director Sub-Inspector de la provincia de Andalucía, y Oficial Decano de su Cuerpo, Cádiz, 1812.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. P-2650; Archivo General de Simancas, Secretaría del Despacho de la Guerra, sign. SGU, 7236, 10;

VV. AA., Memorial de Ingenieros dedicado a la Guerra de la Independencia, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1908; Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y Ediciones de la Universidad, 1983; C. Martínez Martínez, “Los problemas militares en la segunda mitad del siglo XVIII”, vol. XI-2, en Historia General de España y América, Madrid, Ed. Rialp, 1985; H. Capel et al., De Palas a Minerva, Barcelona, SERVAL, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1988; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993, 2 ts.; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1994; C. Virgili Belda, “La proyección hispanoamericana de la Academia de Matemáticas de Barcelona”, en La Academia de Matemáticas de Barcelona. El legado de los Ingenieros Militares, Barcelona, Ministerio de Defensa, 2004; A. Martín-Lanuza Martínez, Diccionario Biográfico del Generalato Español. Reinados de Carlos IV y Fernando VII (1788-1833), Madrid, Foro para el Estudio de la Historia Militar de España, 2012.

 

Ubaldo Martínez-Falero del Pozo

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