Viera y Clavijo, María Joaquina. La Orotava, Puerto de la Cruz (Santa Cruz de Tenerife), 27.III.1737 − Las Palmas de Gran Canaria, 25.II.1819. Escultora y poetisa.
Del matrimonio formado por Gabriel del Álamo Viera, quien, procedente de la burguesía agraria, desempeñaba el puesto de alcalde real, y Antonia María Clavijo nacieron José (1731), Nicolás y, ya en La Orotava, adonde se había trasladado la familia, María Joaquina (1737). Mientras su hermano José iniciaba de manera temprana una sólida formación para la carrera eclesiástica, la niña recibía educación, poco moderna, en el convento de Santo Domingo que marcaría su personalidad. En 1756 su padre pasa a La Laguna para desempeñar una escribanía, mientras el resto de la familia permanece en el Puerto donde su madre enferma, y la hija debe cuidar de ella hasta que fallece en 1772. En esta fecha se traslada a La Laguna con su progenitor, quien morirá al año siguiente. La joven se abre a un nuevo espacio cultural al margen de su hermano, ya sacerdote, el cual había trasladado en 1770 su residencia a Madrid y viajaría varios años por Europa, y con el que no siempre comulgará con su ideología netamente ilustrada. Participa en las reuniones sociales y tertulias literarias dando a conocer sus versos a los que hace tiempo mostraba gran afición, y lo que era menos frecuente para las mujeres se convierte en discípula del escultor José Rodríguez de la Oliva, trabajando en su taller. Sus obras de arte no llegaron al espacio comercial, pero le obligaron a tomar conciencia de los problemas artísticos, a pesar de que ella se consideraba “una mujer sin reglas de escultura”. Desde 1784 residió en Las Palmas en donde su hermano José era arcediano en la catedral, y adonde había ido también Nicolás. María Joaquina, que siempre permaneció soltera, cuidaba de ellos y se abrió a los nuevos círculos artísticos, donde conoció a los imagineros Nicolás Eduardo y a Luján Pérez, y literarios con la protección de su hermano, un clérigo ilustrado bien considerado, cuyo archivo parece que fue ordenado por ella. José murió en 1813 y ella seis años después.
Su obra poética quedó inédita entre los papeles de su hermano y en otras fuentes, aunque la colección más completa se conserva en un archivo particular del que hizo una copia manuscrita Agustín Millares Torres (1880) que se conserva en el Museo Canario de Las Palmas, precedida de una biografía de José Agustín Álvarez Rixo (1868) cuyos datos fueron utilizados por Millares Carlo, y de otros sueltos que se publicaron a lo largo del siglo xix. Este manuscrito se ha editado recientemente con el título de Poesía (2003) con un prólogo de Elica Ramos en el Instituto Canario de la Mujer. Escribió sobre temas variados: costumbristas, religiosos, circunstanciales para dejar constancia de sucesos históricos canarios o de asuntos políticos (cumpleaños reales, recepciones), pero también de censura al destronado Godoy (“cruel, despótico, tirano, / monstruo horrendo e inhumano”) tras el Motín de Aranjuez. Hizo crítica social en las endechas tituladas Vejamen a las presumidas modistas, en las que censura con gracia distintos tipos de mujer moderna, las modas (las tapadas frente a las elegantes, partidarias de las novedades extranjeras en el vestir), con una descalificación radical de las mujeres desenfadadas, de la “marcialidad” con austeros criterios morales. La misma razón le lleva a cultivar una abundante poesía religiosa escrita con una actitud piadosa que convierte muchos de sus versos en oración fervorosa, recordando sus estudios en el convento de Santo Domingo, donde se hallan motivos sacados de la Biblia, asuntos sobre el calendario eclesiástico, temas marianos, personajes religiosos.
Tiene mayor entidad la composición titulada Los meses, dedicada a su hermano.
Obras de ~: Poesía, pról. de E. Ramos, biogr. de J. A. Álvarez Rixo, Santa Cruz de Tenerife, Instituto Canario de la Mujer- Cabildo de Gran Canaria-Ediciones Idea, 2003; La obra poética de María Joaquina de Viera y Clavijo, ed. de V. Galván González, Las Palmas, Cabildo Insular de Gran Canaria, Departamento de Ediciones, 2006.
Bibl.: A. Millares Carlo, Bio-bibliografía de escritores naturales de las Islas Canarias (siglos XVI, XVII y XVIII), Madrid, T. Archivos, 1932, págs. 569-571; C. Fraga González, “María Viera y Clavijo en el ambiente artístico de los ilustrados en Canarias”, en El Museo Canario, XLVII (1985-1987), págs. 319-333; V. Galván González, “El motivo de la cruz en la poesía de María de Viera y Clavijo”, en Estudios Canarios. Anuario del Instituto de Estudios Canarios, XLIII (1998), págs. 123-138; M. Bolufer Peruga, Mujeres e Ilustración: la construcción de la feminidad en la Ilustración española, Valencia, Alfonso el Magnánimo, 1998; V. Galván González, La obra literaria de José de Viera y Clavijo, Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo de Gran Canaria, 1999; E. Palacios Fernández, La mujer y las letras en la España del siglo XVIII, Madrid, Ediciones del Laberinto, 2002; V. Galván González, “Introducción” a La obra poética de María [...], op. cit., 2006.
Emilio Palacios Fernández