Belmonte Campoy, Juan. Juanito Belmonte. Madrid, 28.II.1918 – Fuenterrabía (Guipúzcoa), 20.VII.1975. Torero.
Hijo natural del gran matador de toros Juan Belmonte García, durante su infancia vivió interno en el colegio de los Salesianos de Utrera. En Juanito Belmonte, que es como siempre se le conoció en el mundo del toro, parece ser que la vocación taurina surgió como una forma de afirmación personal. En 1934 toreó por primera vez, en la finca gaditana de “Los Chancones”. Al año siguiente su padre le reconoció legalmente. Vestido de luces debutó ese mismo 1935 en Alcalá de los Gazules (Cádiz), una vez que finalizó los estudios de bachillerato. En aquellos primeros años toreó en muchas ocasiones haciendo pareja con José Ignacio Sánchez Mejías, hijo del ilustre torero, dramaturgo y mecenas Ignacio Sánchez Mejías.
Tomó la alternativa en Salamanca en plena Guerra Civil, el 12 de septiembre de 1938. Completaban la terna Marcial Lalanda y Domingo Ortega. El toro de la ceremonia se llamó “Ligurino”, y pertenecía a la vacada de Antonio Pérez Tabernero. También fueron de esa ganadería las reses de su confirmación de alternativa, el 12 de octubre de 1939 en la plaza de Madrid.
Su padre intervino en la corrida como rejoneador, siendo Marcial Lalanda el padrino de dos ceremonias, la de Belmonte y la de Manolete, que también tuvo lugar ese día. El toro del doctorado se llamó “Mellizo”.
Las temporadas 1942 y 1943 fueron las mejores de su carrera y, tras varios éxitos de mucha importancia en Madrid, Sevilla y Valencia, se retiró inesperadamente el 29 de agosto de 1947, al día siguiente del percance mortal de Manolete en Linares.
Torero de primera línea, aunque no gran figura, realizaba un toreo entregado y dramático. Según el escritor Néstor Luján, Belmonte “toreaba intensamente, metido entre cornadas, con la muleta tartajeante, los nervios de punta, fajándose con el toro, quedándose parado y tembloroso [...]. Teatral, con la mandíbula descoyuntada para que fuese colgante como la de su padre —él no la tenía así—, con el cuerpo desgarbado, el rostro lívido de miedo pero como convulso por la voluntad de torear y de vencer, llegó a dominar con la muleta, y se mantuvo siete años en primera fila”.
Bibl.: J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. 4, Madrid, Espasa Calpe, 1943; Don Ventura [seud. de V. Bagués], Historia de los matadores de toros, Barcelona, Imprenta Castells-Bonet, 1943 (Barcelona, De Gassó Hnos., 1970); F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; C. Abella, Historia del toreo, vol. 2, Madrid, Alianza Editorial, 1992; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.), pág. 291.
José Luis Ramón Carrión