Lausín López, Braulio. Gitanillo de Ricla. Ricla (Zaragoza), 20.I.1898 – Zaragoza, 4.XI.1967. Torero.
Nacido en el seno de una familia de labradores acomodados, a los once años, según Ricardo Vázquez Prada, “adoptó una extraordinaria decisión, excepcional para un niño de su edad que no sufría los rigores de la pobreza y del hambre, sino que disfrutaba de la posición desahogada de su familia: anunció a su padre que no le atraía lo más mínimo la vida de campesino y que su deseo era, desde ese mismo momento y sin esperar a contar una mayor edad, recorrer mundo, conocer otras tierras, otros pueblos y ciudades, abrirse camino de otro modo”. Poco tiempo después, logró sus deseos. Alejado de su casa, trabajó en los oficios más diversos, hasta que a los dieciocho años presenció por primera vez una corrida de toros; y, entonces, se hizo maletilla.
Vistió el traje de luces por primera vez el 3 de agosto de 1919, en Zaragoza, en una novillada económica. Al día siguiente, el crítico Juan José Lorente Pepe Moros escribió en el Heraldo de Aragón: “Tiene el muchacho una voluntad como un templo y una valentía espeluznante. Ignora mucho y necesita ‘torearse’, pero hay madera en él”. El 26 de mayo de 1921 debutó en Madrid, alternando con Manuel García López Maera y Juan Anlló Nacional II; su valentía causó tal entusiasmo entre la afición de la capital, que muy pronto comenzaron a llamarle El león de Ricla.
Tomó la alternativa el 10 de agosto de 1922 en Santander. El padrino de la ceremonia fue Ignacio Sánchez Mejías, que le cedió el toro Tarifeño. Completaron el cartel Maera y Marcial Lalanda. Confirmó el doctorado en Madrid el 24 de septiembre siguiente, de manos de Domingo Dominguín. Los toros fueron de Palha. Toreó mucho en los años siguientes y alternando con las figuras del momento, dejando siempre muestras de su gran valentía. El 15 de mayo de 1927 sufrió una terrible cornada en Madrid, cuando el toro Doradito, de Argimiro Pérez Tabernero, le hirió en el pulmón al intentar dar un farol de rodillas. Salvó la vida y mejoró del percance, aunque nunca se recuperó plenamente de sus heridas. En 1928 toreó varias corridas organizadas en su beneficio, optando por retirarse debido a su delicado estado de salud.
La fama de Gitanillo de Ricla en sus años de gloria fue tan grande que el escritor de novelas galantes Alberto Insúa se inspiró en su vida para componer la titulada La mujer, el torero y el toro (1926). Su hijo Braulio Lausín Velilla fue novillero.
Bibl.: J. Jipsom (seud. de M. Giménez Sarria), Los toreros de Aragón: algunos juicios sobre los toreros aragoneses, Zaragoza, 192?; Uno al Sesgo, Los ases del toreo: “Gitanillo”, Barcelona, Librería Lux, 1924; A. Sánchez Carrere, Los triunfadores del ruedo: “Gitanillo de Ricla”, Barcelona, Imprenta Garrofé, 1925; A. Insúa, La mujer, el torero y el toro, Madrid, Ediciones La Novela Mundial, 1926; Don Indalecio (seud. de R. de Lacadena y Brualla, Marqués de La Cadena), Los toreros aragoneses, Zaragoza, Imprenta Alfredo Uriarte, 1932; J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vols. III y IV, Madrid, Espasa Calpe, 1943 y 1961, respect.; F. Castán Palomar, Aragoneses contemporáneos, Zaragoza, El Día de Aragón, 1987; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; D. Tapia, Historia del toreo, vol. I, Madrid, Alianza Editorial, 1992; R. Vázquez Prada, Braulio Lausín, “Gitanillo de Ricla”, un “león” en los ruedos, Zaragoza, Diputación, 1998.
José Luis Ramón Carrión