Ocampo y Felguera, Francisco de. Villacarrillo (Jaén), 1579 – Sevilla, 29.XII.1639. Escultor.
Sobrino de Andrés de Ocampo, comenzó como discípulo de Juan de Oviedo y a través de él entró a formar parte del taller de Juan Martínez Montañés. Comenzó a adquirir los conocimientos de su propia familia y maestros, compaginando a su vez su aprendizaje en el taller de Juan de Mesa, alumno también de Martínez Montañés. Es un escultor que presenta peculiaridades propias, que permiten diferenciar claramente sus obras retablistas y escultóricas dentro de la abundante e importante producción de su época. Ocampo se declaró un seguidor de la escuela montañesina, que necesariamente influyó en él, pero en el imaginero jienense hay otros muchos rasgos, que le perfilan como un auténtico maestro dentro de la escultura sevillana del primer tercio del siglo xvii.
Llegó a Sevilla con catorce años, y en 1603, llevó a cabo su primera obra documentada, un San Nicolás de Tolentino, hoy desaparecido, para la localidad sevillana de Écija. Además, participó de una manera importante en la realización del retablo mayor de San Isidoro del Campo, en Santiponce (Sevilla). En sus años de vida en la capital hispalense, tuvo talleres en las collaciones de Santa María Magdalena, San Lorenzo y San Martín, saliendo de estos talleres las obras más significativas del imaginero, resaltando obras como los retablos mayores de Aracena (Huelva), Carmona (Sevilla), Montilla (Córdoba) y Tunja (Colombia).
En sus esculturas se puede apreciar su influencia montañesina, destacando en su última etapa el manierismo por encima del barroco. Autor de la imagen del Cristo del Calvario en 1611, se le atribuyen las imágenes de Jesús Nazareno (Silencio), Jesús de la Salud de San Nicolás y el de igual advocación y el Crucificado de la Carretería. Este escultor ha mostrado con sus retablos e imágenes que fue un hombre de fuerte personalidad, y de honda espiritualidad, con una constante superación, encontrando en sus obras desde un clasicismo hasta el barroco incipiente, centralizándose plenamente en el manierismo antes reseñado.
Fueron discípulos suyos los jóvenes sevillanos Francisco Cabrera Figueroa, Juan de Zúñiga, Pedro González y fundamentalmente Pedro Nieto, además de los hijos de Francisco de Ocampo, Fernando y Salvador, no llegando ninguno de los dos a obtener el grado de prestigio de su padre.
Falleció el 28 de diciembre de 1639, siendo enterrado en la iglesia parroquial de San Martín de Sevilla.
Obras de ~: Retablo e imágenes del Monasterio de San Isidoro del Campo, Santiponce (Sevilla) 1607; Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Carmona (Sevilla), 1607; Imagen del Cristo del Calvario, de la Hermandad del Calvario, Sevilla, 1611.
Bibl.: A. Martín Macías, Francisco de Ocampo, maestro escultor (1579-1639), tesis doctoral, Sevilla, Universidad, Facultad de Geografía e Historia, 1979; Francisco de Ocampo, maestro escultor (1579-1639), Sevilla, Gráficas del Sur, 1983; J. Carrero Rodríguez, Anales de las Cofradías de Sevilla, Sevilla, Ediciones Guadalquivir, 1991; L. Malo Lara, “Aportación documental a los catálogos de Francisco de Ocampo y Francisco Pacheco: sus intervenciones en el retablo mayor del Convento de la Pasión de Sevilla”, en Laboratorio del Arte (revista del Departamento de Historia del Arte), n.º 16 (2003), págs. 417-426; J. Carrero Rodríguez, Gran Diccionario de la Semana Santa, Córdoba, Almuzara, 2006.
Juan Carrero Rodríguez
