García de Villagera y Padilla, Juan. ?, p. t. s. xiv – Uclés (Cuenca), 27.XI.1355. Maestre intruso de la Orden Militar de Santiago.
Hijo bastardo de Juan García de Padilla, fue en consecuencia hermano natural de María de Padilla, amante de Pedro I de Castilla, y de Diego García de Padilla, vigésimo maestre de la Orden Militar de Calatrava.
Antes de ser nombrado maestre de Santiago por voluntad real, Juan García de Villagera, igualmente a instancias de Pedro I, y en ese momento con el beneplácito del maestre don Fadrique, fue promovido en 1353 a la dignidad de comendador mayor de Castilla, tras la renuncia forzada de Rodrigo Chacón. Fue un primer paso del Rey en orden a controlar la milicia santiaguista. Desde luego Juan García de Villagera se convirtió entonces en un incondicional del Monarca, y por ello mismo sufrió prisión por parte del maestre don Fadrique cuando éste, en abril de 1354, decidió sumarse abiertamente al movimiento opositor que, frente a Pedro I, lideraba su hermano Enrique de Tratámara. La prisión del comendador mayor fue pasajera; apenas dos días después de su encierro pudo escapar alcanzando la Corte y obteniendo en ella, en el verano de aquel año de 1354, el maestrazgo de Santiago como premio a su fidelidad.
La elección fue a todas luces anticanónica. En Ocaña, entre finales de julio y comienzos de agosto, Pedro I hizo reunir una facción de comendadores y caballeros de la Orden imponiéndole el cometido de destituir al maestre Fadrique y elegir como su sucesor a Juan García de Villagera. Al descarado intrusismo del Rey en la elección se unía la condición de hombre casado del nuevo maestre, circunstancia que la tradición santiaguista no contemplaba en la figura concretamente del titular de la Orden.
El débil gobierno del maestre intruso —el decidido apoyo regio no compensaba la desafección de la mayoría de los miembros de la Orden— iba, sin embargo, a ser muy breve: no superaría los dieciséis meses de duración. En ellos no se conoce apenas nada de su gestión, si se exceptúan algunos documentos sobre cobro de alcabalas dirigidos a Llerena y fechados en septiembre de 1355, y que poco antes, en mayo, anduvo detrás del fallido nombramiento de un nuevo comendador mayor de Montalbán en la persona de un incondicional del rey castellano, Gutierre Gómez de Toledo. Pedro IV de Aragón no tuvo que molestarse en negar formalmente tal designación. Muy pronto el Papa declaraba ilegítima la posesión del maestrazgo por parte del intruso, y el maestre legítimo, Fadrique, ordenaba a su comendador mayor, de Castilla, Gonzalo Mejía, su apresamiento. Juan García de Villagera se resistió y murió en enfrentamiento armado con el comendador mayor y Gómez Carrillo, que lo auxiliaba, entre Tarancón y Uclés, el 27 de noviembre de 1355.
Bibl.: F. de Rades y Andrada, Chronica de las Tres Ordenes y Cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara, Toledo, 1572 (ed. facs. Barcelona, 1980); Chronica de Sanctiago, fols. 46r.-v.; A. F. Aguado de Cordova, A. A. Alemán y Rosales y J. López Agurleta, Bullarium Equestris Ordinis S.Iacobi de Spatha, Madrid, 1719, págs. 331-332; P. de Orozco y J. de la Parra, Comendadores de la Orden de Santiago, [Primera] Historia de la Orden de Santiago. Manuscrito del siglo xv, de la Real Academia de la Historia, pról. de Diego de Angulo, introd., transcrip., notas y apéndice del Marqués de Siete Iglesias, Badajoz, 1978, págs. 375-376; L. V. Díaz Martín, “Los maestres de las Órdenes Militares en el reinado de Pedro I de Castilla”, Hispania, 40 (1980), págs. 302, 304-306 y 312; R. Sáinz de la Maza Lasoli, La Orden de Santiago en la Corona de Aragón (II). La encomienda de Montalbán bajo Vidal de Vilanova (1327-1357), Zaragoza, 1988, pág. 74; P. López de Ayala, Crónicas, ed. de J. L. Martín, Barcelona, 1991, págs. 88, 98, 110-111 y 159.
Carlos de Ayala Martínez
