Simeón Fuster, Mariana. Denia (Alicante), 3.XI.1571 – Murcia, 25.II.1631. Religiosa agustina (OSA), fundadora de conventos.
Nació en Denia el 3 de noviembre de 1571. Sus padres se llamaban Rado Simeón, oriundo de Ragusa (Sicilia) y Ana Jerónima Fuster. Desde pequeña adquirió en su instrucción un gran conocimiento de la ciencia aritmética, imponiéndose en la solución de problemas sobre esta materia.
Muertos sus padres distribuyó sus bienes a los pobres.
En 1597 san Juan de Ribera, arzobispo de Valencia, fundó en Alcoy el primer convento de religiosas agustinas descalzas, con la Regla de San Agustín y las Constituciones de Santa Teresa de Jesús. Y aunque en esta ocasión manifestó deseos de hacerse religiosa, tuvo que esperar siete años hasta que en su pueblo natal se fundase un convento de la misma Orden.
Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, marqués de Denia y duque de Lerma, fundó en Denia el Convento de Nuestra Señora de Loreto y la Purísima Concepción y conociendo las prendas que adornaban a Mariana le pidió que se hiciese cargo de dicha fundación.
Junto con otras cinco religiosas formaron la comunidad de dicho convento que se inauguró el 25 de enero de 1604, con la asistencia del rey Felipe III, que en esos días había acudido al puerto de Denia a recibir a la reina Margarita de Austria, acompañado de la nobleza y ministros de la Corte. Presidió la ceremonia el nuncio apostólico de Su Santidad en Madrid.
Considerada fundadora del convento, dirigió también la fundación del Convento de Corpus Christi de Almansa el 7 de enero de 1609, y del convento de Murcia, con la misma advocación que el anterior, el 14 de marzo de 1616. Manifestó su ingenio para encontrar medios de subsistencia para los conventos de Almansa y Murcia que fundó. Colocó en ellos telares para fabricar damascos, terciopelos y telas corrientes.
Las personas entendidas en el oficio reconocieron la destreza con que se elaboraba el trabajo. Se hacían ternos de piezas enteras y bordadas de oro y plata, con imágenes de historia sagrada. Su fama de santidad hizo que los más eminentes eclesiásticos de aquel siglo emitieran sobre ella los más cumplidos elogios: El padre Jerónimo Gracián, compañero de santa Teresa de Jesús en la reforma del Carmelo; el venerable Juan Sanz, carmelita, eximio místico del siglo de oro español; el padre Juan Mancebón, franciscano descalzo; y el mismo san Juan de Ribera. Escribió varios libros de espiritualidad.
Murió en el convento de Murcia, el 25 de febrero de 1631, fiesta del apóstol san Matías, a punto de cumplir los sesenta años de edad.
Obras de ~: Cartas a diferentes personas; Espejo de una religiosa perfecta; y Apuntamientos de varios sucesos de su vida (mss. en Convento Corpus Christi de Murcia); “Puntos de la Sagrada Pasión para meditar desde la Septuagésima” y “Puntos del misterio de la Encarnación, para que tengan oración todas las hermanas, cada uno el suyo”, en J. Carrasco, La Phenix [...], Madrid, Manuel Fernández, 1646, pág. 245 y pág. 248, respect.; “Avisos espirituales dados al padre Juan Ximénez”, en A. Panes, Crónica de la provincia descalza de San Juan Bautista de Valencia, Valencia, 1665, 2.ª parte, lib. 6, cap. 11, págs. 40 y ss.
Bibl.: J. Carrasco, La Phenix de Murcia: vida, virtudes y prodigios de la... madre Mariana de San Simeon, fundadora de los conventos de Agutinas Descalzas de Almansa y Murcia, Madrid, Manuel Fernández, 1646; V. Ximeno, Escritores del reyno de Valencia, vol. II, Valencia, oficina de Joseph Estevan Dolz, 1749 (ed. facs., Valencia, Biblioteca, 1980, espec. págs. 379- 381); A. Llin Cháfer, Modelos de vida cristiana, Valencia, Edicep, 1999, págs. 99-100.
Arturo Llin Cháfer
