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Adrián de Amberes (o Anvers)

Biografía

Amberes (o Anvers), Adrián de. Tudela (Navarra), c. 1508 – Pamplona (Navarra), c. 1570. Impresor.

Es poco lo que se sabe de sus orígenes, aunque el apellido Amberes estaba afincado en Navarra a comienzos del siglo xvi. Su nombre se encuentra como Amberes o Anvers, pues de las dos formas firma en sus impresos. Aparece por primera vez en Estella, en el taller de Miguel de Eguía, como oficial principal del establecimiento.

Se desconoce cómo entró en contacto con Eguía, aunque puede ser que lo hiciera en Alcalá de Henares o en cualquiera de las otras ciudades en las que trabajó el maestro. Se hace cargo del taller a su muerte, a finales de octubre de 1546, y rápidamente buscará sus encargos entre el sector eclesiástico.

Su primera impresión conocida es de 1547 y se trata del Compendio de toda la Filosofía natural de Aristóteles.

Al año siguiente imprime el Dictionarium de Nebrija.

Durante su estancia en Estella edita un número importante de obras, entre las que se pueden encontrar desde textos oficiales y obras litúrgicas hasta su edición en 1560 de la Tragicomedia de Calisto y Melibea.

Con la impresión de las obras de Jorge de Montemayor y la de Irurozqui Serie totius Historiae Sacri Evangelio alcanza la meta profesional, considerándose esta última como una de las mejores ediciones realizadas en Navarra durante todo el siglo xvi, y donde se aprecia la influencia y la herencia de Miguel de Eguía en la utilización de algunos de sus tacos.

Cuando el negocio comenzaba a funcionar se produce un paréntesis en la actividad del taller. Entre los años 1549 y 1554 no hay noticias de él, lo que parece deberse con seguridad al saqueo que sufrió su imprenta. Es probable también que sus problemas se deban a que Amberes es un impresor de origen extranjero y la aplicación de la legislación de Cortes prohibía el ejercicio de cualquier actividad profesional a personas que no fueran naturales del reino. Todo ello hace que intente conseguir el avecinamiento en Estella, lo cual logra finalmente el 17 de diciembre de 1549. A partir de ese momento, comienzan los encargos institucionales.

Durante los años en los que la imprenta de Estella permanece inactiva es probable que colabore con talleres castellanos. Entre 1552 y 1554 se encuentra compaginando su actividad impresora con la de librero, asociado con Pedro de Begoña.

En 1559 comienzan otros problemas para el impresor, que será procesado por haber impreso unas imágenes para el Hospital General de Navarra. El Consejo Real secuestró la tirada de doce mil ejemplares de la bula de indulgencias realizada por encargo del Hospital General ocasionando un enorme descalabro económico al impresor. Sus problemas continuarán el año siguiente, al parecer nuevamente por no contar con la licencia del Consejo de Navarra para la impresión de las mil buletas encargadas por la Orden de la Merced de Pamplona, lo que produjo su encarcelamiento por reincidente, aunque pudo salir bajo fianza en junio de 1560, con la advertencia de que una nueva actuación ilegal le supondría el destierro del reino y la pérdida de sus bienes. Los tacos para la impresión de las imágenes de la bula fueron destruidos por orden judicial.

Fue difícil remontar la ruina económica y para ello se sirvió de su matrimonio con Catalina Urrizola, quien aportó setenta ducados al matrimonio, que fueron vitales para la continuidad del negocio. También aportó una hija, María Pérez, que se convertirá en la esposa del continuador del negocio de imprenta, Tomás Porralis.

Su interés por convertirse en el impresor oficial del reino de Navarra, al servicio de las Cortes, le lleva a trasladarse con su familia a Pamplona con el proyecto de imprimir el Fuero de Navarra. Pero las dificultades vuelven a la vida del impresor pues, las disposiciones legales para el control de ediciones de libros litúrgicos, y con ellas la que prohíbe la entrada en Castilla de libros procedentes de otros reinos, acaban con su actividad como exportador de sus impresiones a Castilla.

Como impresor, destaca sobre todo por la técnica y la calidad de su trabajo, pero al igual que para muchos otros impresores españoles, la actividad impresora es un negocio poco rentable. Amberes vive durante los años más duros y de mayor control en la impresión de libros. Su supervivencia dependerá de encargos oficiales como los realizados por el Consejo Real y sobre todo por las Cortes de Navarra para la edición de la legislación del reino y de documentos relacionados con procesos civiles. También de ciertos pedidos de particulares, como las obras de Nebrija, encargo de sus herederos.

Sus impresiones incorporan gran cantidad de grabados realizados con xilografías que hereda del taller de Miguel de Eguía, a los que irá incorporando nuevos tacos influenciados por la corriente manierista europea.

 

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Isabel Moyano Andrés

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