Castellano Grandell, José. Huelva, V.1890 – 15.X.1948. Fotógrafo.
José Castellano Grandell nació en Huelva en mayo de 1890, pero pasó toda su infancia y adolescencia en el barrio de la Macarena de Sevilla. A los trece años comienza a trabajar con el fotógrafo sevillano Manuel Medina, en su propio barrio. A su lado aprendió las técnicas del retoque fotográfico, en las que éste era un maestro. Cuando contaba dieciocho años de edad se traslada a Madrid para instruirse en los secretos del arte de Daguerre junto al prestigioso Dálton Kâulak, seudónimo de Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo, y sobrino del eminente político decimonónico, que había abierto una galería fotográfica cuatro años antes.
Allí tuvo la ocasión de conocer a clientes como María Guerrero, los hermanos Álvarez Quintero, Alfonso XIII, Mariano Benlliure, Eduardo Dato, José Echegaray, así como a todos los miembros de la aristocracia, políticos, toreros, intelectuales, empresarios y gente del espectáculo. Durante siete años aprenderá no sólo la técnica del medio, sino también el trato a la clientela, la importancia del buen gusto a la hora de montar el estudio, la pulcritud en las tomas, la iluminación, etc. Sus maestros fueron, además del propio Kâulak y el también fotógrafo Antonio Portela, los retocadores Federico Gil, Diego Sanabria, Jorge Godet, Antonio Portela hijo, y los empleados de laboratorio Ventura Rodríguez, Mariano Zapata, Baldomero Romero y Manuel Palomero.
De regreso a Sevilla, en 1914, trabaja durante unos años en el estudio de Hijos de Pérez Romero y en 1919 abre su primera galería en la calle de la Feria, 167, en asociación con un socio capitalista llamado Ángel Montes, que también aparecerá en la firma de las fotografías de esa etapa. Una de las más importantes imágenes es la de la Macarena vestida de luto por la muerte del torero José Gómez Ortega, conocido como Joselito El Gallo, acaecida el 16 de mayo de 1920 a causa de una cornada propinada por el toro Bailaor en la plaza de Talavera de la Reina.
En un intento por llevar a cabo lo aprendido junto al maestro Kâulak, en 1923 se establece, ya independiente, en la céntrica calle Rioja, número 5, donde permanecerá hasta 1925 en que pasará al contiguo número 7. Fue la etapa más importante del retratista sevillano, en que verá desfilar por su estudio a lo más selecto de la sociedad sevillana del momento, como la duquesa de Osuna, la princesa Czartoriwski, el infante Carlos o el duque de Alcalá.
Los retratos de Castellano destacan por el cuidado de la pose de los fotografiados, la delicadeza en la colocación de la ropa, la suavidad de la iluminación, la expresión del personaje, la orientación de la mirada, la colocación de las manos, etc., muy propios de los retratos de Kâulak. Sus fotografías viradas mantienen aún hoy esa dulzura de los tonos sepias obtenidos por la acción del sulfuro con un moderado toque de amoniaco, técnica que aprendió en Madrid junto al maestro. Nunca dejó nada a la improvisación. Hacía un indeterminado número de tomas y copias hasta encontrar la adecuada y destruía las demás. Perfecto conocedor de todas las técnicas fotográficas, desde el retoque a la ampliación, llegó a efectuar algunos trabajos en relieve por medio de un sistema que aún se desconoce.
En 1932, ante el cariz que toman los acontecimientos políticos en la ciudad, y temeroso por su vida, se traslada a Lisboa, donde entrará a trabajar en los almacenes Grandella, como encargado de la sección fotográfica.
Pero ese trabajo no durará mucho, ya que, en 1935, abrió su propia galería, AFARI, en la rua Augusta, 110-118. Mantiene las características que debe poseer un establecimiento de categoría, según lo aprendido y, muy pronto, se hace con la clientela más selecta de la capital portuguesa, como el presidente de la república, el general Carmona, y todas las casas reales exiliadas establecidas en el vecino país.
Fotografió a la Familia Real española en Estoril y, el 11 de octubre de 1948, cuando se preparaba para fotografiar a los reyes de Italia, sufrió una trombosis que acabó con su vida cuatro días más tarde. Con él desaparecía el más importante retratista sevillano de todos los tiempos y uno de los mejores fotógrafos de la España del momento.
Bibl.: M. A. Yáñez Polo, Historia de la fotografía española contemporánea 1950-1986, Sevilla, Sdad. de H.ª de la Fotografía Española, 1986; Historia general de la fotografía en Sevilla, Sevilla, Coedic. Sdad. Monardes, Sdad. de H.ª de la Fotografía Española, 1997; Historia de la fotografía documental en Sevilla, Córdoba, Libanó, 2002.
Miguel Bobo Márquez
