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Juan Velázquez de Covarrubias Montero del Águila

Biografía

Velázquez de Covarrubias Montero del Águila, Juan. Santiago de Chile (Chile), 26.V.1680 – Versalles (Francia), c. 1750. Gobernador de Valparaíso y Valdivia (Chile).

Hijo de Alonso Antonio Velázquez de Covarrubias y Lisperguer y de María Clara Ginebra Montero del Águila, comenzó a servir de soldado el 6 de julio de 1694, ascendiendo dos años después a alférez; capitán y comisario general de la Caballería en 1700, cinco años después era benemérito del Reino.

Activo en Callao, hasta noviembre de 1706, pasó con licencia a España, rindiendo información de servicios en Madrid el 14 de julio de 1707, para pasar luego a servir en Flandes. En atención a sus méritos y al servicio de 5000 pesos de plata, que hizo para las necesidades de la Monarquía, se le dio merced de la futura del Gobierno de Valdivia por cédula de 24 de septiembre de 1707.

Advertido José de Grimaldi de que en la expedición del título se especifiquen sus servicios y no la gracia pecuniaria, por Real Orden de 29 de febrero de 1708 se le permitió pasar a Valdivia con sus criados desde cualquier punto de España o Francia, de lo que a continuación reclamó el Consejo de Indias por lo segundo, por conocerse ser para introducir contrabando, postura a la que se adhirió Felipe V, aunque concediéndole por nueva cédula de 14 de octubre de 1708 el Gobierno de Valparaíso, o en su defecto, a su hermano Antonio, en caso de que por accidente no pudiese ejercerlo él.

Asumió primero el de Valparaíso el 25 de abril de 1711, hasta 1714, en que lo reemplazó su citado hermano, cesando el 4 de agosto de 1715, por fin del período; al arribar Amadeo Frezier a aquel puerto, en 1712, indicaba que era gobernador “don Juan Covarrubias, hombre de noble nacimiento, el que por haber servido en Flandes atestiguaba mucho aprecio a los franceses”.

En Valdivia gobernó desde 1715 hasta enero de 1718, en que entregó el mando al sargento mayor Pedro Samaniego y Ahurto, hasta que el 30 de abril asumió el titular, Rafael de Eslava, que abrió su juicio de residencia por bando de 1 de abril.

En él se testificó su buen trato a los indios leales, la construcción de la iglesia, de dos almacenes, cuarteles para la Infantería, casa para el castellano y la batería nueva capaz de dieciséis cañones del calibre 24, labrada en piedra viva, todo ello en el castillo de Niebla, así como otras obras en los de Mancera, Corral y Cruces.

Aumentó en veinticuatro el número de cañones de Valdivia, y más de doscientos cincuenta mosquetes y arcabuces; por no resultar cargo alguno en su contra, el nuevo gobernador y juez lo dio por absuelto el 5 de abril de 1718, cerrándose el proceso el 24 de febrero de 1719.

Antes, sin embargo, el Consejo de Indias lo había relevado, por necesitarse que la plaza fuese gobernada por un militar europeo, subyaciendo la acusación de comercio ilícito o contrabando; estimaba además que respecto a los 100.000 pesos de su patrimonio que suplió al Rey durante su gobierno en Valdivia, era “cossa natural que a lo que habría atendido sería a resarcirlo”, recomendándolo, no obstante, para que se le tuviese presente para empleos conformes a su mérito y que se le restituyese el dinero, a lo que se conformó el Rey el 11 de septiembre.

El 14 de julio de 1717 había impreso en Madrid otra Relación de Servicios, haciendo ver que llevaba sirviendo veinticinco años; solicitaba además certificación a la letra de la cédula de 20 de febrero de 1663, que había declarado por guerra viva la de Chile, regulándose los servicios de su ejército por los de Flandes e Italia. Teniente general de los Reales Ejércitos, había reclamado el marquesado de Piedra Blanca de Huana, por sucesión de su primo Diego Montero y Cortés, muerto sin descendencia en 1730.

Habiendo pasado a servir en Francia, elevó diversas pretensiones en 1722, 1730, 1731 y 1744, solicitando grado de brigadier de los Ejércitos de Su Majestad Cristianísima, que lo hizo comendador de la Orden de San Luis; respecto a las irregularidades descubiertas en el ejercicio de sus gobiernos en Chile, el 13 de septiembre de 1745, Felipe V declaraba que “atendiendo a las recomendaciones del Rey Cristianísimo, mi sobrino, y por darle un nuevo particular testimonio de aprecio y distinción con que las miro, he venido en indultar a Juan Velázquez de Covarrubias de las penas a que fue condenado en el Juicio de Residencia de los Gobiernos de Valparaíso y Valdivia y en permitirle pueda venir libremente a estos reinos”; buscadas en las oficinas las resultas pendientes de los citados gobiernos, el consejero Antonio de Salazar y Castillo informó en 1746 de que el 25 de octubre de 1728 se habían pasado a aquella secretaría seis piezas sobre la causa que se le seguía por favorecer los navíos franceses armados en guerra que por aquel tiempo habían llegado a aquellos puertos y costas, recomendando el marqués de La Ensenada, de orden del Rey, se viese la causa por la cual el Rey Cristianísimo pedía indulto.

Titulándose Gran Cruz de la Orden de San Luis, presentó un nuevo memorial pidiendo se le anulase la sentencia del consejo referente a los citados navíos franceses y se le admitiera en el real servicio con el mismo grado de teniente general de que gozaba en el francés, haciendo valer nuevamente la fortificación de Valdivia con gasto de los citados 100.000 pesos de su patrimonio.

Una última instancia suya revela que el 13 de septiembre de 1745 se le indultó de las penas de su residencia pero que, habiéndose expedido por duplicado los despachos y remitidos a Chile, habían sido apresados por los ingleses, por lo que pedía que se le mandasen por triplicado y cuadruplicado, en lo que estuvo el Consejo por acuerdo de 16 de enero de 1749.

El 24 de julio del mismo había extendido su testamento en Versalles, declarando que Su Majestad Católica le era deudora de cantidades suplidas de su caudal para fortificar las citadas plazas de Valparaíso y Valdivia, como asimismo de haber abastecido la guarnición de la segunda y sus castillos, por haber faltado las remesas anuales, ante el peligro de invasiones enemigas durante la guerra de las dos coronas, a la elevación del rey Felipe V al Trono de España.

 

Bibl.: G. Guarda, La sociedad en Chile austral antes de la colonización alemana. 1645-1850, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1979, pág. 182.

 

Gabriel Guarda, OSB