Zerdán de Landa y Simón Pontero, Ambrosio María. Barcelona, 7.XII.1752 – Veracruz (México), 1803. Letrado, fiscal, oidor y regente de audiencias en Indias, escritor.
Hijo del conquense Dionisio Joaquín Antonio Zerdán de Landa (1708-1755), caballero de la Orden de Alcántara, colegial del Mayor del Arzobispo, alcalde del crimen de la Audiencia de Cataluña (1747) y oidor allí mismo (1751), y de María Antonia de Simón y Pontero, natural de Teruel, hija que era de Andrés Simón Pontero, natural de Chillarón del Rey, alcalde mayor de Teruel (1724), oidor honorario de Mallorca (1736), alcalde del crimen de la Audiencia de Barcelona (1741), oidor allí mismo (1747), consejero de Castilla (1770).
Inició sus estudios de cánones en la Universidad de Sigüenza, en la que se graduó de bachiller en 1768 y a cuyo Colegio de San Antonio de Porta Coeli ingresó en 1769, y después pasó a la de Alcalá graduándose en ella de licenciado en leyes, para ser recibido como abogado por el Consejo Real en 1772.
Establecido en Madrid frecuentó círculos intelectuales ilustrados y así ingresó a la Academia de Derecho Civil y Canónico de la Corte, a la Real Academia de San José de Alcalá (1756), y a la Real Academia de Derecho Público de Madrid, incorporándose a la Real Academia de la Historia en clase de correspondiente (8 de diciembre de 1775) y desempeñándose como catedrático en la Academia de Cánones, Liturgia e Historia Eclesiástica de San Isidro.
Por real provisión fechada en San Ildefonso el 25 de agosto de 1776 se le despachó título como primer fiscal del crimen de la Real Audiencia de Santiago de Chile, plaza de la que tomó posesión el 3 de abril de 1777 y en cuyo desempeño sirvió también como protector general de Naturales del Reino.
En Santiago de Chile destacó por su incesante actividad vinculada a lograr adelantos en la educación, desempeñándose como ministro protector del Colegio de Naturales, y como primer ministro protector del Convictorio Carolino (19 de julio de 1777), y en tal carácter adoptó todas las providencias necesarias para obtener su apertura, la que se verificó solemnemente el 3 de abril de 1778, en cuya ceremonia el propio Zerdán pronunció la oración inaugural, y el día anterior planteó al presidente del reino la necesidad de crear una Academia de Práctica Forense donde se ejercitasen los bachilleres y aun los propios profesores, cuyo modelo debía ser la Real Academia de Santa Bárbara de la que él había sido miembro, proyecto que fue aprobado por el gobernador el 6 de julio de aquel año y confirmado por real cédula del 24 de octubre de 1779 junto a sus Constituciones que habían sido redactadas por Zerdán en su calidad de director de ella y encargado de ponerla en funcionamiento.
Desplegó también una gran actividad para mejorar la substanciación de las causas criminales, materia sobre la cual formó en 1778 una Instrucción circular y obtuvo la división de la ciudad de Santiago en cuatro barrios para la mejor administración de justicia criminal, con la consiguiente formación de las Instrucciones para los alcaldes de barrio, preocupándose, igualmente, por la revisión del estado de las cárceles y el estado y tratamiento de los recluidos en ellas, redactando una Instrucción para el gobierno del alcaide de la cárcel de Santiago, que fue aprobada por auto acordado de 10 de marzo de 1778, y tratando de resolver el permanente problema de la provisión de verdugo.
Después de tan prolífico paso por Santiago de Chile fue promovido a una plaza de alcalde del crimen en Lima, de la que se le libró título por real provisión fechada en el Pardo el 6 de marzo de 1779, haciéndose cargo de ella el 1 de febrero de 1780, y en la que despachó hasta su promoción a oidor en el mismo tribunal de acuerdo con su título librado el 4 de diciembre de 1784.
En la capital virreinal encontró un ambiente propicio a su espíritu ilustrado incorporándose a la Sociedad de Amantes del País y colaborando activamente en el Mercurio Peruano, donde publicó una serie de estudios bajo el pseudónimo de “Nerdacio”.
Sobre consulta de Cámara fechada el 16 de junio de 1794 fue nombrado regente de la Real Audiencia de Guatemala y se le libró el título correspondiente el 29 de noviembre de dicho año, por lo que abandonó la capital virreinal y se dirigió a su nuevo destino, donde nada más llegar ingresaría a la Sociedad de Amantes de la Patria.
Finalmente, sobre consulta de Cámara fechada el 22 de noviembre de 1802 fue nombrado fiscal del Consejo de Indias para los negocios del Perú, plaza de la que se le libró título por real provisión fechada el 5 de marzo de 1803, pero no llegó a tomar posesión de ella, pues murió en Veracruz cuando se aprestaba a embarcarse rumbo a la Corte.
Obras de ~: Oratio de Iuris Publici et Hispaniarum legum studio, Madrid, 1773; Razonamiento sobre el origen y caracteres de la Poesía, Lima, 1791; Tratado sobre las aguas que fertilizan los valles de Lima, Lima, 1793; Disertación preliminar a los Apuntamientos históricos de los más principales hechos y acaecimientos de cada uno de los señores Gobernadores, Presidentes y Virreyes del Perú, Lima, 1794.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Chile, 223; Lima, 789, 790; Ultramar, 802; Archivo Histórico Nacional, Estado, Carlos III, exp. 765; Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, Prot. 17.395; Archivo Nacional Histórico de Chile, Capitanía General, 730, pza. 9.996; Real Audiencia, 1.698, pza.5, 2107, pza. 5, 2231, pza. 2, 2107 pza. 5, 2254, pza. 6, 2274, pza. 1, 2643, pza. 1, 2975, pza. 2, 3137, 3138; Varios 264, pza. 7, 300.
M. Mendiburu, Diccionario Histórico-Biográfico del Perú, 2, Lima, Imprenta de J. Francisco Solís, 1876, págs. 354-355; J. T. Medina, Diccionario biográfico colonial, Santiago de Chile, Imprenta Elzeviriana, 1906, págs. 999-1000; A. de Ávila Martel, Esquema del derecho penal indiano, Santiago de Chile, Editorial Jurídica, 1941, págs. 47; J. Rújula y de Ochotorena, Índice de los Colegiales del Mayor de San Ildefonso y Menores de Alcalá, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1946, pág. 163; E. Madrid Rebolledo, El Ministerio Público en el Derecho Indiano, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1950, págs. 55-56; H. Espinosa Quiroga, La Academia de Leyes y Práctica Forense, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1954; G. Lohmann Villena, Los ministros de la Audiencia de Lima en el reinado de los Borbones (1700-1821), Sevilla, Escuela de Estudios Hispano- Americanos, 1974, págs. 33-34; G. Bernard, Le Secrétariat d’État et le Conseil espagnol des Indes, (1700-1808), Genéve- Paris, Droz, 1976, pág. 229; M. Burkholder y D. S. Chandler, Biographical Dictionary of Audiencia Ministers in the Americas, 1687-1821, Westport, Greenwood Press, 1982, págs. 86-87; De la impotencia a la autoridad, Méjico, Fondo de Cultura Económica, 1984, págs. 147, 182, 274, 330, 342, 358, 366; M. Burkholder, Biographical Dictionary of Councilors of the Indies, 1717-1808, New York, Greenwood Press, 1986, págs. 28-29; A. Dougnac Rodríguez, “El derecho de aguas indiano según Ambrosio Cerdán y Pontero”, en Revista de Derecho de Minas y Aguas, III (Santiago de Chile, 1992), págs. 133-165.
Javier Barrientos Grandon