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Manuel Villar y Macías

Biografía

Villar y Macías, Manuel. Salamanca, 4.I.1828 – Tejares (Salamanca), 26.VI.1891. Historiador.

Nació en el seno de una familia acomodada, vinculada a la política y a la intelectualidad salmantinas. Los estudios y la profesión del padre, farmacéutico, fueron seguidos por sus hermanos, que simultanearon con los de Medicina. Solo él se matriculó en Derecho, aunque no llegó a ejercer como abogado y optó por dedicarse a la literatura, al periodismo y a la historia.

Su vida apacible de burgués rentista, con sus tertulias en el casino y en el café Suizo, se vio acompañada de cierta propensión a la melancolía y aun a la depresión. Fue una persona de una gran religiosidad y colaboró con asiduidad en la prensa católica, lo que no impidió que mantuviera lazos de amistad con algunos liberales, pese a las diferencias ideológicas y políticas que los separaban.

Su primera vocación fue la de poeta y escritor. En 1852 editó ya su primera obra literaria, que continuó en otras publicaciones colectivas. Sus trabajos en la prensa se iniciaron en 1851, con colaboraciones en El Correo Salmantino. De 1860 a 1862 fue director de Crónica de Salamanca. También aparece su nombre en Revista Salmantina, Álbum Salmantino, Eco de Salamanca, Adelante, La Provincia, El Eco Popular, El Porvenir, Revista del Círculo Agrícola Salmantino, El Semanario Salmantino, El Eco del Tormes y La Revista de Salamanca. Sus escritos son generalmente composiciones poéticas.

Su obra historiográfica comenzó con la reedición del Fuero de Salamanca. Pero su obra cumbre fue la Historia de Salamanca, que superó a toda la historiografía eclesiástica y erudita que le precedió. El manejo de numerosas fuentes inéditas (como archivos familiares, alguno de los cuales se ha perdido) le permitió realizar novedosas aportaciones documentales. Manifestó además un interés por temas económicos y sociales que anticipaba tendencias historiográficas posteriores. Un error en la datación del Colegio Fonseca dio origen a una crítica acerba, que le condujo al suicidio.

Fue vocal de la Comisión Provincial de Monumentos y, desde 1877, conservador del Museo Provincial. Esta afición al arte le llevó a historiar y a describir en su obra numerosos monumentos desaparecidos. Se conservan además dos retratos suyos: el primero es un lienzo pintado por Antonio Carnero en 1868 y el segundo un busto labrado por Nicasio Sevilla un año después. Fue académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1866 y de la Real Academia de la Historia por Salamanca desde 1880, entre otros honores y distinciones con los que fue galardonado a lo largo de su vida.

 

Obras de ~: Ecos del arpa. Colección de poesías y Leyendas, Madrid, Imprenta del Colegio de Sordomudos y Ciegos, 1852; El Fuero de Salamanca, ed. y pról. de ~, Madrid, Imprenta, Esterotipia y Galvanoplastia de Aribau, 1877; Historia de los Bandos de Salamanca, Salamanca, Imprenta y Librería de Vicente Oliva, 1883; Historia de Salamanca, Salamanca, Imprenta de Francisco Núñez Izquierdo, 1887.

 

Bibl.: E. Esperabé de Ateaga, Efemérides salmantinas. Historia de la ciudad en la época contemporánea, Salamanca, Imprenta y Librería de Francisco Núñez Izquierdo, 1933; F. Marcos Rodríguez, “Las fuentes de la Historia de Salamanca de Villar y Macías”, en Salamanca. Revista Provincial de Estudios, 20-21 (1986), págs. 9-20; T. Santander, Publicaciones periódicas salmantinas existentes en la Biblioteca Universitaria (1793-1981), Salamanca, Universidad de Salamanca, 1986; J. M. García García, Prensa y vida cotidiana en Salamanca (Siglo XIX), Salamanca, Universidad de Salamanca, 1990; J. L. Martín Martín, “Historiografía sobre Salamanca en la Edad Media. Balance crítico”, en I Congreso de historia de Salamanca 1989, Salamanca, Diputación Provincial, 1992, págs. 339-357; M. D. de la Calle Velasco, “Manuel Villar y Macías”, en Salamanca. Revista de estudios, 33-34 (1994), págs. 31-47; M. T. Paliza Monduate, “El arte del siglo XIX”, en El libro de oro del arte salmantino, Barcelona, El Adelanto y Caja Duero, 1999, págs. 190-209.

 

José Ignacio Díez Elcuaz