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Diego de Salamanca

Biografía

Salamanca, Diego de. Burgos, p. t. s. xvi – 1587. Religioso agustino (OSA), obispo de Puerto Rico.

Diego de Salamanca fue hijo de Francisco de Salamanca y de Leonor de Orense, miembros de importantes familias burgalesas. Ingresó en la Orden de San Agustín en el Convento de su ciudad natal, en 1540, y profesó el 16 de junio del año siguiente. Realizó una donación al Convento de Burgos, a su ingreso, que ascendía a 7000 ducados. Para completar sus estudios, el padre general de la Orden solicitó al provincial de la provincia de Castilla que se le dieran las facilidades oportunas para trasladarse a Valladolid o a otra ciudad universitaria.

A pesar de contar con estas recomendaciones, no las aprovechó y se embarcó hacia Nueva España en una de las expediciones del padre Jorge de Ávila en 1547. Desempeñó su labor en las misiones de Tarasco, en donde tuvo el cargo de prior. Fray Diego de Salamanca regresó a España en 1562, donde fue nombrado vicario general y visitador de Indias. En 1573 fue designado prior del Convento de San Felipe el Real de Madrid, y desempeñó el cargo hasta que fue elegido obispo para la diócesis de Puerto Rico en 1576. El monarca español aprobó su nombramiento en febrero de ese año. Se le expidió autorización el 23 de mayo de 1577 para pasar a San Juan de Puerto Rico para hacerse cargo de su obispado; recibió la consagración antes del 27 de junio de ese mismo año.

El obispo burgalés partió hacia Puerto Rico el 29 de junio de 1577, y arribó a su destino el 17 de agosto.

El prelado burgalés se encontró una isla invadida por la pobreza económica y espiritual y muy abandonada. La Catedral estaba amenazada de ruina y para que siguiera en pie el obispo consiguió trasladar a algunos oficiales de carpintería españoles a la isla. Llevó a cabo, con su dinero, las escaleras exteriores de acceso al templo y restauró las casas que tenía en propiedad la Catedral. La isla no tenía conocimiento del Concilio de Trento y fray Diego de Salamanca se propuso poner en práctica la reforma lo más rápido posible.

Además del interés por su Iglesia, fray Diego de Salamanca se preocupó de los males que azotaban a la sociedad de la isla. Para ello solicitó al Monarca un médico para poder atender a los enfermos de la isla y también intentó agrupar a los habitantes en pueblos y evitar la dispersión. Concluyó el proyecto iniciado por su antecesor, Manuel del Mercado, de fundar Coamo, que obtuvo legalmente la condición de población por una Real Cédula emitida el 15 de julio de 1579. También participó en la fundación de Ponce y en el traslado de la población de San Germán al lugar donde se encuentra actualmente. Junto a su preocupación por los hombres de esta isla, el obispo se molestó en que se aumentara la producción de la industria, del campo y de las demás fuentes existentes para el desarrollo de la isla.

En enero de 1578, Diego de Salamanca había concluido la visita a Puerto Rico, y tenía intenciones de trasladarse por un tiempo a Margarita, donde tenía entendido que sus gentes necesitaban sus enseñanzas. Ese mismo año, y para lograr este fin, envió a la isla Margarita y a Cumaná a su compañero dominico Francisco de Figueroa. Fray Diego de Salamanca pensaba que todos los cargos públicos existentes en la isla, así como todos los clérigos que la habitaban, debían ser hombres preparados y letrados, por lo que en sus misivas al monarca español pidió “gobernadores letrados” o al menos que algunos de sus tenientes lo fueran.

En 1587, fray Diego de Salamanca pidió licencia para pasar a Roma, que le fue concedida por Gregorio XIII. Felipe II le autorizó a ausentarse de su diócesis durante dos años con la condición de nombrar un vicario general con capacidad suficiente para encargarse de sus fieles. Pero el obispo burgalés no deseaba regresar a Puerto Rico y el monarca español intercedió, en 1587, ante la Santa Sede para que se le dispensara de su mitra. Concedida la dispensa regresó a España, al Convento de Burgos, donde falleció. Fue enterrado en un arco frontero del Santo Cristo, junto a la sepultura del capitán Loyola.

 

Bibl.: G. Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero- Americana de la Orden de San Agustín, vol. VII, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1913-1931, 8 vols., págs. 36-45; J. Meier, “Los Obispos y la visita pastoral en las diócesis del Caribe (siglos xvi- xvii)”, en Iglesia, Religión y Sociedad en la Historia Latinoamericana (1492-1945), vol. I, Szeged, Centro de Estudios Históricos de América Latina, 1989, pág. 236; P. Sahelices (OSA), “Fray Diego de Salamanca, su labor evangelizadora en Puerto Rico (1577-1586)”, en VV. AA., Actas del Congreso Internacional: Agustinos en América y Filipinas, t. II, Valladolid-Madrid, Banco Atlántico-España, 1990, págs. 889-897; T. González Cuellas (OSA), “Obispos agustinos castellano-leoneses en la empresa de las Indias”, en Los castellano Leoneses en la empresa de Indias, vol. II, Junta de Castilla y León, 1993, págs. 88-92; A. Pereda López, La Emigración Burgalesa a América durante el siglo xvi, tesis doctoral, Burgos, Universidad, 1997 (inéd.); La Emigración Burgalesa a América durante el siglo xvi, Burgos, Caja de Burgos, 2000, págs. 285-286.

 

Ángela Pereda López