Guevara, Juan de. Toledo, 1518 – Salamanca, 22.VIII.1600. Religioso agustino (OSA), catedrático de Teología en la Universidad de Salamanca, provincial de Castilla, escritor.
En 1917, el padre Gregorio de Santiago Vela, después de una exhaustiva investigación sobre las fechas de su nacimiento y entrada en la vida religiosa, dejó establecida definitivamente la siguiente cronología: fray Juan de Guevara nació en Toledo en 1518; con diecisiete años ingresó en el convento de San Agustín de su ciudad natal, profesando en 1536; en 1542 era lector en el convento de San Agustín de Salamanca; en 1554 se graduó de bachiller en Teología en Valladolid y en 1560 de maestro en la Universidad de Salamanca; en 1565 figura como titular de la cátedra de Vísperas de Teología en esta misma Universidad, y en ella se mantiene hasta su jubilación en 1586; antes, en el Capítulo de 1582, había sido elegido prior provincial de Castilla; murió en 1600, con ochenta y dos años de edad.
La entrada en el noviciado fue siempre recordada por él como una gracia especial, por haber recibido el hábito de manos del entonces prior provincial fray Tomás de Villanueva. Ello tuvo lugar en 1535, al tiempo en que fray Tomás hacía la visita canónica a la comunidad de Toledo. Al año siguiente, hacía fray Juan de Guevara su profesión religiosa, iniciando acto seguido los estudios filosófico-teológicos quizá en el mismo convento de la ciudad del Tajo o acaso en el de San Agustín de Salamanca, donde, en efecto, se encontraba ya como lector en 1542, año en que fray Luis de León era alumno suyo, según confiesa éste en el proceso de la Inquisición.
Cinco años más tarde, con fecha 30 de mayo de 1547, fray Jerónimo Seripando, que había sido reelegido general de la Orden en el Capítulo General de Recanati (Italia), otorgaba a fray Juan de Guevara, mediante comunicación escrita, el título de bachiller en Teología, concediéndole, además, licencia para obtener dicho título oficialmente en alguna Universidad, así como también para graduarse de maestro en Artes o en Teología. Poco tiempo después, fue destinado al convento de Soria, donde debía explicar Teología.
En 1551 fue elegido como representante de la provincia de Castilla para el Capítulo General que se iba a celebrar en Bolonia. Este último dato lo consigna el padre Jerónimo Román en su Crónica, en estos términos: “Fue por Discreto de nuestra Provincia de Castilla el muy reverendo padre maestro fray Juan de Guevara, cathedrático que hoy es en la universidad de Salamanca, de la cáthedra de Vísperas de Theología, muy docto varón y de singular memoria”. Por cierto que, con ocasión de los Capítulos Generales, se celebraban varios actos de carácter literario-teológico, en los que intervenían los religiosos más capaces de las diferentes provincias de la Orden. Entre ellos, en esta ocasión, estaba el padre Juan de Guevara con sus apenas treinta y tres años de edad. Su intervención enaquellos actos fue tan magistral y exitosa y dio tales pruebas de sus talentos que en el mismo Capítulo fue creado maestro por el general de la Orden.
El grado académico de bachiller en Teología lo obtuvo en la Universidad de Valladolid el 10 de diciembre de 1554, mientras que el de Licencia en Teología lo consiguió el 17 de junio de 1560 en la de Salamanca.
El día 30 del mismo mes se presentó en esta misma Universidad, junto con fray Luis de León, al grado de maestro, título que fue conseguido por ambos con gran brillantez. Antes, en febrero de 1556, había obtenido la cátedra de Santo Tomás y al año siguiente la de Durando. Abundan los testimonios de que, tanto en una cátedra como en la otra, el padre Guevara era uno de los profesores más admirados no sólo por sus grandes conocimientos teológicos sino también por el método y la claridad con que los exponía.
Dos agustinos que fueron alumnos suyos —fray Alonso de Mendoza y fray Pedro de Aragón—, catedráticos que fueron también de la Universidad de Salamanca, dejaron en sus obras el testimonio de lo que significaba no sólo para ellos sino para toda la Universidad el magisterio del padre Guevara. El primero escribe en su obra Quaestiones quodlibeticae: “Cuando el trabajo que he puesto en escribir esta materia desagradase a todos, toda esta gran pérdida se compensara con saber que es muy acepto a uno solo, que vale por muchos y aún por todos. Este es el M. Fr. Juan de Guevara, Teólogo digno de tal nombre y Religioso benemérito de este título, maestro mío y mi amantísimo Padre, a quien yo venero con respeto sumo, y en cuyo obsequio consagro mis estudios, contento de que él solo los apruebe”.
Por su parte, fray Pedro de Aragón en el “Prólogo” del primer tomo de su obra De Justitia et Jure dice, refiriéndose a sus dos maestros, fray Juan de Guevara y fray Luis de León: “Aprovechándome para mis escritos de las materias ajenas, juzgo que haré cosa muy del gusto de los que se dedican al estudio de la Teología, y grata, sin duda, a mis maestros Guevara y León, puesto que ven impresos por mí sus áureos escritos.
De muchas partes, con mil clamores y con instancia suma, me han pedido que publique las materias de estos Padres, que estima no sólo España sino casi toda la Europa como cosa de milagro. Con razón, porque su doctrina es tan excelente y tratada con tal dignidad que me ha obligado a pensar siempre que, si por imposible se perdiese la Teología, de la mente de estos Doctores saldría de nuevo y con mucho lustre”.
Al vacar la cátedra de Vísperas de Teología por muerte del dominico padre Peña (éste, precisamente, en 1560 la había ganado en la oposición con el padre Guevara), se opusieron a ella el agustino y otro dominico, el padre Gallo, ganándola ahora el primero. En cambio, fracasó por dos veces en el intento de conseguir la cátedra de Prima de Teología, la más prestigiosa de todas. En todo caso, hay que tener muy en cuenta que los votos de los matriculados en el convento de San Esteban eran casi siempre más del doble que los del convento de San Agustín, lo que hacía muy difícil la victoria de otros candidatos.
No era menor el prestigio del padre Guevara en la Provincia de Castilla; pruebas de ello fueron sus diversos nombramientos para ocupar diferentes cargos.
Así, salió elegido definidor en el capítulo provincial celebrado en 1557, volviendo a ser reelegido en el de 1566. En 1573 fue nombrado prior del convento de San Agustín de Salamanca, siendo también reelegido en 1576. Desde estos cargos y, sobre todo, como miembro del claustro universitario, hizo cuanto estuvo en su mano para conseguir la liberación de fray Luis de León de las cárceles de la Inquisición de Valladolid.
De aquel claustro, en efecto, salieron las proposiciones, aprobadas por unanimidad, de escribir al obispo de Plasencia en noviembre de 1572 y al de Cuenca en diciembre de 1574, inquisidores generales ambos, recomendándoles vivamente la causa del ilustre preso, el cual finalmente sería absuelto, regresando a Salamanca en olor de multitudes el 30 de diciembre de 1576.
Por cierto que las relaciones fraternas y amigas entre fray Juan de Guevara y fray Luis de León se enfriaron un tanto cuando, en 1582, éste se vio envuelto en un nuevo proceso, aunque, al parecer, fue más bien a causa de las ideas diferentes que ambos tenían sobre el movimiento de Reforma dentro de la provincia de Castilla. En este mismo año el padre Guevara fue nombrado visitador de la provincia por el nuncio del Papa, confirmándolo en el cargo el general de la Orden.
En el Capítulo celebrado en diciembre de 1582 salió elegido provincial, cargo que le iba a impedir la asistencia regular a la cátedra; no obstante, comunicó al claustro que, cuando sus obligaciones se lo permitiesen, residiría en Salamanca y desempeñaría su cátedra, aunque siempre habría un suplente que lo sustituiría en su ausencia. Al terminar el provincialato en 1586 volvió a su cátedra. Durante aquellos cuatro años habían sido sus sustitutos el dominico Juan Vicente y los agustinos Alfonso de Mendoza y Juan Márquez. En la Universidad, además de la asistencia a la cátedra, le fueron encomendados numerosos asuntos de responsabilidad, que él supo desempeñar con competencia.
Así, ejerció el cargo de diputado en el claustro durante quince años, fue visitador del Hospital del Estudio, de la Librería de la Facultad de Teología y de las obras que entonces se llevaron a cabo en el edificio de la Universidad, comisario en la Junta de Teólogos, visitador de las cátedras menores de la Facultad de Teología, vicerrector, viceescolástico y decano de Teología.
Tuvo que ejercer, además, funciones de intermediario entre la Universidad y las autoridades eclesiástica y civil de Salamanca en multitud de casos que se ofrecieron y entre estas autoridades y sus mismos compañeros de cátedra.
Por todo ello, bien se puede decir que la vida del padre Guevara quedó estrechamente ligada a la de la Universidad en la segunda mitad del siglo xvi, ya que en todas las cuestiones de importancia que allí se resolvieron tomó él parte muy activa. En cuanto al convento de San Agustín de Salamanca, sabido es que ese período coincide con su mayor florecimiento en el campo intelectual. Efectivamente, junto al padre Guevara, brillaron, como estrellas de primera magnitud, desde las diversas cátedras, aquella pléyade de discípulos suyos; a saber: fray Luis de León, fray Pedro de Aragón, fray Alonso de Mendoza, fray Pedro de Uceda, fray Diego de Tapia, fray Juan Márquez, fray Agustín Antolínez, fray Francisco Cornejo y fray Basilio Ponce de León.
Después de su jubilación, en 1586, continuó el padre Guevara en Salamanca hasta que, con fecha 29 de diciembre de 1588, el general de la Orden, Gregorio Petrochini de Montelparo, que se encontraba en Toledo, con motivo de la celebración del Capítulo Provincial, le dio autorización, a petición suya, para residir en el convento de esta ciudad. Sin embargo, en 1591 hubo de regresar a Salamanca por haber sido elegido diputado y tener, por tanto, que participar intensamente en las cuestiones que se suscitaron con motivo de la censura de la famosa Concordia del jesuita Luis de Molina.
El último cargo que desempeñó en la provincia de Castilla fue presidir el capítulo de 1592, celebrado en el convento de Madrigal de las Altas Torres en el mes de agosto. Regresó a Salamanca, a su convento de San Agustín, donde pasaría los últimos ocho años de vida, muriendo en el mes de agosto de 1600, después de cincuenta y seis años dedicados a la docencia. Recibió honrosa sepultura en una de las capillas de la iglesia, la de San Lorenzo. Sobre su sepulcro se puso una inscripción latina que el padre Tomás de Herrera traduce así: “Aquí descansa, dichoso, el Maestro Fray Juan de Guevara, Augustino; el qual, de 96 años, que vivió, consagró a Dios Óptimo Máximo los 74, siendo Prior Provincial y Vicario General. Tuvo la cátedra de Teología de Vísperas de Salamanca 36 años. Murió el año 1600, a 22 días de Agosto”.
Y añade a continuación: “De este letrero consta que nació el año de 1504, más o menos; y que tomó el Hábito el de 1535, de edad de veinte y un años, y profesó el de 1536 de veinte y dos. Fue varón doctíssimo y de singular memoria, como dice el Padre Román en la Centuria 12. Comentó en sus lecturas los quatro libros del Maestro de las Sentencias; y dellas se aprovechó el Padre Maestro Pedro de Aragón, en lo que imprimió sobre la Secunda Secundae, como él propio confiessa en el Prólogo”. A propósito de esta cronología, hay que anotar que se equivocó el que hizo la inscripción, así como también el padre Herrera, puesto que no nació en 1504 sino en 1518 con toda certeza, como al principio quedó dicho.
Juan de Guevara dejó numerosos escritos en latín, la mayor parte de los cuales continúan aún inéditos.
Obras de ~: Fragmentum lectionis traditae a P. Ioanne Guevara, s. l., s. f. (en Fr. L. de León, Obras latinas, t. III, Salamanca, 1891, págs. 603-614); Treinta y tres proposiciones erróneas y peligrosas de Durando, s. l., s. f. [ed. e introd. de U. Domínguez, en La Ciudad de Dios, 165 (1953), págs. 145- 156]; De homicidio et iustitia commutativa y De Iustitia et Iure, s. l., s. f. (ed. e introd. de B. Difernan, El Escorial, 1957); In I p. D. Thomae, q. I, art. 1-8, s. l., s. f. (en L. Martínez Fernández, Sacra Doctrina y Progreso Dogmático en los “Reportata” inéditos de Juan de Guevara, dentro del marco de la Escuela de Salamanca, Vitoria, Eset, 1967); De Verbi Dei Incarnatione, Biblioteca Angelica de Roma, Cod. D.6-15 (inéd.); In primam Partem Theologiae Magistri Durando, Biblioteca Ottobana de Roma (BOR), Cod. 1004 (inéd.); Sermones et tractatus, BOR, Cod. 1007 (inéd.); In Durandum de Eucharistia, de sacramento Poenitentiae, de Angelis, Indulgentiis et sacramento Matrimonii, BOR, Cod. 1057 (inéd.); In librum IV Sententiarum durando, BOR, Cods. 1001 y 1006 (inéd.); Tractatus de arte magica, BOR, Cod. 1001 (inéd.); De Missa et Interdicto nonnulla, BOR, Cod. 1006 (inéd.); De sacramentis in tertiam Partem Summae S. Thomae lecciones, BOR, Cod. 1006 (inéd.); Quaestiones in 2am. 2ae. Sti. Thomae Aquinatis, Real Biblioteca de El Escorial, Cod. &.IV.27 (inéd.); Commentaria in 4 lib.
Sententiarum y Relectio de sacramentis in genere, s. l. (mss. cits.
por N. Antonio y T. de Herrera).
Bibl.: J. Pamphilus, Chronica Ordinis fratrum eremitarum sancti Augustini, Roma, 1581; T. de Herrera, Alphabetum Augustinianum, t. I, Madrid, Gregorio Rodríguez, 1644, págs. 487-488; Historia del convento de San Augustín deSalamanca, Salamanca, 1652, pág. 405; P. Elsio, Encomiasticon Augustinianum, Bruselas, 1654, pág. 352; M. Vidal, Agustinos de Salamanca, t. II, Salamanca, 1758, págs. 5-6; J. F. Ossinger, Bibliotheca augustiniana, historica, crittica et cronologica, Ingolstadt-Augsburg, Craetz, 1768, pág. 419; Nicolás Antonio, Bibliotheca Hispana Nova [...], t. I, Madrid, Joaquín Ibarra, 1783, pág. 708 (trad. de G. de Andrés y M. Matilla Martínez, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1998); B. Moral, “Catálogo de Escritores Agustinos Españoles, Portugueses y Americanos”, en La Ciudad de Dios (CD), 64 (1904), págs. 477-479; G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de san Agustín, vol. III, Madrid, Imprenta Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús 1917, págs. 400-499; “El Mtro. Fr. Juan de Guevara”, en Archivo Histórico Hispano-Agustiniano (AHHA), 7 (1917), págs. 267-280 y 333-345; S. López, “El Maestro Fr. Juan de Guevara, visitador de la provincia de Castilla”, en AHHA, 9 (1918), págs. 275-284; U. Domínguez, “Introducción” a J. de Guevara, Treinta y tres proposiciones erróneas y peligrosas de Durando, en CD, 165 (1953), págs. 145-156; L. Martínez Fernández, “El progreso dogmático por vía de conclusión teológica en Juan de Guevara”, en CD, 179 (1966), págs. 563- 617; A. C. Vega, “Fray Luis de León y fray Juan de Guevara”, en CD, 180 (1967), págs. 313-349; Sacra Doctrina y Progreso Dogmático en los “Reportata” inéditos de Juan de Guevara, dentro del marco de la Escuela de Salamanca, Vitoria, Eset, 1967; E. D. Carretero, “Guevara, Juan de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 1067; I. Jericó Bermejo, “Manuscrito salmantino del siglo xvi con dos textos diferentes sobre una misma explicación. Anotaciones para un estudio teológico sobre Juan de Guevara”, en CD, 207 (1994), págs. 279-300; “Utrum per crimen haeresis non sit Papa caput Ecclesiae. La problemática teológica en el s. xvi según los Comentarios de Juan de Guevara”, en CD, 209 (1996), págs. 77-145.
Teófilo Viñas Román, OSA