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Gil Francisco Molina de Junterón y López de Ayala

Biografía

Molina de Junterón y López de Ayala, Gil Francisco. Marqués de Beniel (I). Murcia, 20.XII.1659 – 29.V.1727. Militar.

Entre los linajes murcianos que habían desarrollado una intensa relación servicial con la Corona desde el siglo XVI, ocupaban un importante lugar los Molina de Junterón. Su protagonismo político en la capital del reino, donde ejercían los más importantes puestos en su Ayuntamiento (como la alcaldía del estado noble o el alferazgo mayor), les sirvió de base para establecer en la Corte madrileña una red de intereses que les proporcionaría importantes beneficios. Además de uno de los primeros títulos nobiliarios que desde hacía tiempo se concedían a naturales del Reino de Murcia —el marquesado de Corvera en 1683—, estas conexiones cortesanas facilitarían también, en el caso particular de Gil Francisco, una plaza de paje de Carlos II, un hábito de la Orden de Santiago en 1679 y, un año después, una capitanía en el Ejército del Estado de Milán. Sería precisamente en Milán donde inició Gil Francisco una intensa carrera de armas, que le aportó una considerable proyección honorífica, entre cuyos elementos más destacados no debe menospreciarse su matrimonio con Eleonora Gonzaga, hija del marqués de Bescobado, y perteneciente a uno de los linajes lombardos más sobresalientes.

Aunque en 1684 regresó a Murcia para retomar la administración de sus extensas rentas señoriales, el inicio de las operaciones militares con la Guerra de Sucesión supuso una buena oportunidad para reanudar su carrera militar. En el verano de 1705 levantó a su costa una compañía de Infantería para socorrer Cartagena ante el peligro que representaba la Armada aliada en el litoral mediterráneo; y en enero del siguiente año acudió al auxilio de Alicante junto al resto de tropas murcianas acaudilladas por el obispo Belluga, por lo que intervendría en la defensa de San Juan, Muchamiel u Onteniente, poblaciones que se verían asediadas por el avance del Ejército austracista.

La participación de Gil Francisco Molina de Junterón en marzo de 1706 en la toma de las villas de Mogente, Engra y Montesa le valdría el empleo de coronel de Infantería y su nombramiento, por parte del mariscal Mahoni, como gobernador militar de las plazas de Fuente la Higuera y Mogente, ambas en el reino de Valencia. En mayo del mismo año pasó con su Regimiento a la defensa de Játiva, retrocediendo al interior del territorio murciano, al mismo tiempo que lo hacía el frente de guerra.

En el verano de 1706 pasó a ser de extremo peligro para el mantenimiento de la fidelidad borbónica en el sureste castellano, antemural de los reinos andaluces.

En la organización de su defensa alcanzó gran relevancia Gil Francisco Molina de Junterón. No sólo estuvo en el asedio borbónico de la plaza de Cartagena, en poder aliado desde su capitulación a finales de junio de ese mismo año, sino que también se encargó, como nuevo gobernador de la Artillería del reino (cargo al que sería promovido por Belluga), de la resistencia de la capital frente a los intentos de conquista austracistas, actividad militar que continuaría meses después en el contraataque filipista sobre el Reino de Valencia, especialmente en la toma de las ciudades de Orihuela (octubre de 1706) y Alicante (abril de 1709).

Los servicios militares hechos a Felipe V, así como las importantes contribuciones en especie —trigo, madera— que realizó durante la guerra y las pérdidas económicas que sufrió por su destacado papel en el bando filipista, le valieron la concesión del marquesado sobre su señorío de Beniel (1709) y la plaza de gentilhombre de cámara del Rey (1711), además de unas estrechas relaciones con los agentes de la nueva administración borbónica.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Consejos, leg. 4475 n.º 24, memorial, 1707; Órdenes Militares, Santiago, 1679, exp. 5369; Archivo Histórico Provincial de Murcia, Testamento, prot. 2484, Murcia, 25 de noviembre de 1726.

J. Martínez Tornel, Noticias históricas y curiosas de Murcia, 1.ª serie, Murcia, Imprenta de El Diario, 1892, págs. 55-57; J. Frutos Baeza, Bosquejo histórico de Murcia y su concejo, Murcia, La Verdad, 1934, págs. 151-157; J. Pradells Nadal, Del foralismo al centralismo. Alicante 1700-1725, Alicante, Universidad, 1984, págs. 53-66; P. Ruiz García, El marquesado de Beniel y el Mayorazgo de Vélez Málaga, Murcia, Pedro Casanova Alarcón, 1994, págs. 46-49; J. D. Muñoz Rodríguez, Damus ut Des. Los servicios de la ciudad de Murcia a la Corona a finales del siglo xvii, Murcia, Real Academia Alfonso X el Sabio, 2003, págs. 214-220; J. Guillamón Álvarez y J. D. Muñoz Rodríguez, “Los castellanos y la Guerra de Sucesión: disciplina social y orden político en la Corona de Castilla (1680-1714)”, en Cheiron, 39-40 (2003), págs. 105-128.

 

Julio D. Muñoz Rodríguez