Capa Sacristán, Eduardo. Coca (Segovia), 5.I.1919 - Arganda del Rey (Madrid), 24.VII.2013. Profesor de Bellas Artes, fundidor, escultor y coleccionista.
Pasó la infancia en su pueblo natal, donde, con la llegada de las Misiones Pedagógicas propiciadas por la Segunda República, descubrirá su predisposición hacia el arte. Esta temprana vocación le llevó a marchar a Ávila, donde compaginó sus estudios de bachiller con su aprendizaje en el taller de Juan Luis Vasallo, quien le enseñó los rudimentos de las técnicas escultóricas. Cuando terminó la Guerra Civil y se licenció, en 1942, comenzó a trabajar en los talleres de Arte Granda, donde se preparó para el ingreso en la Escuela Superior y Central de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, lo que conseguirá al primer intento. Así comenzó una larga, fructífera e ininterrumpida relación docente con esta escuela, más tarde facultad de Bellas Artes de San Fernando, de la que fue alumno, profesor interino, profesor auxiliar, profesor numerario, catedrático y vicedecano, y que abandonó en 1987, año de su jubilación.
Su trayectoria profesional fue dilatada y diversa, siempre compatibilizada con la labor docente. Como escultor, realizó obras religiosas y, sobre todo, ayudó a profesores y artistas en la creación y ampliación de sus obras. Esta faceta, unida al magisterio que ejerció en San Fernando, le hizo dominar los variados procedimientos empleados en las diversas técnicas escultóricas y, después de una pensión de investigación sobre fundición de escultura en Italia, abrió su propio taller en 1957. Ser escultor y fundidor le imprimió un gran respeto hacia el modelo cuyos valores cromáticos, texturales, volumétricos y táctiles deben ser puestos en valor por la fundición, técnica que entiende al servicio de la obra de arte. Pero las técnicas de fundición casi no habían evolucionado desde el Renacimiento y no se adecuaban a estos presupuestos.
Su carácter inquieto y emprendedor le hizo adentrarse en la investigación de los materiales y procedimientos utilizados en ese largo proceso, convirtiéndose su taller en un centro pionero e innovador de la fundición artística. Salvaguardando el carácter artesanal de esta técnica, introdujo los avances tecnológicos de la fundición industrial, así como investigaciones propias: aplicó nuevas técnicas de registros refractarios y recubrimientos cerámicos; desarrolló estudios sobre ceras para conseguir una mayor fidelidad al modelo; adaptó el uso de hornos fijos de solera móvil; utilizó encofrados prefabricados para moldes; puso a punto un sistema cerámico propio para reproducción de alta fidelidad de obras monumentales, por citar alguna de sus innovaciones. Capa destacó siempre por su capacidad de dar respuesta específica a los requerimientos técnicos de los artistas y por una técnica depurada que destaca los valores plásticos de cada obra. La fundición es un centro de trabajo e investigación, pero también un lugar de encuentro y debate de la escultura y sus técnicas, por el que han pasado muchos de sus compañeros y alumnos, artistas reconocidos o noveles, que siempre recibieron su atención y explicaciones.
Su afán investigador le introdujo igualmente en el mundo de la restauración, primero de imaginería y después de grupos escultóricos: las figuras de bronce de Los Leoni, del Museo del Prado; las estatuas ecuestres de Felipe III y IV de la Plaza Mayor y de la plaza de Oriente de Madrid; la fuente de Los Baños de Diana y treinta y cinco grupos escultóricos del palacio de La Granja son algunas muestras de sus trabajos.
Su reconocido magisterio en las Bellas Artes le ha hecho imprescindible en comisiones, museos, simposios y tribunales y cursos doctorales sobre escultura, técnicas y procesos. Fue miembro durante catorce años de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes Culturales del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura.
Con la intención de “tener obras de alguna significación práctica para explicar a mis alumnos cuando venían de visita a la fundición cómo evolucionaba la renovación figurativa desde principios de siglo y cómo se iba transformando tímidamente hacia la modernidad”, se introdujo sin darse cuenta en el mundo del coleccionismo. A través de regalos, donaciones, cambios, pagos de fundiciones y alguna compra fue consiguiendo el mejor conjunto de escultura española del siglo XX. La colección, actualmente formada por cerca de mil piezas —la mayor parte en bronce, pero también en barro, escayola, madera, hierro y acero—, de la que un tercio ha sido declarada bien de interés cultural, fue constituida en 1998 en Fundación Eduardo Capa, desde la que potencia, promueve y difunde el conocimiento de la escultura, sus técnicas y sus artífices.
Bibl.: A. Bonet Correa, “Genio y figura de Eduardo Capa”; M. M. Lozano Bartolozzi, “La escultura española en la colección Capa”, y Familia Capa, “La fundición Capa”, en A. Martín Nájera (coord.), Colección escultórica Eduardo Capa, catálogo de exposición, Cáceres, Diputación Provincial, Institución Cultural El Brocense, 1990, págs. 13-22; 23-32, y 41-47, respect.; A. Martínez Novillo, “Una colección escultórica singular”, en Colección escultórica Eduardo Capa, catálogo de exposición, Santander, Fundación Marcelino Botín, 1993, págs. 16-23; J. Marín Medina, “La Colección Capa”, en Colección escultórica Eduardo Capa, catálogo de exposición, León, Diputación, 1994, págs. 9-16. E. Capa Sacristán, “Notas Autobiográficas”, y A. de la Torre, “Recuerdos de una vida vivida con pasión”, en VV. AA., Escultura española del siglo XX en la colección Capa, catálogo de exposición [Oviedo], Servicio de Publicaciones del Principado de Asturias [1996]; F. Moreno Cuadrado y M. Mudarra Barbero, Colección Capa [Córdoba], Diputación Provincial de Córdoba [1998]; C. Gutiérrez-Cortines Corral, “Arte y técnica en la Colección de Retratos de Eduardo Capa”, en El Retrato en la Colección Capa, catálogo de exposición, Murcia-Alicante, Dirección General de Cultura, Murcia Cultural-Fundación Eduardo Capa, 2000; P. Tébar Martínez, “La escultura española del siglo XX a través de la Colección Capa”, en E. Capa Sacristán, A. Martín Nájera y P. Tébar Martínez, Fondos escultóricos de la Colección Capa, catálogo de exposición, Adra (Almería), Fundación Eduardo Capa-Ayuntamiento de Adra, 2000, págs. 21-27; A. Martín Nájera, “La Fundación Eduardo Capa: un singular ejemplo de centro dinámico de escultura”, en C. Belda Navarro y M.ª Teresa Marín Torres (eds.), Quince miradas sobre los museos, Murcia, Universidad, Servicio de Publicaciones, 2002, págs. 291-316.
Aurora Martín Nájera