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Fernando Alonso de Robles

Biografía

Alonso de Robles, Fernando. ¿Mansilla de las Mulas? (León), s. m. s. XIV – Castillo de Uceda (Guadalajara), 1430. Noble, secretario de la reina y contador mayor.

Fernando Alonso, o Alfonso, de Robles, probablemente nació en las cercanías de la villa leonesa de Mansilla de las Mulas. No se conocen antecesores, y su origen fue sin duda modesto, como lo describe Fernán Pérez de Guzmán, más “inclinado a aspereza y malicia que a nobleza nin dulçura de condición” como propio de las gentes de bajo linaje. Su infancia debió de transcurrir en estas tierras hasta que aparece como escribano en la corte de la reina Catalina, a la sombra del entonces escribano real, Juan García de Soria. Asciende en la corte gracias a su vinculación con la reina a través de su privada Leonor López de Córdoba, quien logra situarlo como su secretario preferido porque, en palabras del cronista, era “asaz bien razonado y de gran ingenio y de buen seso”.

Su ascenso definitivo económico, social y político culminará durante el reinado de Juan II, apoyado esta vez por el que ya se perfila como futuro privado: Álvaro de Luna. Es nombrado contador mayor de Hacienda y de él la crónica de Pedro Carrillo de Huete dice que “alcançó mucho así por el oficio como por saber en todas las otras cosas que se tratavan en el Consejo del rey”. Se trataba de un puesto clave, ya que era encargado de los libros de registro de las mercedes del Rey y, dada su capacidad, llegaría a ser un personaje fundamental de la corte.

En 1420, durante el llamado “atraco” de Tordesillas, cuando Juan II fue secuestrado por el infante don Enrique y sus fieles alejados, el infante exigió el alejamiento del contador. Después de este suceso, con el triunfo de un partido nobiliario, el Consejo Real pasó a ser ejercido por nueve personas, entre las que se encuentra el contador junto a don Álvaro de Luna, que lo consideraba un buen experto en finanzas. En los años siguientes, Fernán Alonso de Robles comenzó a distanciarse del valido y, posiblemente a finales de 1425, selló un pacto con el infante don Juan, rey de Navarra. En 1426 fundó mayorazgo, con el título de señor de Mansilla, Rueda y Trigueros, incorporando además casas en León y Valladolid. El cambio de bando se hizo patente en 1427, cuando la nobleza, disconforme con el excesivo protagonismo de don Álvaro, decide su destierro. Durante el verano se formó una comisión de cuatro (el almirante y el contador por parte de don Álvaro, y el maestre de Calatrava y Pedro Manrique por los infantes), con el objetivo de discutir sobre el modo en que el Rey se vería más libre para gobernar sus reinos. La reunión tuvo lugar en el monasterio de San Benito de Valladolid, al que se hallaba muy unido el contador por razón de su amistad con fray Juan de Acebedo, prior, y en donde había depositado dinero y otros bienes muebles de gran valor a su cuidado. El resultado de la reunión fue el destierro de don Álvaro por año y medio.

En contra de lo esperado, el contador votó a favor del destierro. Consumada la traición, de inmediato se persigue al traidor. El 22 de septiembre de ese mismo año acudió a Tudela de Duero para apresarlo Ruy Díaz de Mendoza, primogénito de Juan Hurtado de Mendoza, con el que había tenido mucha relación, y que estaba en el bando de los infantes. El Rey no hizo nada por evitarlo, y al comunicarlo a su privado añadió “non placerá a Dios que quien a vos vendió non sea vendido”. Tampoco los infantes tenían interés en conservarlo, ya que quien había traicionado una vez, podía volver a hacerlo. Sentencia la crónica: “este Fernand Alfonso, salido de su medida con el gran logar que tenía quisose igualar con aquel que le sostenía en ello desconociendolo, e cayó”.

Prisionero en el castillo de Uceda, es condenado sin ser escuchado, y muere ejecutado en 1430. De su familia se sabe que tuvo cinco hijos: Juan, el primogénito (que ingresaría en el monasterio de San Benito de Valladolid), Gutierre, Nuño, Beatriz y Leonor.

 

Bibl.: C. Espejo, “El leonés Fernand Alfon de Robres. Contador mayor de Juan II. Datos para su biografía”, en Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones (1907); Crónica de Álvaro de Luna, ed. de Mata Carriazo, Madrid, Espasa Calpe, 1940; P. Carrillo de Huete, Crónica del Halconero de Juan II, Madrid, Espasa Calpe, 1946; F. Pérez de Guzmán, Generaciones y semblanzas, Madrid, Atlas, 1953 (col. Biblioteca de Autores Españoles); L. Suárez Fernández, “Los Trastámaras de Castilla y Aragón en el s. xv (1407-1474)”, en J. M. Jover Zamora (dir.), Historia de España de Menéndez Pidal, vol. XV, Madrid, Espasa Calpe, 1964; E. Zaragoza Pascual, Los generales de la Congregación de San Benito de Valladolid. Los priores (1390- 1499), Burgos, Abadía de Silos, 1973; M.ª C. Carlé, “Caminos del ascenso en la Castilla bajomedieval”, en Cuadernos de Historia de España (CHE), 65-66 (1981), págs. 207-276; I. Pastor Bodmer, Grandeza y tragedia de un valido. La muerte de Álvaro de Luna, Madrid, Caja Madrid, 1992 (2 vols.); D. Hernando Máximo, “El contador Fernán Alonso de Robles, nuevos datos para su biografía”, en CHE, 74 (1998), págs. 117-134; C. Álvarez Álvarez, “Linajes nobiliarios y oligarquías urbanas en León”, en Congreso de Estudios medievales, vol. VI, Ávila, Fundación Sánchez Albornoz, 1999; A. Echevarría, Catalina de Lancaster, Guipúzcoa, Nerea, 2002.

 

Isabel Pastor Bodmer

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