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Carlos Ramírez de Arellano

Biografía

Ramírez de Arellano, Carlos. Señor de los Cameros (II). Viana (Navarra), 5.V.1377 – Zaragoza, 26.VII.1412. Noble, alférez mayor.

Bautizado en Viana, el 5 de mayo de 1377, su padrino fue el rey Carlos II de Navarra, quien, en atención a los servicios recibidos de su abuelo y de su padre, le hizo dar su nombre y le entregó en donación la villa de Sesma. Sucedió a su abuelo Juan Ramírez de Arellano, el Noble, en la titularidad del Señorío de los Cameros, ya que su padre, Juan Ramírez de Arellano, el Mozo, murió el 14 de agosto de 1385, en la batalla de Aljubarrota, luchando contra los portugueses.

Como los demás nobles trastámaras, se convirtió, desde finales del siglo xiv, en un noble de servicio, buscó el desempeño de cargos cortesanos —que estaban muy bien pagados—, y sirvió fielmente a la Corona como militar de profesión, así como otros nobles —los Zúñiga, por ejemplo— sirvieron en la Corte como altos magistrados judiciales —y se les denominaba por ello nobles de toga—. En la Corte, desempeñó el empleo de alférez mayor del Pendón de la Divisa y, luego, por voluntad testamentaria de Juan I de Castilla, estuvo asignado al servicio del infante don Fernando —denominado el de Antequera, al conquistar esta plaza a los nazaríes, en 1410—, pasando toda su vida a su servicio como su alférez mayor.

Estuvo casado con Constanza Sarmiento, hija de Diego Gómez Sarmiento, repostero mayor de Castilla, y de Leonor, sobrina del rey Enrique II. Fue rehén, en 1388, junto a otros nobles, del duque de Lancaster, esposo de la infanta Constanza, cuando ésta renunció a los derechos sobre la Corona de Castilla.

En 1393, Enrique III le confirma todas las donaciones que Enrique II y Juan I habían efectuado a su abuelo. Poseía extensos dominios a caballo entre los Reinos de Castilla y de Navarra, y todas las posesiones de su abuelo, excepto las villas de Alcanadre, Ausejo, Murillo de Río Leza y Carbonera, cedidas por éste a su hermano Juan de Arellano que, al morir sin descendencia, pasaron a su poder.

En 1402 paga a Enrique III todas las deudas que, como señor de los Cameros, debía a la Corona y, a la muerte de éste, en 1406, asiste al juramento que la reina Catalina y el infante Fernando de Antequera, a cuyo servicio estaba, hicieron como tutores de Juan II. Las estrechas relaciones que mantuvo con el monarca navarro jugaron un importante papel en el acercamiento político de éste a la Monarquía castellana a comienzos del siglo xv, ya que colaboró militarmente con los castellanos en su guerra contra los musulmanes peninsulares. En este mismo año, el 24 de septiembre de 1406, en Pamplona, prestó juramento de homenaje al rey Carlos III de Navarra (1387-1425), comprometiéndose a ayudarle contra cualquier posible enemigo, salvo contra el rey de Castilla.

En contrapartida, el monarca navarro, por su parte, se comprometía, a entregarle todos los bienes que habían pertenecido a su abuelo en su Reino, formalizándose la restitución el 18 de enero de 1412, en Estella, recobrando así Arellano, Subiza, Ibiricu, San Constamiano, Gorriza, Músquiz, Erendazu, Zurindain, Garisoain, Cárcar, Lerín y Lodosa.

Desde 1407 acompañaba al infante don Fernando en sus correrías contra los musulmanes en Andalucía, y fue nombrado alcaide de la villa de Zahara; luego, estuvo presente en el sitio de Setenil de la Frontera.

En 1408 asistió a las Cortes de Guadalajara y, en este mismo año, el rey Juan II le confirmó todas las donaciones y privilegios que los reyes anteriores habían hecho a su abuelo, y Carlos III de Navarra, en Tudela, le entregará todos los bienes que poseía en Navarra su abuelo.

Mantuvo, como su abuelo, buenas relaciones con los Luna aragoneses, muy cordiales desde que Juan Martínez de Luna, abuelo del condestable Álvaro de Luna, acogió a Enrique II de Castilla en Aragón después de la batalla de Nájera, por lo que recibió de éste el señorío de las villas castellanas de Alfaro, Cornago y Jubera, con sus aldeas: Bucesta, el Collado, Reinares, San Bartolomé de Jubera, Santa Cecilia, Santa Engracia de Jubera, San Martín de Jubera y Cenzano.

En 1410 participó en la conquista de Antequera, donde fue herido. Para ayudarle a pagar su intervención en esta campaña, los vecinos de la villa y tierra de Yanguas, que ya contribuían a formar su ejército feudal con el que servía al Rey, tuvieron que contribuir, además, con 600 florines del cuño de Aragón.

En 1411 entra en el Reino Aragón con mil quinientas lanzas para, si fuera necesario, ayudar a los partidarios del infante don Fernando, y muere el 26 de julio de 1412, en Zaragoza, al acompañar a éste a recoger la Corona del Reino de Aragón.

 

Bibl.: E. González Crespo, “Los Arellano y el señorío de Los Cameros en la Baja Edad Media”, en En la España Medieval, vol. II (1982), págs. 395-410; J. Martínez Díez, Historia de Alfaro, Logroño, Editorial Ochoa, 1983; M. Diago Hernando, “Implantación territorial del linaje Arellano en tierras Cameroriojanas a fines de la Edad Media”, en Berceo, 120 (1991), págs. 65-82; P. López de Ayala, Crónica, ed., pról. y notas de J. L. Martín, Barcelona, Ed. Planeta, S. A., 1991; M. A. Moreno Ramírez de Arellano, Señorío de Cameros y Condado de Aguilar. Cuatro siglos de régimen señorial en La Rioja (1366- 1733), Logroño, Instituto de Estudios Riojanos (IER), 1992; M. Toledo Toledo, Historia de la Villa y Tierra de Yanguas, Soria, Excma. Diputación Provincial, 1995; A. Lafuente Urién, I. Granado Hijelmo, M.ª C. Fernández de la Pradilla Mayoral, R. García Aser y F.º J. Gallo León, El Señorío de los Cameros: introducción histórica e inventario analítico de su archivo, Logroño, IER, 1999; P. Pérez Carazo, Santa María de Herce y su abadengo durante la Edad Media, Logroño, IER, 2008.

 

Pedro Pérez Carazo