Schut, Cornelio. Amberes (Bélgica), 1629 – Sevilla, 1685. Pintor.
Su padre fue un ingeniero militar flamenco que trabajó en España al servicio de Felipe IV, lo que abrió al joven Cornelio la posibilidad de acompañarle e instalarse en Sevilla, una de las grandes ciudades del imperio español y que, aparentemente, mantenía el monopolio del comercio con Indias. Se formó como pintor con un tío suyo de igual nombre a comienzos de la década de 1640, cuando se produjo un cambio trascendental en el mundo artístico de Amberes, debido a la desaparición de Rubens y Van Dyck. Se desconoce la fecha en que Schut llegó a Sevilla, pero lo hizo con un significativo bagaje de ideas y un soporte para la creatividad en forma de estampas.
Para abrirse camino en el mundo artístico sevillano contó con la ayuda de su compatriota, el escultor José de Arce, figura trascendente en el arte local. Su presencia en la ciudad está documentada a partir de 1653, cuando contrajo matrimonio con Agustina Tello de Meneses, hermana de la mujer de Arce. Al año siguiente, superaba su maestría como pintor y en el acta correspondiente se le describe como bien proporcionado, rubio y con un pequeño bigote. Palomino lo considera un hombre amistoso, dócil, apacible y gran dibujante.
Fue presidente de la Academia de Pintura sevillana en los años 1670 y 1674, pero desde su fundación en 1660, participó en sus tareas ocupando los cargos de fiscal y cónsul y, como tantos otros, además de las cuotas, llegó a costear personalmente el importe del carbón, el aceite e incluso el salario de los modelos.
Ceán Bermúdez indica que en las tareas de enseñanza no hubo nadie tan liberal, aconsejando y corrigiendo a los discípulos mientras dibujaba con ellos. Al morir, muy pobre y tras una larga enfermedad, fue enterrado en la parroquia del Salvador.
Schut fue el más importante de los pintores de Flandes que trabajaron en Sevilla. Su relación con las redes de mercaderes flamencos, genoveses o vascos, que conectaban la ciudad con Cádiz y otros enclaves en la Península, hace que se pueda encontrar parte de su obra en diferentes ciudades, dado el prestigio que alcanzó su taller. Un ejemplo es la serie de diez pinturas relatando la vida de Cristo y la Virgen que realizó para la Basílica de la Purísima Concepción de Elorrio (Vizcaya), de la que se conservan en la misma la Anunciación y la Natividad.
Fue un buen dibujante y un destacado retratista pero, para analizar su estilo pictórico, hay que tener en cuenta, además de su formación inicial en Amberes, que el prestigio de Murillo, acrecentado durante el siglo xviii, obligó a algunos pintores contemporáneos, y sobre todo de las generaciones siguientes, a adaptarse a sus maneras, tan demandadas por la clientela. A pesar de esta circunstancia, Schut muestra una expresividad propia que permite identificar sus obras a pesar de no estar firmadas.
El repertorio temático de Schut fue muy amplio, la Hermandad Sacramental de San Bartolomé en Sevilla le encargó un lienzo que aún atesora, Ángeles adorando la Eucaristía. También se conocen dos bodegones de su mano, uno de ellos firmado en 1675. Por otro lado, cabe destacar la Santa Cena, pintada en 1659 según una estampa flamenca para la iglesia de Santa Clara de Montilla (Córdoba), la Anunciación, que se guarda en una colección particular de Málaga, la Huida a Egipto, que pintó en 1668, de colección madrileña y la Asunción de la Virgen de 1669 del Fórum Filatélico. Sin embargo, parece que representó con mayor frecuencia el tema de la Inmaculada, como las conservadas en los Museos de Sevilla y Córdoba, en el Convento de padres Jesuitas del Sagrado Corazón de Sevilla y, otras dos, en colecciones particulares de Madrid. Entre los retratos que realizó, destacan las efigies del Venerable Contreras y de Sor Francisca Dorotea, así como el retrato del Arzobispo don Antonio Paíno, pertenecientes a la Biblioteca Colombina de Sevilla, también el del fraile Domingo de Bruselas, conservado en el Museo de Sevilla y firmado en 1665.
Por último, en el Convento de San José de Sevilla se encuentra el retrato de la Madre Gregoria Fernández de Santa Teresa y su hermana Úrsula de Santa Rosa.
En Cádiz se conservan varias obras de Schut: en 1668-1669 pintó para la Catedral las imágenes de Santa Teresa y San Firmo. La sacristía de la parroquia de San Antonio está decorada con un tema habitual en su producción, el pequeño Niño Jesús dormido sobre la Cruz. Hacia 1669-1670 también retrató a un destacado comerciante instalado en esta ciudad, el italiano Juan Bautista Priaroggia.
Obras de ~: La Madre Gregoria Fernández de Santa Teresa y su hermana Úrsula de Santa Rosa, s. t. s. xvii; Ángeles adorando la Eucaristía, s. t. s. xvii; Anunciación, s. t. s. xvii; Inmaculadas, s. t. s. xvii; Santa Cena, 1659; Anunciación, f. s. xvii; Natividad, f. s. xvii; Retrato del fraile Domingo de Bruselas, 1665; Huida a Egipto, 1668; Santa Teresa y San Firmo, 1668-1669; Asunción de la Virgen, 1669; Niño Jesús dormido sobre la Cruz, 1669-1670; Retrato de Juan Bautista Priaroggia, 1669-1670; Retrato del Venerable Contreras, 1674; Retrato de Sor Francisca Dorotea, 1674; Bodegón, 1675; Retrato del Arzobispo don Antonio Paíno, ú. t. s. xvii.
Bibl.: A. Palomino, Museo pictórico y escala óptica, Madrid, 1715 (Madrid, Ediciones Aguilar, 1947, pág. 984); A. Ceán Bermúdez, Diccionario histórica de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, t. IV, Madrid, Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1800, pág. 359; J. Urrutia, Descripción histórico artística de la catedral de Cádiz, Cádiz, Revista Médica, 1843, págs. 192-193; A. Castro, Manual del viajero en Cádiz, Cádiz, Imprenta de la Revista Médica, 1859, págs. 18, 103, 115 y 120; E. Romero de Torres, Catálogo monumental de Cádiz, Cádiz, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 1934, pág. 334; J. Hernández Díaz, “Notas de Arte”, en Boletín de Bellas Artes (Sevilla), 3 (1936), pág. 70; A. de la Banda, Murillo y su escuela en Cádiz, Cádiz, 1982, pág. 2; D. Kinkead, “Pintores flamencos en la Sevilla de Murillo”, en Archivo Hispalense (Sevilla), 195 (1982), pág. 37; E. Valdivieso y J. M. Serrera, La época de Murillo. Antecedentes y consecuentes de su pintura, catálogo de exposición, Sevilla, Saldana, 1982, pág. 114; E. Valdivieso, “Aportaciones al jubileo de la Porciúncula de Valdés Leal, en las Escolapias de Cabra”, en Boletín del Seminario de Arte y Arqueología de Valladolid (1986), pág. 227; L. Alonso de la Sierra y F. Quiles, “Nuevas obras de Cornelio Schut el Joven”, en Norba Arte, XVIII-XIX (1998- 1999), págs. 90-93; E. Valdivieso, Pintura barroca sevillana, Sevilla, Guadalquivir, 2003, págs. 25-26, 29, 31, 56, 66-67, 76 y 461-467.
Ana Aranda Bernal