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Francisco Landeira Sevilla

Biografía

Landeira Sevilla, Francisco. Santa Eugenia de Riveira (La Coruña), 23.III.1804 – Lorca (Murcia), 15.IX.1876. Obispo de Teruel y Cartagena.

Formado en el seminario de Santiago de Compostela, amplió estudios en la Universidad de Valladolid, donde se doctoró en Teología y Derecho Canónico, disciplina esta última en la que a los veintitrés años ganó la cátedra de la Universidad de Granada, Facultad de Teología (1827). Desde aquí pasó, por concurso, a desempeñar igual destino en la Universidad Central, donde además fue decano de la Facultad de Teología hasta la supresión de la misma en 1852.

Muy adicto a Isabel II y a su régimen, el Gobierno le propuso entonces para la mitra de Teruel (18 de marzo de 1852), no obstante el hecho de que Landeira no había aceptado con anterioridad la de Calahorra- La Calzada, que se le había ofrecido en 1848.

Confirmado el nombramiento por Pío IX y consagrado obispo por el nuncio G. Brunelli, el antiguo profesor no tardó en tomar posesión de su diócesis (8 de diciembre de 1852). Durante los nueve años en que el mitrado gallego permaneció en la mencionada sede aragonesa, desarrolló una destacada labor reformista acorde con las orientaciones señaladas por el recién firmado Concordato de 1851. Sobre todo se acreditó como prelado caritativo y evangélico, atento siempre a los más necesitados. Su entrega a los enfermos con ocasión de la epidemia de cólera de 1854, dejó su salud tan quebrantada que la Reina y el nuevo nuncio, Barili, acordaron trasladarle a otro obispado de clima más benigno. Así sucedió en 1861 al vacar la sede de Cartagena por traslado a la de Valencia del luego cardenal Barrio. Todo fue rápido. El 18 de marzo de 1861 fue presentado, el 22 de julio confirmado por Roma y el 27 de noviembre del mismo año tomó posesión.

Landeira estaba llamado a regir los destinos de la diócesis cartaginense hasta su muerte quince años más tarde. Durante ese tiempo realizó una labor intensa, renovadora y perdurable. La realización de importantes obras de restauración en la catedral de Murcia, la recuperación de la iglesia y monasterio de los Jerónimos —actual sede de la Universidad Católica—, la reedificación y ampliación de la iglesia y palacio episcopal de Santa Catalina del Monte, la reforma del plan de estudios del seminario, y la fundación de la residencia-orfanato de San Miguel (Cartagena), figuran entre sus realizaciones más emblemáticas. En otro orden de cosas, su actuación durante la epidemia de cólera de 1865 resultó ser tan ejemplificadora como antes lo fuera en Teruel bajo parecidas circunstancias.

Meses antes de la caída de Isabel II, el Gobierno González Bravo ofreció proponerle para la sede arzobispal de Burgos, que Landeira declinó por razones de salud, si bien aceptó la Gran Cruz de Carlos III, como antes lo hiciera con la de Isabel la Católica y la de Beneficencia de 1.ª Clase. Tras el destronamiento de Isabel II, el de Cartagena fue uno de los obispos que se enfrentaron más resueltamente a la política secularizadora de los sucesivos gobiernos. Sobre todo, al ser incluida por vez primera en la historia española la libertad religiosa en un texto constitucional (Constitución de 1869) y al ser promulgadas varias leyes implantando el matrimonio civil y el registro civil, la secularización de cementerios, la supresión de la enseñanza religiosa en centros educativos públicos y el declarar naturales a los hijos habidos de matrimonio exclusivamente canónico.

A través de sus cartas pastorales puede hacerse un seguimiento detallado de la situación eclesial española y de la problemática diocesana de la época, siendo frecuentes las referencias a las encíclicas pontificias del momento, al dogma inmaculista y al de la infalibilidad pontificia, y sobre todo a la “Cuestión romana” o supresión del poder temporal del Papa por el nuevo reino de Italia. De las firmadas en Teruel se han localizado tres, fechadas el 20 de abril de 1853, el 25 de noviembre de 1859 y el 24 de febrero de 1860, en las que, aparte de los asuntos diocesanos, se ocupaba de los referidos a Italia y de la guerra con Marruecos. En cuanto a las escritas en Cartagena, se conocen dieciocho, fechadas en 1862, 1863 (dos), 1864, 1865 (tres), 1866, 1869 (tres), 1870, 1873 (dos), 1874 y 1875 (tres). Las seis últimas, en Lorca.

Su encausamiento judicial y la suspensión indefinida de sus haberes (1870), sumados a las tensas relaciones mantenidas con las autoridades provinciales (desalojo del seminario y otros edificios diocesanos, ocupación de temporalidades, etc.) y a las no siempre cordiales habidas con el sector más progresista del clero, determinaron que, al regresar de Roma, donde asistió a las sesiones del Concilio Vaticano I, en el cual se identificaría plenamente con las orientaciones y puntos de vista de Pío IX —de quien fue siempre ferviente seguidor—, determinaron su decisión de retirarse a Lorca (febrero de 1871), ciudad desde la que rigió la diócesis hasta su fallecimiento en el otoño de 1875, iniciada ya la Restauración borbónica.

 

Obras de ~: Cartas pastorales, Teruel, 1852-1861, y Cartagena, 1861-1875.

 

Bibl.: P. Díaz Cassou, Serie de los Obispos de Cartagena, Madrid, Tipografía Fortanet, 1895 (2.ª ed. fasc., Murcia, Instituto Municipal de Cultura, 1977); M.ª del C. España Talón, El obispo D. Francisco Landeira. Su vida y su tiempo, Murcia, Real Academia Alfonso X el Sabio, 1961; M. Andrés, “La supresión de las Facultades de Teología en las Universidades españolas”, en Antologica Annua, 18 (1971), págs. 585-655; J. B. Vilar, El Obispado de Cartagena durante el Sexenio revolucionario, Murcia, Universidad, 1973; J. M. Cuenca Toribio, El episcopado español en el pontificado de Pío IX. I. Apunte sociológico, Valencia, Universidad, 1974; V. Cárcel Ortí, Iglesia y Revolución en España (1868-1874), Pamplona, Eunsa, 1979; J. B. Vilar, El Sexenio democrático y el Cantón murciano, 1868-1874, Murcia, Real Academia Alfonso X el Sabio, 1983; M.ª J. Vilar, “El obispo Francisco Landeira y su tiempo, a través de un epistolario inédito, 1861-1873”, en Murgetana, 98 (1998), págs. 41-67; “Contribución a la biografía del cardenal Mariano Barrio, obispo de Cartagena y arzobispo de Valencia (veintitrés cartas inéditas, 1858-1874)”, en Carthaginensia, XV (1999), págs. 413-448; Episcopologio de la diócesis de Cartagena-Murcia, siglos xix y xx (en prensa).

 

María José Vilar

 

 

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