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Germán López Mejía

Biografía

López Mejía, Germán. Toledo, c. 1709 – 4.IV.1764. Escultor.

Los datos biográficos son escasos. Fueron sus padres Domingo López y Josefa Mejía. En fecha desconocida casó con Teresa Durango, también toledana, y del matrimonio nacieron, al menos, tres hijos, de los que Eugenio y Roque siguieron los pasos artísticos del padre. En mayo de 1760, tras el fallecimiento de su esposa, otorgó su testamento en virtud del poder que ambos se habían dado. Y, en abril, de 1764 “estando enfermo en la cama”, dictó un codicilo en el que se incluyen referencias a ciertas esculturas suyas que aún no le habían sido pagadas. El escultor murió al día siguiente, 4 de abril, y fue enterrado en su parroquia de la Magdalena.

El estudio de su obra artística se puede dividir en dos partes, su labor como ensamblador y su trabajo como imaginero. La obra documentada que ha llegado como ensamblador no es abundante, pero sí lo suficientemente indicativa como para poder tener una idea de su personalidad. La primera noticia localizada es de 1741, en que firmó, juntamente con José Morales, “ensamblador”, el contrato para la realización de la sillería del coro de la capilla de San Pedro de la catedral, que había trazado Narciso Tomé. En abril de 1756 firmó el contrato de la caja posterior del órgano barroco de la catedral, “la que da a la nave de San Cristóbal”. En octubre de 1756 cobró el retablo de la Concepción en el coro de las monjas del monasterio de San Clemente. De 1762 parece ser su último retablo conocido, el realizado para un lateral de la parroquia de Illana, en la provincia de Guadalajara, para albergar una imagen de la Virgen de los Dolores hecha a imitación de otra que había tallado Andrés Tomé.

Esta escasa obra documentada permite atribuir a Germán López el más hermoso retablo barroco toledano que ha llegado hasta la actualidad, el retablo mayor de las madres carmelitas de Malagón, en Ciudad Real. Obra que se puede calificar de cumbre dentro de la retablística española.

Estilísticamente, en sus retablos predomina la labor escultórica sobre una trama arquitectónica, relativamente simple, que la decoración enmascara. En ocasiones sus retablos dan la impresión de un gigantesco marco más que de un retablo propiamente dicho.

En cuanto a su estilo, resulta evidente la huella de Narciso Tomé que está presente en toda su producción y que, sin él, resultaría inexplicable.

La obra escultórica documentada de Germán López es también escasa y, sin embargo, se tiene la certeza de que es extraordinariamente abundante y de que de ella han llegado un gran número de ejemplares que, lentamente, se van identificando mediante un minucioso trabajo comparativo.

Las figuras del escultor son lógicamente las que encargó su numerosa clientela, pero en estos momentos había en el ambiente una predilección por los santos amables, por las Vírgenes bellas, vestidas con túnicas adornadas de rameados coloristas, por Niños Jesús o san Juanitos que muestran su lado sentimental. Pero, por encima de todo, Germán López, tuvo predilección por los ángeles, arcángeles, como san Miguel o san Rafael, de silueta adolescente, deliciosos angelillos de carnes rosadas que se mueven en las más bellas actitudes e innumerables cabezas de serafines de rostros expresivos, enmarcados por alas de rico cromatismo.

De 1740 es una imagen suya muy bella que ha servido de punto de partida para conocer en profundidad su estilo. Por un documento fechado en enero de 1741 se sabe que la Congregación del Patrocinio de San José, sita en la desaparecida iglesia de San Juan, había hecho una nueva imagen de su santo titular que depositó en el templo al cuidado del párroco. La escultura hoy se conserva en el crucero de la iglesia de los padres jesuitas, donde se mudó cuando la parroquia se trasladó al edificio abandonado por estos religiosos.

La escultura del santo es una de las más típicas muestras de escultura rococó existentes en Toledo.

Con esta imagen se pueden relacionar toda una serie de imágenes del mismo santo, idénticas o muy parecidas, que reciben culto en iglesias y clausuras toledanas.

El tema mariano es muy rico también en el escultor, destacando la Virgen del Socorro de la iglesia de los padres jesuitas o todo un conjunto de Vírgenes del Carmen que se guardan en iglesias carmelitas de Toledo, Malagón o Pastrana. Son también legión los santos tallados por Germán López que abundan en las parroquias y conventos toledanos, siendo especialmente interesante el apostolado, de figuras mayores del natural, que decora las hornacinas de las pilastras de la iglesia de los padres jesuitas.

 

Obras de ~: Imagen de san José en los padres jesuitas, Toledo, 1740; Sillería del coro de la parroquia de San Pedro en la catedral, Toledo, 1741; Caja posterior del órgano barroco de la catedral, Toledo, 1756; Retablo de la Concepción del monasterio de San Clemente, Toledo, 1756; Retablo lateral de la parroquia, Illana (Guadalajara), 1762; Apostolado de los jesuitas, Toledo, 1763-1764.

 

Bibl.: J. Nicolau Castro, “Germán López, escultor toledano del siglo xviii”, en Toletum (1986); Escultura toledana del siglo xviii, Toledo, IPIET, 1991.

 

Juan Nicolau Castro