Ortega y Fernández de la Granda, Francisco. Mieres (Asturias), 23.VII.1895 – Gijón (Asturias), 12.IV.1954. Médico y músico.
Francisco Ortega nació en el seno de una familia de profesionales de la medicina. Su padre, Antonio Ortega Jiménez, fue académico corresponsal de la Real Academia de Medicina de Madrid, y durante unos años profesor de la Facultad de San Carlos y su abuelo materno fue el doctor Fernández de la Granda, destacado médico asturiano. La infancia de Francisco Ortega transcurrió entre Madrid y Gijón, ciudad esta última en la que cursó el bachillerato. Desde 1911 a 1917 estudió Medicina en Madrid. Terminada la carrera, y tras un año de trabajo como inspector de Sanidad en la provincia de Ávila, regresó a Gijón. En esta ciudad ejerció principalmente la medicina general, pero sus preferencias científicas eran la endocrinología y la nutrición. En Gijón fue fundador y presidente de la Academia de Ciencias Médicas. El doctor Ortega realizó, de una manera autodidacta, investigaciones, experimentos y artículos relacionados con la genética, la nutrición y la diabetes. Entre estos trabajos, fueron muy valorados los publicados en la Revista España Médica “Un caso de injerto de ovario” (1923), en el que se describe el injerto de ovario de oveja a una mujer poco desarrollada que se realizó en Gijón, “El metabolismo basal de la diabetes como elemento pronóstico” (1929), “Un ensayo con las vitaminas A y D” (1933) “Tratamiento de la obesidad por la betafenilisopropilamina” (1944) o “Diabética de la obesidad”, escrito premiado por el Servicio Provincial de Sanidad de Oviedo, en 1945. En 1947 se le concedió el Premio de la Academia Médico-Quirúrgica Asturiana.
Desde su infancia, Ortega manifestó una abierta predisposición hacia la música. Su formación fue autodidacta, si se exceptúa unas clases de Piano y Solfeo recibidas en su niñez. De adulto, durante los años de la Guerra Civil Española, adquirió, de una forma más sistemática, nociones de Armonía y Orquestación con Amalio López, director de la Banda de Música de Gijón y primer director de la Orquesta Sinfónica de Asturias. Es, precisamente a partir de estos años, cuando Ortega se interesó más por la música sinfónica y teatral, que por las obras para voz y piano, lo que probablemente responde a un mayor conocimiento técnico de la música.
En 1929, la canzonetista y bailarina Encarnación López, La Argentinita, estrenó en el Teatro Romea, de Madrid, una de las primeras canciones de Ortega: “Mientras cae el orbayu”, cuplé con giros propios de la tonada asturiana que sigue la línea de algunas de las canciones escritas por Martínez Abades. Otras canciones de Ortega, como “Fuistite a la Romería” —estrenada por la cupletista Emilia Benito— o “Palabres que lleva el viento” siguen esta línea musical de cuplé asturianizado. La mayor parte de la música para piano compuesta por Ortega y de la que se editó una mínima parte, responde al concepto de “música de salón” de principios del siglo xx. Fox-trops, valses Boston o aires andaluces o asturianos, escritos con la idea de entretener y agradar. Sin embargo, en su producción pianística, destaca, por su originalidad, las Greguerías musicales, un conjunto de seis piezas inspirada en las “Greguerías” de Ramón Gómez de la Serna. Ortega trata de llevar al piano la sensación instantánea, el pensamiento fugaz, por medio de un lenguaje musical muy imaginativo, espontáneo y libre. La Greguería musical es, en este sentido, una impresión musical con una intención programática mediante un breve texto. Estos textos, concebidos como pequeños prólogos, fueron escritos por Antonio Ortega, químico, escritor y hermano de Francisco.
A partir de la década de 1930, Ortega empezó a componer, generalmente con la pretensión de entretener y divertir, música para el teatro. En 1935 escribió la zarzuela La Alcaldesa de Gijón, con libreto de Manuel Llaneza. La obra está ambientada en las guerras civiles entre Enrique Trastámara y su hermano Pedro I, que tuvieron especial virulencia en la villa de Gijón. Historia en clave de humor, y con una música construida con gracia y fluidez melódica. El cantante gijonés Antonio Medio estrenó esta obra en Gijón, en 1940. Otras composiciones de Ortega son Dos amores, estrenada por la Orquesta Sinfónica de Asturias en 1940; la revista Lo mejor del mundo sobre textos de Bonifacio Lorenzo Somonte y Joaquín Soler Serrano, es una colección de danzas y aires populares de diferentes países y regiones de España; Ondas azules, con libreto de Manuel Llaneza y estrenada en Gijón, en 1939, es una revista disparatada, en la que bajo el pretexto de conexiones de ondas televisivas de diferentes países, se llevan a escena fados, tarantelas, danzas moras y otros bailes característicos de diferentes países.
Obras de ~: piano: Greguerías musicales, Barcelona, A. Boileau y Bernasconi; Aquelarre; vals boston, fox-trop, Gijón, Casa David; Farruca para piano.
Canciones: Mientras cae el orbayu; Palabres que lleva el viento; Fuiste a la romería.
Zarzuelas y revistas: La alcaldesa de Gijón, Gijón, 1935; Ondas azules, Gijón, 1939; Lo mejor del mundo.
Música sinfónica: Dos amores, 1940.
Escritos: “Un caso de injerto de ovario”, en Revista Española Médica (REM) (1923); “El metabolismo basal de la diabetes como elemento pronóstico”, en REM (1929); “Un ensayo con las vitaminas A y D”, en REM (1933); “Tratamiento de la obesidad por la betafenilisopropilamina”, en REM (1944); “Diabética de la obesidad”, en REM (1945).
Bibl.: M. Cabal González, 100 médicos asturianos, Oviedo, Ed. Richard Grandío, 1976; R. G. Avello, “Francisco Ortega: médico y músico”, en El Comercio (Gijón), 5 de mayo de 1996; “La Alcaldesa de Gijón”, en El Comercio, 2 de junio de 1996; C. Alonso González, “Canciones y músicos asturianos entre dos siglos”, en Canciones de dentro, Oviedo, Archivo de Música de Asturias, 1996.
Ramón García-Avello Herrero
