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Alfredo Martínez y García Argüelles

Biografía

Martínez y García Argüelles, Alfredo. Oviedo (Asturias), 5.V.1877 – 25.III.1936. Médico, ministro.

Pertenecía a una familia de buena posición social y económica. Hijo de Manuel Martínez Romo, médico, inspector de servicios del Ministerio de Hacienda, y sobrino del gran escritor ovetense, Leopoldo Alas Clarín, como hijo de una hermana de la esposa de éste, sus primeros estudios le llevaron a ingresar, muy joven, en el seminario de Oviedo, donde comenzó su carrera eclesiástica. Allí cursó estudios de latín y, antes de terminar, decidió abandonar el seminario y matricularse en el instituto de segunda enseñanza para hacer el bachillerato, para el que le convalidaron algunas asignaturas. De su paso por el seminario, guardó siempre buen recuerdo de sus estudios de Latín, que le fueron de gran utilidad, posteriormente, para sus estudios de Medicina, y su prodigiosa memoria, que él atribuía a la formación adquirida en el seminario; también le fueron útiles para el estudio del francés y el alemán, idiomas que llegó a hablar perfectamente.

Se matriculó en la Facultad de Medicina de Valladolid, en la que, además de estudiante, fue también médico interno, en el servicio de Medicina Interna que dirigía el profesor Antonio Simonena Zabalegui, quien, con el tiempo, fue profesor titular de la cátedra de Patología Médica, de la Facultad de Medicina de San Carlos (Madrid). Al terminar la carrera (1900), contaba Alfredo Martínez veintitrés años, y su primer trabajo fue en la empresa Hullera Española, con sede en Bustiello (Asturias), donde ejerció como médico general gracias al que había sido su profesor en Valladolid, Simonena, quien lo recomendó al marqués de Comillas.

El siguiente destino profesional del doctor Martínez fue Trubia (1903), al aprobar unas oposiciones al Cuerpo de Médicos de la Beneficencia Municipal de Oviedo. La de Trubia fue una importante etapa en la vida del joven médico de ideas republicanas, que se había casado en diciembre del año anterior (1902), con María Vega Delás, natural de Hospital de Órbigo (León). Allí se inició como médico bacteriólogo y allí comenzó sus primeras actuaciones como conferenciante sobre temas de divulgación que pronto le dieron gran popularidad. En 1911, fue pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios para trabajar en el Instituto Pasteur de París, en el que permaneció un año dedicado al estudio de los fenómenos de la anafilaxia (que fue el tema de su tesis doctoral), y también se dedicó al estudio de los problemas relacionados con la rabia. Cuando regresó a España (1912) el doctor Martínez García Argüelles era ya un médico de prestigio y popularidad.

En Oviedo, fue destinado al laboratorio que el Ayuntamiento tenía instalado en el llamado campo de los Patos, donde se encargó de la sección de Bacteriología, a la que estuvo vinculado muchos años, llegando a ser, además, fundador y primer director del Laboratorio Bacteriológico Municipal y decano de la Beneficencia (1927), contando con siete de los ocho votos que, en elección secreta, decidieron su nombramiento. Se distinguió en las actuaciones de la lucha contra el cólera (1912), cuando el violento brote de esta enfermedad en España, que afectó a la región centro y levantina. Fue fundador y primer presidente de la Academia Médico-Quirúrgica Asturiana (1928), y colaborador de la revista Gaceta Médica Asturiana (1925-1936).

Durante la Primera Guerra Mundial, el doctor Martínez García Argüelles mantuvo buenas relaciones con sus amigos del Instituto Pasteur de París. Poco antes del comienzo del gran conflicto bélico, en el que España se mantuvo neutral, el joven médico encontró en el Partido Reformista de Melquíades Álvarez una corriente política adecuada a su pensamiento republicano.

Muy unido al creador del partido, del que además fue médico de cabecera, la fama de Alfredo Martínez, en Oviedo, le llevó a figurar como médico de las más representativas familias asturianas. Su primera acta electoral la obtuvo en la legislatura de 1923 al ser proclamado diputado por la Junta Provincial.

Con arreglo al artículo 29 de la Ley Electoral, no fue necesaria la elección. Su presencia en la Cámara se vio interrumpida ese mismo año por la dictadura de Primo de Rivera. Volvió a las Cortes en la legislatura de 1933-1935, al resultar electo en los comicios celebrados el 19 de noviembre de 1933 por la circunscripción de Oviedo, adscrito ya al Partido Liberal Demócrata, con cuya denominación Melquíades Álvarez rebautizó su formación política. Por entonces, Martínez García Argüelles fue, además, el jefe provincial del partido en Asturias. El Doctor Alfredo Martínez profesó un ideario profundamente liberal; difundió sus convicciones ilustradas enraizadas en los grandes pensadores asturianos de los siglos XVIII y XIX; y se comprometió con transformaciones reformistas especialmente en el ámbito de la sanidad y la instrucción públicas.

Fue víctima de la Revolución de Octubre de 1934 en Asturias, al sufrir un asalto de los revolucionarios que destruyeron su clínica, bombardeando su casa llevándose las joyas y objetos de valor, tras destruir más de treinta años de trabajos científicos. Dos de sus hijos fueron hechos prisioneros y uno de ellos, condenado a muerte, encarcelado junto a medio centenar de presos, logró escapar de los revolucionarios y ponerse a salvo. La intervención de Alfredo Martínez ante las Cortes en 1934 tuvo una gran difusión en Asturias constituyendo un testimonio directo con proyección nacional de los sucesos acaecidos en la región.

Inmerso en los acontecimientos políticos, el doctor Martínez García-Argüelles, como miembro del Partido Liberal Demócrata que lideraba Melquíades Álvarez, seguía de cerca la política de pactos de su líder. Durante el llamado bienio derechista, estos acuerdos, especialmente con la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), llevaron a representantes del partido de Melquíades Álvarez al poder, pero al final de la etapa, los radicales y los melquiadistas optaron enseguida por separarse del partido de Gil Robles para mantener sus opciones a ocupar cargos en los diferentes gobiernos que se iban formando. Cuando, en diciembre de 1935, Portela Valladares fue encargado de formar el que habría de ser un gobierno puente para la convocatoria de Cortes, algunos de estos partidos aproximaron sus posturas al líder centrista Portela Valladares y colocaron a sus hombres al frente de algunos ministerios, por lo que el doctor Martínez fue nombrado ministro de Trabajo, Justicia y Sanidad (del 14 al 30 de diciembre de 1935).

De regreso a Asturias, vivió en las afueras de Oviedo, en un chalet situado en la subida al Naranco. La tarde del día 24 de marzo de 1936, cuando llegaba a su casa, se detuvo en la verja de entrada al pequeño jardín.

Un hombre se acercó a él y le disparó con su revólver y el doctor Martínez cayó herido. Poco después, otros individuos se acercaron a él y lo remataron con dos disparos más, falleciendo finalmente el 25.

En su matrimonio con María de la Vega tuvo cinco hijos: Antonio, Alfredo, Fernando, Mercedes y María.

Su asesinato, meses antes del comienzo de la Guerra Civil de 1936-1939, conmovió a Asturias y a España, y es una prueba del clima de violencia que se vivió en los meses previos a la contienda fratricida.

 

Obras de ~: “Testimonio de ~, diputado de la CEDA por Asturias en la legislatura de 1933, ante el Congreso el 7 de noviembre de 1934”, en Diario de Sesiones, n.º 117, pág. 4599 [ed. Revista Razón Española, n.º 8 (1984)].

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 135 n.º 34 y 139 n.º 36.

Diario de Sesiones de las Cortes, legislatura de 1923 y 1933- 1935; “[Necrológica]”, en Región (Oviedo), 25 de marzo de 1936; L. G. San Miguel, De la Sociedad aristocrática a la sociedad industrial en la España del siglo XIX, Madrid, Editorial Cuadernos para el Diálogo, 1973; M. García Venero, Melquíades Álvarez. Historia de un Liberal, Madrid, Tebas, 1974; M. González Muñiz, Los asturianos y la política (De las Cortes de Cádiz a nuestros días), Gijón, Ayalga, 1976; Anónimo, “Testimonio de Alfredo Martínez”, en Razón Española (Madrid), 1984; J. F. Lasso Gaite, El Ministerio de Justicia. Su imagen histórica (1714-1981), Madrid, Imprenta Sáez, 1984; A. L. Oliveros, Asturias en el Resurgimiento español (Apuntes históricos y bibliográficos), Gijón, Silverio Cañada, 1989; A. Rull Sabater, Diccionario sucinto de Ministros de Hacienda (s. XIX-XX), Madrid, Instituto de Estudios Fiscales, 1991; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998.

 

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