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Francisco Grande Covián

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Biografía

Grande Covián, Francisco. Colunga (Asturias), 28.VI.1909 – Madrid, 28.VI.1995. Catedrático de Fisiología, médico, nutricionista.

Nació en el seno de una familia acomodada: su padre era médico traumatólogo. Estudió el bachillerato en el instituto nacional de segunda enseñanza de Oviedo, desde 1916 a 1925 y cursó el preparatorio de Medicina en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo entre 1925 y 1926.

Francisco Grande se instaló en Madrid en 1927, disfrutó de la Residencia de Estudiantes, la famosa “colina de los chopos” que tanto mejoraría la educación y la cultura en nuestro país. Convivió y entabló amistad con García Lorca, Buñuel, Ochoa, Dalí y tantos otros que formaron aquel grupo cultural.

De 1928 a 1931 desempeñó el puesto de alumno interno ganado por oposición en la cátedra de Fisiología del que sería su maestro, el profesor J. Negrín.

Cursó la carrera de Medicina en la Facultad de Madrid, terminando sus estudios en 1931 con Premio Extraordinario de licenciatura, pero antes de terminar, en 1929, ya había salido al extranjero para estudiar en distintas Universidades de Europa, y trabajado con hombres de la talla de los profesores Hoffman (Fisiología), Aschoff (Patología) y Eppinger (Fisiología Patológica). En 1932 obtuvo el grado de doctor por la Universidad Complutense de Madrid.

De 1932 a 1934 disfrutó de becas de la Junta de Ampliación de Estudios para estudiar en el Instituto de Zoofisiología de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) con el profesor Krogh; en el Instituto de Fisiología de la Universidad de Lund (Suecia) con el profesor Thunberg; y en el University College de Londres con el profesor Sir Charles Lovatt Evans.

Junto a este último diseñó un sistema de perfusión del corazón que les permitió medir el consumo de oxígeno, glucosa y lactato en el corazón de perros normales y diabéticos tras pancreatectomía. El método ha quedado como uno de los clásicos en los libros de Fisiología.

Durante la Guerra Civil Española, con la ayuda del doctor F. Jiménez García, se ocupó de tratar las alteraciones nutricionales de la población madrileña, con especial atención al tratamiento de la pelagra con ácido nicotínico, e identificó cuadros neurológicos no debidos a la carencia de esta vitamina, descritos por primera vez en una población europea. Como subdirector del Instituto Nacional de Higiene de la Alimentación entre 1937 y 1939, contribuyó a aliviar en buena medida el hambre de los madrileños.

Después de la guerra y como jefe del Departamento de Fisiología trabajó, desde 1940 hasta 1953, en el Instituto de Investigaciones Clínicas y Médicas del profesor Carlos Jiménez Díaz, en estrecha colaboración con el profesor José Carlos de Oya, dando lugar a los clásicos trabajos sobre la diabetes aloxánica.

En 1950 consiguió por oposición la cátedra de Fisiología y Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza.

Invitado por la Universidad de Minnesota para formar parte del grupo dirigido por el profesor Ancel Keys se trasladó a Minneapolis, donde permaneció desde 1954 hasta 1974. Durante los veinte años que el profesor Grande Covián trabajó en Minneapolis consiguió su fama internacional, basada en tres principales áreas de trabajo: en primer lugar, el desarrollo de la hipótesis lipídica de la arteriosclerosis. En el departamento de Higiene Fisiológica, Grande, Keys, Anderson y Taylor realizaron más de seis mil experiencias en cuadrado latino, agotaron el estudio del efecto de la grasa y otros componentes de la dieta sobre los niveles de colesterol plasmático y calcularon su conocida fórmula, que ha sido muy utilizada en los estudios de nutrición. Con ser esto muy importante, lo es más la proyección preventiva de sus trabajos, al relacionar la incidencia de la mortalidad cardiovascular en los distintos países con la cantidad de grasa consumida. Los consejos derivados de la teoría lipídica han hecho descender la mortalidad cardioisquémica en los países desarrollados, en algunos más del 40 por ciento, salvando millones de vidas humanas.

En segundo lugar, los estudios sobre el efecto de la restricción calórica y el ayuno sobre el metabolismo energético, la composición corporal y la capacidad física de los sujetos. Estos trabajos dieron pie a capítulos que hoy son clásicos en los manuales de fisiología, donde Grande Covián describía la historia de los ayunadores profesionales, Succi, Levanzini, etc., y de los récords mundiales de supervivencia al ayuno, como Terence MacSwiney, el alcalde de Cork y Boby Sand del Ejército Republicano Irlandés (IRA).

Su última área de trabajo fueron los estudios de fisiología comparada. En el Jay Phillips Research Laboratory realizó estudios comparativos sobre los factores hormonales que intervienen en la movilización de ácidos grasos en mamíferos y aves. En este laboratorio trabajaron con él, realizando sus tesis doctorales, tres investigadores españoles: Rafael Carmena, Manuel de Oya y Pedro González Santos.

En 1974, Grande Covián volvió a Zaragoza, siendo nombrado por esta Universidad profesor extraordinario de Bioquímica de la Facultad de Ciencias, desde 1978 hasta 1986 y profesor emérito desde 1986 hasta 1994. En este período, estudió el papel de las distintas lipoproteínas en el transporte de lípidos en el plasma sanguíneo. En colaboración con el Departamento de Obstetricia estudió los niveles de lípidos de la mujer embarazada y del recién nacido y la composición en ácidos grasos de la leche humana.

Grande Covián dedicó su vida al estudio de la nutrición.

Severo Ochoa, hombre que influyó sobre Grande a través de una fuerte amistad, raíces asturianas comunes, Residencia de Estudiantes, inquietudes científicas e incluso operísticas, escribió sobre él en un homenaje del Principado de Asturias: “La vida de Paco fue muchas veces compleja, dirigida —como la de todos— por las circunstancias. Inicialmente su interés estaba centrado en la hemodinámica cardíaca, en Londres. Las circunstancias que a todos en la vida nos mueven y nos impulsan y nos llevan por muchos caminos, frecuentemente insospechados, hicieron que se dedicase a la nutrición, ciencia de la que se ha convertido en una autoridad mundial”. Grande Covián fue una autoridad mundial en nutrición, que compartió las ideas de Lavoisier, por dos motivos: el conocimiento científico de la nutrición y su enfoque energético, por un lado — “La respiración no es más que una combustión lenta de carbono y de hidrógeno, que es enteramente similar a la que ocurre en una lámpara o una vela encendida”—, y el enfoque social de la nutrición, por otro —“El hombre que trabaja se quema más rápidamente, necesita más alimento para reponer su sustancia. Pero el alimento cuesta dinero. ¿Por qué ocurre, desgraciadamente, que un pobre que vive del trabajo manual, que está obligado a desarrollar el esfuerzo máximo de que es capaz, se ve forzado a consumir menos sustancia que el rico, quien tiene menos necesidades de reponerla?”—. A Grande Covián siempre le preocupó el reparto injusto de los alimentos en el mundo; en este sentido son famosos artículos suyos como “Alimentación, dieta y calorías: entre el hambre y la saciedad”, “El problema de la alimentación en la humanidad”, “Escuela y despensa”, etc., en donde aseguraba que la tierra produce alimentos suficientes para todos y que en el año 2050, cuando seamos once mil millones de personas, seguirán siendo suficientes los recursos y el error estará siempre en el desigual reparto.

La actividad docente del profesor Grande merece atención especial. Hay que recordar cómo con un encerado y una tiza deleitaba y enseñaba a cualquier clase de auditorio. De gran impacto fue su concurrido curso de verano en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, su participación regular en los cursos de verano de La Granda en Avilés con la Fundación Asturiana de Estudios Hispánicos y un incontable número de conferencias en sociedades científicas y universidades, en las que divulgó maravillosamente los conocimientos de nutrición con base científica por todo el país. Tomó parte en los orígenes de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, fue presidente del Consejo de Universidades y presidente del Patronato Rector de la Fundación Jiménez Díaz de 1990 a 1992.

Francisco Grande era divertido, vitalista, dialogante, tolerante, irónico y dotado de un gran sentido del humor, de excepcional cultura, facilidad para los idiomas, exquisita educación y sensibilidad para el arte, en especial la música, y más en concreto la ópera.

En junio de 1995, la Universidad Autónoma, al investirlo como doctor honoris causa contribuyó a pagar la vieja deuda que Madrid mantenía con Grande Covián por evitar el hambre y la avitaminosis en la Guerra Civil, y por sus consejos dietéticos en épocas posteriores de abundancia. Este mismo mes, el 28 de junio, murió en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

 

Obras de ~: con M. Peraita, Vitaminas y sistema nervioso, Barcelona, 1941; Las Vitaminas, Madrid, Diana Artes Gráficas, 1943; La Ciencia de la Alimentación, Madrid, Pegaso, 1945; con J. T. Anderson, C. Chlouverakis, M. Proja y A. Keys, “Effect of dietary cholesterol on man’s serum lipids”, en Journal of Nutrition (JN), 87 (1965), págs. 52-62; “Effect of nicotinic acid on the serum lipids of normal and of thyroidectomized dogs”, en Metabolism, 15 (1966), págs. 661-671; “Dietary carbohydrates and serum cholesterol”, en American Journal of Clinical Nutrition (AJCN), 20 (1967), págs. 176-184; con E. S. Fetcher, N. Foster, J. T. Anderson y A. Keys, “Quantitative estimation of diets to control serum cholesterol”, en AJCN, 20 (1967), págs. 475-492; “Energy balance and body composition changes. A critical study of three recent publications”, en Annals of Internal Medicine (AIM), 68 (1968), págs. 467-480; “Energetics and weight reduction”, en AIM, 68 (1968), págs. 467-480; “Effect of glucagon on plasma free fatty acids and blood sugar in birds”, en Proceedings of the Society for Experimental Biology and Medicene (PSEBM), 128 (1968), págs. 532-536; “Lack of insulin effect on free fatty acid mobilization produced by glucagon in birds”, en PSEBM, 128 (1968), págs. 532-536; “Effect of catecholamines on plasma free fatty acids and blood sugar in birds”, en PSEBM, 131 (1969), págs. 740-744; con A. K. Bhattacharyya, C. Thera, J. T. Anderson y A. Keys, “Dietary calcium and fat. Effect on serum lipids and fecal excretion of cholesterol and its degradation products in man”, en AJCN, 22 (1969), págs. 1161-1174; “Effects of glucagon and insulin on plasma free fatty acids and blood sugar in owls”, en PSEBM, 133 (1970), pág. 5403; con W. F. Prigge, “Glucagon infusion, plasma FFA and triglycerides, blood sugar, and liver lipids in birds”, en American Journal of Physiology (AJP), 218 (1970), págs. 1406-1411; con R. Carmena, “Effect of 5-methylpyrazole-3-carboxylic acid on plasma free fatty acids and blood sugar in geese”, en Biochemical Pharmacology (BP), 19 (1970), págs. 1838-1840; con J. T. Anderson y A. Keys, “Comparison of effects of palmitic and stearic acids in the diet on serum cholesterol in man”, en AJCN, 23 (1970), págs. 1184-1193; “Correspondence: changes in body composition produced by prolonged total starvation and refeeding”, en Metabolism, 19 (1970), pág. 1006; con M. de Oya y W. F. Prigge, “Suppression by hepatectomy of glucagon-induced hypertriglyceridemia in geese”, en PSEBM, 136 (1971), págs. 107- 110; con A. W. Lindall y A. Schultz, “The effect of dietary fats on the serum lipoproteins of normal dogs”, en PSEBM, 136 (1971), págs. 1032-1037; con J. T. Anderson y A. Keys, “Effect on man’s serum lipids of two proteins with different amino acid composition”, en AJCN, 24 (1971), págs. 524- 530; con W. F. Prigge, “Effects of glucagon, epinephrine and insulin on in vitro lipolysis of adipose tissue from mammals and birds”, en Comparative Biochemistry and Physiology, part B (CBP), 39 (1971), págs. 69-82; con M. de Oya, W. F. Prigge y D. E. Swenson, “Role of glucagon on fatty liver production in birds”, en AJP, 221 (1971), págs. 25-30; con J. T. Anderson y A. Keys, “Diets of diffeent fatty acid composition producing identical serum cholesterol levels in man”, en AJCN, 25 (1972), págs. 53-60; con S. Grisolía y D. Diederich, “On the biological and chemical reactivity of carbamylated glucagon”, en PSEBM, 139 (1972), págs. 855-860; con W. F. Prigge, “Influence of prostaglandin E1 on the adipokinetic effect of glucagon in birds”, en PSEBM, 140 (1972), págs. 999-1004; con W. F. Prigge y M. de Oya, “Influence of theophylline on the adipokinetic effect of glucagon in vivo”, en PSEBM, 141 (1972), págs. 774-781; con J. T. Anderson y A. Keys, “Cholesterol-lowering diets. Experimental trials and literature review”, en Journal of the American Dietetic Association (JADA), 62 (1973), págs. 133-142; con A. Keys y H. L. Taylor, “Basal metabolism and age of adult man”, en Metabolism, 22 (1973), págs. 579-587; con W. F. Prigge, “Effects of dietary fat and of a lipolytic agent on postprandial free fatty acids and fasting serum lipids in the dog”, en JN, 103 (1973), págs. 1200-1207; con A. Keys y J. T. Anderson, “Bias and misrepresentation revisited: “perspective” on saturated fat”, en AJCN, 27 (1974), págs. 188-212; con P. C. Weiser, “Calorigenic effects of glucagon and epinephrine in anesthetized dogs”, en PSEBM, 145 (1974), págs. 912-917; con W. F. Prigge, “Serum lipid changes produced in dogs by substituting coconut oil for either sucrose or protein in the diet”, en JN, 104 (1974), págs. 613- 618; con P. C. Weiser, “Estimation of fluid shifts and protein permeability during pulmonary edemagenesis”, en AJP, 226 (1974), págs. 1028-1034; “Diet and atherosclerosis”, en South African Medical Journal (SAMJ), 48 (1974), págs. 1660-1668; con J. T. Anderson y A. Keys, “Sucrose and various carbohydrate- containing foods and serum lipids in man”, en AJCN, 27 (1974), págs. 1043-1051; con P. C. Weiser, “Calorigenic actions of oleic acid and glucagon infusions in anesthetized dogs”, en PSEBM, 147 (1974), págs. 80-84; con P. González- Santos, “Hypertriglyceridemic effects of glucose and fructose injections in geese infused with oleic acid”, en PSEBM, 147 (1974), págs. 505-509; con P. González Santos, “Age influence on the lipolytic effect of glucagon in geese”, en PSEBM, 149 (1975), págs. 652-655; con J. T. Anderson y A. Keys, “Independence of the effects of cholesterol and degree of saturation of the fat in the diet on serum cholesterol in man”, en AJCN, 29 (1976), págs. 1184-1189; “Diet and atherosclerosis”, en Revista Clínica Española (RCE), 153 (1979), págs. 249-261; “The role of fat in child nutrition”, en Nutrition Metabolism (NM), 24 (1980), págs. 147-161; con M. Peraita, Alimentación y Nutrición, Madrid, Salvat, 1981; con M. Pocoví y J. M. Ordovás, “Lecithin: cholesterol acyltransferase, lipids and lipoproteins in maternal and umbilical cord plasma”, en Artery, 11 (1983), págs. 264-272; “Diet and serum lipids-lipoproteins: controlled studies in Europe”, en Preventive Medicine (PM), 12 (1983), págs. 110-114; con M. Pocoví y J. M. Ordovás, “Plasma lipids and cholesterol esterification rate during pregnancy”, en Obstetrics and Gynecology (OG), 63 (1984), págs. 20-25; con J. Ramón y Cajal, M. Pocoví, D. Jiménez, M. A. Romero, R. G. de Aguero y H. Martínez, “Plasma lipids, apolipoproteins A and B in maternal and umbilical vessels in term pregnancies”, en Artery, 13 (1985), págs. 32-40; con M. Peraita, Nutrición y Salud, Madrid, 1988; con J. Ramón y Cajal, M. Pocoví, M. A. Romero, D. Jiménez y H. Martínez, “Plasma lipids and high density lipoprotein cholesterol in maternal and umbilical vessels in twin pregnancies”, en Artery, 15 (1988), págs. 109-117; con D. M. Jiménez, M. Pocoví, J. Ramón y Cajal, M. A. Romero y H. Martínez, “Longitudinal study of plasma lipids and lipoprotein cholesterol in normal pregnancy and puerperium”, en Gynecologic and Obstetric Investigation (GOI), 25 (1988), págs. 158-164; con M. Díaz, C. Leal, J. Ramón y Cajal, M. D. Jiménez, H. Martínez y M. Pocoví, “Cord blood lipoprotein-cholesterol: relationship birth weight and gestational age of newborns”, en Metabolism, 38 (1989), págs. 435-438.

 

Bibl.: M. Gómez Santos, Francisco Grande Covián: El arte y la Ciencia de la Nutrición, Madrid, Ediciones Temas de Hoy SA (TH), 1992.

 

Manuel de Oya Otero

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