Peralta, Cristóbal de. Baeza (Jaén), f. s. XV – Lima (Perú), 1541. Conquistador del Perú, integrante de la hueste de Pizarro en el primer y segundo viaje, uno de los Trece de la Fama.
Todo indica que Cristóbal de Peralta era hidalgo, por los cargos que desempeñó y por un hecho significativo; cuando en la Capitulación de Toledo se estamparon los nombres que la posteridad conocería como los Trece de la Fama, el de Cristóbal de Peralta aparece en segundo lugar, inmediatamente después del piloto Bartolomé Ruiz, que comandando audazmente su pequeña carabela hizo posibles las singladuras de Levante que concluyeron con el descubrimiento del Imperio de los Incas.
No se sabe con certeza la fecha en que pasó al Nuevo Mundo. Aparece entre los hombres que siguieron a Francisco Pizarro en su primer viaje descubridor.
Cristóbal de Peralta también se enganchó en el segundo viaje y fue uno de los trece soldados que en la isla del Gallo decidieron no regresar a Panamá.
Junto con Gonzalo Martín de Trujillo y Martín de Paz, Cristóbal de Peralta fue uno de los milites que, debido a su precaria salud, tuvo que permanecer en la isla de la Gorgona mientras que Pizarro, a bordo de la embarcación de Ruiz, siguió explorando hacia Levante hasta encontrar en Tumbes las pruebas concluyentes de que estaban bien encaminados.
Pizarro, cumpliendo con lo prometido, sólo pudo recoger en la Gorgona, de regreso a Panamá, a Cristóbal de Peralta y Martín de Paz, pues Gonzalo Martín de Trujillo había muerto a causa de las penalidades.
Hay indicios, pero no la seguridad, de que Cristóbal de Peralta acompañó a Francisco Pizarro en el viaje a España donde se firmaría la Capitulación de Toledo.
Allí Peralta recibió el cargo de regidor de la futura ciudad de Tumbes, que se asumía que debía ser la primera que se fundara en el Perú. Todo indica, aunque no hay pruebas concluyentes, que Cristóbal de Peralta también fue de la partida en el tercer viaje, pero no fue de los que se proyectó hacia el interior en pos de Cajamarca, sino de los que formando una pequeña guarnición de retaguardia permanecieron en San Miguel de Tangarará por orden de Pizarro.
Su relación con el gobernador de la Nueva Castilla debió de ser buena, lo que hace pensar que Peralta era un hombre responsable y de confianza que no se dejaba deslumbrar por los beneficios económicos de Cajamarca y Cuzco, de los cuales participó aunque en menor proporción. Pizarro, al conformar el Cabildo de la Ciudad de los Reyes o Lima, el 22 de enero de 1535, nombró a Cristóbal de Peralta regidor de la futura capital del Perú. Viene luego un largo silencio en la vida de Cristóbal de Peralta, lo que hace pensar en un viaje a España. Como regidor de Lima sólo aparece hasta los primeros días del año fundacional de 1535. Después no hay noticias de este “Trece de la Fama”. A partir de aquí, se entra en el terreno de las conjeturas. Si viajó a España, es posible que volviera antes de 1542, pues hay una relación donde se dice que un español apellidado Peralta se ahogó al intentar cruzar un río de abundante agua.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Sección Patronato, 150, n.º 3, ramo 2.
A. de Zárate, Historia del Descubrimiento y Conquista del Perú, Librería e Imprenta de D. Miranda, 1944; R. Porras Barrenechea, Cedulario del Perú, Lima, Imprenta Torres Aguirre, 1944; A. de Herrera, Historia General de los Hechos de los Castellanos en la Islas y Tierra Firme del Mar Océano, Buenos Aires, Imprenta Continental, 1945; G. Inca de la Vega, Los Comentarios Reales de los Incas, Librería Internacional del Perú, 1960; P. Cieza de León, Crónica del Perú (Tercera Parte), Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, Academia Nacional de la Historia, 1989.
Héctor López Martínez