Barroso, Pedro. Segovia, f. s. XV – Arequipa (Perú), m. s. XVI. Soldado hidalgo que participó en la conquista de Nicaragua y, posteriormente, en la del Perú.
Las primeras noticias que se tienen de Pedro Barroso están referidas a su participación en la guerra de las Comunidades que estalló en 1520, luego de marcharse Carlos V con destino a Alemania. Barroso defendió a los comuneros en el Alcázar de Segovia y, haciendo gala de audacia, logró introducir alimentos en ese amurallado recinto. También se dice que fue en busca del condestable de Borbón y logró abrirse paso luchando denodadamente para que éste pudiera ingresar en el Alcázar segoviano. Las demandas de los comuneros fueron definitivamente acalladas con su derrota en Villalar, el 21 de abril de 1521.
Todo indica que este contraste, que podía acarrearle gravísimas condenas, decidió a Pedro Barroso a dejar España y buscar una nueva vida en las Indias.
En Tierra firme, por 1524, estaba el servicio de Pedrarias Dávila, y con él marchó a Nicaragua, es decir, a la conquista de Poniente. Las cosas se le presentaron con carácter favorable. En 1527 era alcalde de la ciudad de Granada y teniente gobernador de la misma un año más tarde. Todo esto lo había conseguido gracias a la protección de Pedrarias y, cuando murió éste, temió por su vida y se embarcó con destino al Perú a mediados de 1534. No iba como un aventurero, sino más bien provisto de armas, caballos y esclavos nicaraguas. En la tierra de los incas siguió la aventura de Diego de Almagro y lo acompaño en la terrible expedición a Chile. Retornó con Almagro al Cuzco, tomó parte en la lucha contra Manco Inca —que había puesto sitio a la ciudad— y, por sus méritos bélicos y los conocimientos propios de su condición de hidalgo, se convirtió en el hombre de confianza de Almagro y su representante en la conferencia con los valedores de la causa pizarrista. El 6 de abril de 1538, las tropas pizarristas, al mando de Hernando, derrotaron a los almagristas dirigidos por el mariscal Rodrigo Orgónez. El 8 de junio de ese mismo año, el viejo y valetudinario adelantado Diego de Almagro fue ejecutado en el Cuzco.
En los primeros meses de 1539, cuando Francisco Pizarro llegó al Cuzco con tardío ánimo reconciliador, consiguió atraerse a Pedro Barroso, que estaría presente en la fundación de Camaná y luego en la de Arequipa, el 15 de agosto de 1540, en ambas ocasiones bajo el mando de Garcí Manuel de Carbajal. Definitivamente identificado con Francisco Pizarro, fue uno de los castellanos que participó en la segunda fundación de Huánuco. Por entonces, ya lucía con orgullo un escudo de armas otorgado por la Corona por sus servicios en el Nuevo Mundo. Cuando el asesinato de Francisco Pizarro en Lima, Barroso fue apresado por los seguidores de Almagro el Mozo, de tal manera que no participó en la batalla de Chupas, que puso fin a la ambición del hijo mestizo de Almagro. Pedro Barroso se avecindó en Arequipa, donde se desempeñaba como regidor en 1547. Esto nos hace pensar que no se sintió cómodo en el Cuzco. También fue alcalde ordinario de Arequipa en 1548 y su nombre no aparece en los lances bélicos de la gran rebelión de Gonzalo Pizarro entre 1544 y 1548. Lo último que se sabe de Barroso es que formaba parte del Cabildo de Arequipa cuando Francisco Hernández Girón enarboló el pendón de la rebeldía en el virreinato del Perú. Como las anteriores, esta rebelión concluyó con la captura y muerte de su caudillo. La huella de Pedro Barroso se pierde definitivamente por estos años.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Segovia), Secc. Justicia, 397.
P. Cieza de León, “Guerra de las Salinas” y “Guerra de Chupas”, en Guerras Civiles del Perú, Madrid, Librería de la viuda de Rico, s. f.; G. Fernández de Oviedo y Valdez, Historia General y Natural de las Indias, Asunción, Imprenta de la Editorial Guarania, 1944; L. Galdames, Historia de Chile, Santiago de Chile, Zig-Zag, 1945; A. de Herrera, Historia General de los Hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, Buenos Aires, Imprenta Continental, 1945.
Héctor López Martínez