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Miguel Ballester Taranau

Biografía

Ballester Taranau, Miguel. Tarragona, c. 1459 – Manacor (Islas Baleares), c. 1522. Alcaide de la Concepción (La Española). Primero en extraer el jugo de la caña de azúcar en el Nuevo Mundo.

Era hijo de Juan Ballester y de Francisca Taranau. Ésta pertenecía a una familia barcelonesa de judíos y figuraba en las listas de denunciados en poder de la Inquisición. Su padre, micer Jaime de Taranau, fue un jurista de fama que trabajaba en la administración del reino de Aragón, como regente de la Cancillería del Rey (1461-1468); perseguido por el Santo Oficio, a causa de la religión judaica, esquivó su acoso entrando en la Corte del rey Fernando a cuyo servicio siguió hasta el final de su vida. Acusado del crimen de herejía y apostasía, sus huesos exhumados fueron entregados a las llamas. Una hermana de Francisca, de nombre Juana, era la mujer de Luis de Santángel, el gran protector de Cristóbal Colón.

El mallorquín Juan Ballester, natural de Manarcor, era notario de Mallorca y consejero del Rey. En julio de 1458 fue nombrado secretario real al subir al trono Juan II, en sustitución del también mallorquín Juan Valero. Desempeñó dicho cargo hasta el año 1462, en que es sustituido por Juan Coloma. Jubilado de su real cargo, abandona Cataluña y regresa a Mallorca. El 6 de abril de 1463, desde Zaragoza, el rey Juan II le concede el feudo de la Caballería dels Llulls, situada en la parroquia de Manacor, en el término de Bellver (hoy San Lorenzo Descardasar), con la obligación de prestar el servicio de un caballo y un hombre armado para defensa del reino. Dicha merced fue confirmada y ampliada por otra Real Cédula de 15 de marzo de 1469.

En 1468 Juan Ballester consigue la custodia del palacio real de Manacor. Fue jurado de Manacor los años 1487 y 1490 y murió en este último año.

Miguel Ballester fue el primogénito de su casa y nació en Tarragona hacia el año 1459, fecha en que sus padres se encontraban en la Corte. Estuvo casado dos veces y no tuvo descendencia. Su estancia en Mallorca está documentada desde el 20 de agosto de 1484, en que ya es mayor de edad, hasta el 29 de abril y 8 de mayo de 1493, en que, hallándose Cristóbal Colón en Barcelona, el rey Fernando libra desde esta ciudad unas cartas dirigidas a su lugarteniente general en Mallorca, comunicándole el fallo real favorable para con el “dilecti nostri Miquaelis Ballester habitatoris ville Manachor” en dos pleitos en que éste estaba implicado. Influyó sin duda en este fallo real Luis de Santángel, tío político en primer grado de Miguel Ballester. A partir de este momento ya no se vuelve a tener noticia de Miguel Ballester en Mallorca hasta pasados muchos años, ya que acompañó a Colón en el segundo viaje (25 de septiembre de 1493), para establecerse en la isla de La Española y desempeñar el cargo de alcaide de la fortaleza de la Concepción de la Vega Real. Ésta la fundó el almirante en 1494 en la provincia y reino de Guarionex, donde se pobló después la ciudad que se llamó de la Concepción, tomando el nombre de la fortaleza. Se desconoce la fecha en que Ballester tomó posesión de este cargo, pero antes lo ocupó un hidalgo llamado Juan de Ayala.

Al llegar Colón a La Española, el 31 de agosto de 1498, en su tercer viaje, se encontró con un recibimiento muy distinto al esperado. El gobierno del adelantado Bartolomé Colón, ejercido desde la partida del almirante en marzo de ese mismo año, había sido un fracaso. Los indígenas, aunque parcialmente pacificados, sufrían una cruel explotación; los españoles estaban descontentos y la vieja ciudad Isabela había sido trasladada a Isabela la Nueva —que pronto se llamó Santo Domingo— con todos los problemas que ello acarreaba. La sífilis se había apoderado de un tercio de la población; a todo ello se unió la primera rebelión de españoles en la colonia.

Al mando de Francisco Roldán, que había sido nombrado por Colón alcaide y justicia mayor de la Isabela, un grupo de descontentos pretendió establecer un nuevo régimen en la isla. Roldán se propuso asaltar la fortaleza de la Concepción, que estaba al mando de Miguel Ballester, el cual “le cerró las puertas y no le quiso admitir, viéndole venir con tanta gente y tan armada”, y se apresuró a denunciarlo al almirante el 16 de octubre. Durante todo el tiempo que duró la rebelión, Ballester fue el más firme sostenedor de la autoridad del almirante; fue, además, uno de sus prudentes consejeros e intervino con lealtad en la pacificación de La Española, actuando como emisario y negociador de Colón cerca de los rebeldes.

La confianza de Colón en Ballester era tan grande que, el 21 de mayo de 1499, encontrándose ambos en Concepción, le nombró procurador o apoderado de su hijo Diego para que tomase posesión de las concesiones de tierra hechas a éste por los Reyes en La Española.

A primeros de octubre de 1499, el almirante, al no poderlo hacer personalmente, ante la amenaza de una rebelión indígena, encomendó a Miguel Ballester, en calidad de agente confidencial suyo ante los Reyes, la delicada misión de llevarles un informe o relación sobre la sedición y disturbios habidos en la naciente colonia. A Ballester le acompañó García de Barrantes, alcaide de Santiago, y en la misma nave embarcaron también los procuradores de Roldán, que llevaban una carta de éste al arzobispo de Toledo, fechada en Santo Domingo el 10 de octubre.

Debió de acompañar a Colón en la desgracia, cuando éste regresó a España, burlado por los Reyes y cargado de cadenas por Bobadilla. En efecto, en 1501 aparece Ballester como mensajero privado del descubridor cerca de su consejero el padre Gorricio, de la Cartuja de Sevilla.

Miguel Ballester construyó su primer trapiche para la producción de azúcar en Concepción de la Vega en el año 1505, moliendo la caña producida por Pedro de Atienza. Al poco tiempo (1514) tenía su propia plantación de caña en Concepción de la Vega, a la que añadió en 1516 una segunda plantación en San Cristóbal. Para la construcción del trapiche se trajo de Artá (Mallorca) un maestro azucarero llamado Aguiló, de origen judeoconverso, quien había aprendido la técnica azucarera en la plantación de caña de azúcar Torre dén Montsó, denominada posteriormente Torre de Canyamel (o Torre de la Caña de Azúcar), situada en el término de Artá, donde funcionaba un trapiche construido en 1466 por concesión de Juan II.

Hacia 1518, Ballester se deshace de sus propiedades caribeñas y regresa, definitivamente, a España pasando por la Corte antes de dirigirse a Mallorca. Por estas fechas está documentado en Manacor (1518 y 1521).

Ballester, que pudo contener la rebelión de Roldán, fue víctima de la revuelta de los agermanados, en cuyas manos se supone que murió en 1522 o 1523, después de que éstos destruyeran o incendiaran todas sus propiedades.

Según el padre Las Casas, que conoció mucho a Ballester, era éste “virtuoso y honrado y de voluntad sincera y simple”.

 

Bibl.: P. M. de Anglería, De Orbe Novo Decades, Madrid, 1516; G. Fernández de Oviedo y Valdés, Historia General y Natural de las Indias, islas y Tierra Firme del mar Océano, 1535 (Real Academia de la Historia, ms. orig.); B. de las Casas, Historia de las Indias, 1563 (Biblioteca Nacional de España, ms. orig., Sign. Res. 21); F. Colombo, Historia del S. D. Fernando Colombo, Venecia, 1571; M. Bofarull y de Sartorio, “Opúsculos inéditos del cronista catalán Pedro Miguel Carbonell”, en Colección de Documentos inéditos del archivo de la Corona de Aragón, XXVI, Barcelona, 1865; J. de Oleza y de España, “Caballería de los Llulls”, en Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana, XXI (Palma, 1931); N. Coll Juliá, Doña Juana Enríquez, lugarteniente real de Cataluña 1461-1468, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1953; L. Lliteras, Torre de Canyamel, Palma de Mallorca, 1970; C. Varela, Critóbal Colón, Madrid, Alianza, 1984; J. Gil y C. Varela, Cartas de particulares a Colón y Relaciones coetáneas, Madrid, Alianza, 1984; R. Rosselló Vaquer y O. Vaquer Bennássar, História de Manacor. El segle XVI, Mallorca, Ajuntament, 1991; P. Cateura Bennasser, “Trabajo y fortuna en el renacimiento. El caso de Juan Valero, secretario real”, en América y Mallorca. Del predescubrimiento hasta el siglo XX, Palma de Mallorca, 1991; J. Nicolau Bauzá, Luis de Santángel y su familia, Palma de Mallorca, Consell Insular de Mallorca, Comisión de Cultura, 1992; A. Enseñat de Villalonga, “¿Quién era Miguel Ballester, el hombre de confianza de Colón en el Nuevo Mundo?”, en Bolletí de la Societat Arqueológica Lul. Lianza, 60 (2004).

 

Alfonso Enseñat de Villalonga

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