López, Francisco. ?, m. s. xvi – Filipinas, 1631. Agustino (OSA), misionero y filólogo.
Estudió en Alcalá de Henares (Madrid) y, cuando era teólogo en esta ciudad, decidió ingresar en la Orden de San Agustín. Cuando el comisario-procurador de la provincia agustiniana de Filipinas, Francisco de Ortega, realizaba labores de reclutamiento de misioneros, Francisco López se alistó para las misiones de Filipinas. Salió del convento San Agustín de Toledo para hacerse a la mar el año 1596, con dirección a México. A Manila llegó a primeros de julio de 1598. El Capítulo Provincial, celebrado en Manila el 15 de mayo de 1599, le nombró prior-ministro de Caluntian (San Nicolás), población situada en la provincia de Ilocos. Fue también prior de Santa Cruz (1603), Lingayén (1607) y del convento del Santo Niño de Cebú (1609). Los Capítulos Provinciales de 1617 y 1620 le presentan como segundo examinador de la lengua ilocana.
Estudió la lengua tagala y la ilocana. De ésta manifestó un gran dominio a lo largo de su vida. El mismo Francisco López reconoció haber tenido como maestro al ciego Pedro Bucaneg, quien le ayudó a preparar la primera gramática y diccionario ilocanos. A su vez, Francisco López tradujo al ilocano la obra Doctrina Cristiana, libro llamado vulgarmente Catecismo de Belarmino (Manila, 1621), calificado por Retana como “verdadero monumento”, y primer libro impreso en ilocano. Aunque el texto está en dicha lengua, los caracteres empleados son los tagalos, colocando a “las consonantes quiescientes una crucecita debajo, para facilitar la lectura”, indica el autor citado. Una descripción minuciosa se encuentra en el trabajo de Benigno Fernández Álvarez, que luego siguen otros autores, como Moral y Retana. Es un catecismo breve y con lo esencial de la doctrina cristiana. Después del catecismo, al final del libro, le sigue, una explicación de los misterios del rosario. Esta particularidad no figura en otras ediciones.
El lingüista Francisco López escribió un Vocabulario de la lengua ilocana, que no pudo terminar por sorprenderle la muerte. Otros religiosos agustinos se encargaron de aumentar y completar la obra, cuya primera edición salió publicada en Manila el año 1849. Y, por último, Francisco López preparó en idioma ilocano un catecismo propio con la doctrina católica, aunque siguió el plan ideado por el catecismo de Gaspar Astete. En él presenta lo fundamental de la fe, con un formulario inicial, varias preguntas y respuestas; más el credo y una explicación pastoral de los sacramentos.
Francisco López intervino en calidad de teólogo-canonista y misionero en el sínodo que celebró Diego de Soria, obispo de Nueva Segovia. La Iglesia filipina continuaba, de ese modo, esforzándose por adaptar a otro contexto cultural y lingüístico el Evangelio de Cristo, tarea en la que participó activamente el agustino López, proporcionando nuevos y sencillos instrumentos de evangelización, siempre asequibles a los destinatarios y de los que se sirvieron durante varias décadas los misioneros filipinos.
La obra lingüística del “Cicerón de la lengua ilocana”, sobrenombre con el que fue conocido Francisco López en Filipinas, según Retana “está escrita con un conocimiento tan profundo del idioma, que dudamos pueda hacerse nada mejor, sobre todo en la parte más difícil y más importante de ella, a saber, en el uso de los afijos y sufijos, o sea, de las partículas que antepuestas o pospuestas determinan el significado de la raíz. Hay en esta parte reflexiones tan atinadas, disquisiciones filosóficas y filológicas tan profundas que pueden competir con las de los más ilustres filólogos”.
Obras de ~: Libro á nai suratan ámin ti bagás ti Doctrina Cristiana nga naisurat iti libro ti Cardenal á Agnagan Belarmino, ket ináon ti P. Fr. Francisco López, padre á S. Agustin, iti Sinasan toy, Manila, Imprenta del Convento de San Pablo de Manila, 1621 (6.ª ed., Malabón, Imprenta Asilo de Huérfanos de padres Agustinos, 1895); Arte de la lengua ilocana, Manila, Imprenta Universidad de Santo Tomás de Aquino, 1627 (3.ª ed., Malabón, Tipografía del Asilo de Huérfanos de Padres Agustinos, 1895); Catecismo ilocano con explicación de los misterios principales de nuestra santa fe, Manila, 1716 (17.ª ed., Manila, Imprenta de Santos y Bernal, 1907); Vocabulario de la lengua ilocana, Manila, Tipografía del Colegio de Santo Tomás, 1849 (2.ª ed. de M. García, Manila, Tipografía M. Pérez, hijo, 1888); Novena y decenario de la Pasión para rogar a Dios por las benditas ánimas del Purgatorio y por los que están en pecado mortal, Manila, Imprenta Santos y Bernal, 1907.
Bibl.: J. Lanteri, Postrema Saecula sex religionis augustinianae in quibus breviter recensentur illustriores viri augustinenses qui sanctitate et doctrina floruerunt post magnam Ordinis unionem peractam anno MCCLVI ab Alexandro IV usque ad haec tempora, Romae, Typ. Bernardi Morini, 1860, pág. 388; B. Fernández Álvarez, “El primer libro impreso en ilocano”, en La Ciudad de Dios, 37 (1895), págs. 572-590; W. E . Retana, “Los antiguos alfabetos de Filipinas”, en La Política de España en Filipinas, 5/112 (21 de mayo de 1895), págs. 5-6; E. Pérez Jorde, Catálogo Bio-Bibliográfico de los religiosos Agustinos de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas, Manila, Tipografía Santo Tomás, 1901, págs. 57- 59; W. E. Retana, Aparato bibliográfico de la Historia general de Filipinas, t. II, Madrid, Sucesora de M. Minuesa de los Ríos, 1906, págs. 427-428; A. de Morga, Sucesos de las Islas Filipinas, ed. de W. E. Retana, Madrid, Victoriano Suárez, 1909, págs. 468-469; G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, III, Madrid, 1917, págs. 687-689; G. F. Zaide, The Philippines since pre-Spanish times, Manila, 1949, págs. 236-237; L. Resines, “Estudios sobre los catecismos en Filipinas”, en Estudio Agustiniano, 68 (1984), págs. 32, 33-35, 67, 78, 102, 107 y 109; B. Albarrán González, “Producción filológica española en Filipinas (1565-1898)”, en Estudios Humanísticos, 14 (1992), págs. 193-202; I. Rodríguez Rodríguez y J. Álvarez Fernández, Diccionario biográfico agustiniano. Provincia de Filipinas, t. II, Valladolid, Editorial Estudio Agustiniano, 1992, págs. 327-340.
Rafael Lazcano González