Huertas y Barrero, Francisco. Alcuéscar (Cáceres), 18.XII.1847 – Madrid, 3.XII.1933. Médico, académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina y senador.
Miembro de familia humilde, a la edad de 18 años viajó a Madrid con un tío suyo que tenía una barbería. En esa ciudad comenzó sus estudios de bachillerato en el Instituto de San Isidro y posteriormente los de medicina en el Colegio de San Carlos, que fueron costeados en parte gracias a su trabajo en la barbería de su tío.
Obtuvo el título de licenciado en Medicina en 1871. Posteriormente, y durante tres años, comenzó el ejercicio en La Garrovilla (Badajoz), destacando por sus servicios extraordinarios en el control de la epidemia de viruela que tuvo lugar en dicha localidad entre octubre y noviembre de 1875, hasta que fue nombrado médico supernumerario de la Beneficencia Municipal de Madrid, alcanzando en esas fechas (1876) el grado de doctor.
En 1880 obtuvo tras oposición el puesto de médico numerario con destino en el distrito del Hospital. Tras una nueva oposición consiguió en 1883 la plaza de médico supernumerario de la Beneficencia Provincial con destino al servicio de guardias. Con posterioridad comenzó su labor asistencial dirigiendo un Servicio de Medicina en el Hospital General, cargo que desempeñó hasta su jubilación en 1923.
Su excelente labor clínica le permitió sobresalir entre sus colegas convirtiéndose en el médico de diversas personalidades de la época. Esto no impidió que siguiese con abnegación su trabajo en la Beneficencia Provincial.
Formó parte de numerosas comisiones científicas, con las que viajó a París, Londres y Berlín, donde realizaba visitas de trabajo en diferentes hospitales. Nunca olvidó su procedencia y así en Extremadura hizo un minucioso estudio del paludismo en aquella región junto con el doctor Mendoza.
Fue autor de diferentes trabajos y dio numerosas conferencias científicas en Madrid y en Barcelona. Preocupado como muchos médicos de la época por las condiciones sanitarias de la población y gracias a sus incansables gestiones durante ocho años con las Compañías de Ferrocarriles y los ministros que se sucedieron en ese espacio de tiempo, consiguió que se dotase de calefacción en España a los coches de ferrocarril de tercera clase.
Fue elegido académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina el 27 de febrero de 1902, tomando posesión de su plaza dos años después con el discurso titulado El artritismo y sus complicaciones cardiovasculares. Fue galardonado con varios premios y distinciones, entre los que destacan la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Encomienda de Carlos III, la Gran Cruz de San Jorge de Gracia., la de Caballero de la Legión de Honor de Francia y su designación como senador en representación de la Real Academia Nacional de Medicina en 1923.
Obras de ~: El artritismo y sus complicaciones cardiovasculares, Madrid, Real Academia Nacional de Medicina de España, 1904; La diabetes sacarina, Madrid, 1921.
Bibl.: Enciclopedia Universal Ilustrada Espasa Calpe, Madrid, 1925 pág. 566; J. Álvarez Sierra, Diccionario de autoridades médicas, Madrid, Editora Nacional, 1963, pág. 248; V. Matilla, 202 personalidades académicas, Madrid, Real Academia Nacional de Medicina, 1987, págs. 115-117; P. Rodríguez Moscatel, “Francisco Huertas Barrero. Un ilustre médico que ejerció la profesión en La Garrovilla”, en La Ventana de las Vegas Bajas, diciembre de 2020, págs. 16-17.
Ángel Álvarez Sánchez